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Constantino de Vasconcelos

Biografía

Vasconcelos, Constantino de. Braga (Portugal), p. s. XVII – Lima (Perú), 1680. Cosmógrafo, ingeniero mayor y tracista de arquitectura en Lima (Perú).

Son desconocidas las primeras décadas de su vida, quedando sólo el dato del lugar de su nacimiento, en una fecha imprecisa, en Braga (Portugal). Todos los estudios le señalan como un acaudalado hombre de fama y negocios. Se conjetura que pasó a las Indias en 1629, llegando a Perú en compañía del arzobispo de Santo Domingo, Hernando de Vera y Zúñiga, trasladado a Cuzco el mismo año. En Perú cambió su apellido —originalmente Leyton— tomando el que es habitualmente conocido. En febrero de 1632, fue elegido mayordomo del Ayuntamiento de Cuzco; ciudad en la que batió una medalla de oro con las armas del prelado Vera.

En un informe posterior, en 1645, detalló que había estudiado “Lógica, Filosofía y Teología, todas las disciplinas matemáticas, Cosmografía, Geometría, Aritmética práctica y especulativa, Perspectiva, Arquitectura según Vitruvio y dibujo lineal”. Por ello, el cronista Suárez de Figueroa, le calificó como el “nuevo Arquímedes en las Matemáticas, Platón de la Filosofía Natural y Diógenes estoico en la vida de la naturaleza filosofal”. Entendía, además, en jurisprudencia y música. Se ha señalado que estudió minería en Almadén, aunque no existen pruebas documentales al respecto.

En 1633 trabajó en las minas de Oruro, perforando socavones con gran eficacia. Posteriormente, pasó a ejercer la minería en Potosí. Enterado de que las minas de Huancavelica necesitaban importantes reparaciones, se presentó al marqués de Mancera para hacerse cargo de las mismas. Varias entrevistas con el virrey dejaron patente su inteligencia y entereza.

Se desnaturalizó cuando la independencia de Portugal, en 1640, granjeándose la enemistad de sus anteriores compatriotas. Por Lima circularon varias composiciones satíricas, criticando su comportamiento.

Fue asesor del gobernador Arriola Valerdi para la inspección de las Cajas Reales. En 1643, emprendió un singular informe sobre un nuevo método de extracción del azogue en Huancavelica, a fin de mejorar la explotación. Para ello, recorrió minuciosamente las galerías y trazó una precisa iconografía de las mismas.

El proyecto cosechó éxitos al principio —contando con el respaldo del gobernador Arriola—, alcanzándose cotas máximas en la fundición de mercurio. Su sistema aplicaba tajos y rozas —calles labradas y concavidades horadadas, respectivamente—, que permitían el laboreo en la mina de manera menos pesada que la tradicional; a la par que prometía mayor productividad.

En el curso del segundo semestre de 1643, se comenzó a trabajar según su método, aunque su propuesta desencadenó la oposición y hostilidad de los mineros. Marchó entonces a Lima buscando apoyo del virrey. En la Corte hizo, en presencia de las principales autoridades, varias demostraciones teóricas de las ventajas que concurrían en su proyecto. El 7 de octubre de 1643, redactó una cartilla de 59 puntos con reglas y advertencias, siendo aprobada el 11 de mayo del año siguiente. Aunque las autoridades respaldaron su proyecto, los mineros siguieron repudiando su procedimiento que, —a la larga— fracasó en resultados.

Las presiones de los industriales de la mina terminaron con una memoria de tachas que fue presentada por el gobernador, Luis de Sotomayor Pimentel, al virrey Mancera; informe que sintetizaba los inconvenientes de un plan calificado de ilusorio. Sin embargo, el virrey desestimó la memoria defendiendo la utilidad del procedimiento de Vasconcelos y mandó reunir una comisión para que analizara el estado del asunto, el 21 de julio de 1644. En ella figuraron varios expertos, entre ellos, el maestro mayor de fábricas de Lima, Pedro de Noguera, el padre Fray Diego Maroto y el maestro cantero y rocero Miguel de Rigolo, quienes debían de emitir parecer sobre si sus ideas eran practicables en Huancavelica. El 5 de noviembre de 1645, el virrey partió de Lima para visitar las minas y aclarar definitivamente el asunto, con un séquito integrado por Arriola, el cosmógrafo mayor Juan de Villanueva, el secretario de Cámara Gabriel de Eraso, el propio Vasconcelos, los peritos Maroto, Rigolo y otros. El 26 de agosto comenzó la visita. Allí realizó una demostración de su procedimiento y explicó las ventajas que reportaba. Dos días después, su sistema fue aprobado y recomendado por todos los informantes.

