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Baltasar Campuzano Sotomayor

Biografía

Campuzano Sotomayor, Baltasar. Lima (Perú), p. m. s. xvii – Roma (Italia), 5.IV.1666. Agustino (OSA), polígrafo, predicador, calificador del Santo Oficio, procurador y asistente general.

Sus padres fueron Rodrigo Campuzano Sotomayor, natural de Guadalajara y maestre de campo, de “muy noble familia”, y Francisca de Peñalosa y Añasco, hija del capitán Pedro de Añasco, natural de Sevilla.

El limeño Baltasar Campuzano vistió el hábito agustiniano en el convento de Lima el 12 de septiembre de 1621, cuando era prior provincial Gonzalo Díaz Piñeyro y Juan de Ortiz, maestro de novicios. Los siguientes años los dedicó Campuzano a estudiar hasta conseguir el grado de lector de Artes y Teología en el convento de Lima.

En su Provincia agustiniana ocupó diferentes cargos y oficios: predicador en Lima, Potosí y prior del convento de Potosí. Cuando se acababa de establecer la alternativa en los cargos de la Provincia salió elegido en los Capítulos Provinciales de 1637 y 1641 visitador del Perú. Además, fue vicario provincial, secretario provincial, procurador en las Cortes de Madrid y Roma de todas las provincias de Indias. A la capital llegó a principios de 1642 y el día 9 de mayo presentó la solicitud para el título y oficio de calificador del Santo Oficio, que le fue concedido el 6 de noviembre de 1647. Por la Universidad de Sigüenza obtuvo los grados de licenciado y doctor en Teología en los días 20 y 21 de abril de 1645, respectivamente.

En este tiempo de permanencia en España, Campuzano se encargó de realizar los trámites para la impresión del manuscrito con la oración fúnebre en las exequias por la reina Isabel de Borbón, tenida en la iglesia de San Agustín de Quito en 1645.

Aunque las licencias de impresión fueron conseguidas, se desconoce la razón por la que la edición no llegó a realizarse.

De Madrid se trasladó a Roma después de la muerte de Martín Blas de Ricarte, asistente general, cuando la Orden estaba buscando al religioso que ocupase este cargo. El elegido fue el afamado historiador Tomás de Herrera, que no pasó a Roma. Para sustituirlo, el prior general de la Orden agustiniana nombró el 17 de febrero de 1653 a Baltasar Campuzano asistente general por las provincias de España e Indias, puesto que los tres agustinos portugueses y descendientes de judíos (Rivarola, Pacheco y Silva), propuestos para el cargo de asistente, no gozaban