En 1645 acompañó a Antonio de Toledo, hijo del virrey, en la expedición a Valdivia, donde levantó la demarcación del puerto y proyectó la distribución de las fortificaciones para guarnecerlo, como ingeniero mayor. A mediados de 1646 levantó los planos sobre las murallas de Lima, que fueron remitidos por el marqués de Mancera a la Metrópoli.

En 1648, una serie de fallos en el sistema de minas provocó que, al año siguiente, se realizara una nueva inspección a Huancavelica, acudiendo a una nueva visita. De nuevo, el maestro mayor de reales fábricas, fray Diego Maroto, apoyó su proyecto.

Tras varias idas y venidas a Huancavelica, se avecindó definitivamente en Lima, en 1657. Fue en la capital virreinal donde trazó los planos de su obra maestra conocida: la Iglesia de San Francisco, para la que diseñó la nueva planta tras el terremoto de 1655, levantando un monumental edificio. El virrey conde Alba de Liste colocó la primera piedra, el 8 de mayo de 1657.

Parece que, durante las obras en la Iglesia de San Francisco, surgieron importantes divergencias profesionales con el otro gran artífice del momento, Maroto, ocupado en la obra del Sagrario de la Catedral limeña; enemistado con su protegido Escobar por ciertas rivalidades laborales. La polémica se agudizó cuando el receptor general de la Inquisición le designó, el 7 de mayo de 1660, como “persona perita y general en todas las materias” para que, junto a Manuel de Escobar, tasaran la obra que realizaba Maroto. El 14 de junio se excusó de la tasación, nombrándose a Domingo Alonso en su lugar. Una situación que se repitió cuando el cabildo metropolitano le nombró, en 1665, —junto a Escobar— perito en el pleito por la obra de la Sacristía catedralicia levantada por Maroto; lo que agravó las enemistades profesionales. El 10 de octubre, preparó un informe moderado del asunto. Finalmente, la Cofradía del Sagrario le recusó para el trabajo.

Intervino en la obra del segundo claustro de la Merced en 1668, obra que los propios mercedarios definían como “lo mejor que hay en Lima, porque es la traza de D. Constantino”. Seguramente esta obra fue determinante para que encargaran al maestro Manuel de Escobar su ejecución; maestro albañil al que protegió, encargándole de la gran obra franciscana, siendo difícil discernir cuáles fueron sus aportes de los de Escobar, salvo en el caso de la portada lateral, firmada por este último.

También trazó, en 1668, la planta para las Amparadas, aunque no participó en ella al morir el mismo año.

Fue enterrado el día 23 de agosto en San Francisco, quedando impagado “por estar pendiente pleito en los derechos con el Cabildo”.

 

Obras de ~: Traza de la Iglesia de San Francisco, Lima, 1657- 1668; traza del segundo claustro del Convento de la Merced, Lima, 1668; traza de las Amparadas, Lima, 1668.

Bibl.: E. Harth-Terré, Artífices en el Virreinato del Perú, Lima, Imp. Torres Aguirre, pág. 245; G. Lohmann Villena, Las minas de Huancavelica en los siglos XVI y XVII, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1949, pág. 465; Las defensas militares de Lima y Callao, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano- Americanos, 1964, pág. 120; R. Vargas Ugarte, Ensayo de un diccionario de artífices de la América Meridional, Burgos, Imp. de Aldecoa, 1968, págs. 361-363; J. Bernales Ballesteros, Lima, la ciudad y sus monumentos, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1972, pág. 386; A. San Cristóbal Sebastián, Arquitectura Virreynal Religiosa de Lima, Lima, Librería Studium, 1988, pág. 316; Fray Diego Maroto, Alarife de Lima, 1617-1696, Lima, Epígrafe, 1997, pág. 231; Manuel de Escobar, Alarife de Lima, (1640-1695), Lima, Universidad de San Martín de Porres, 2004, pág. 292.

 

María Dolores Crespo Rodríguez

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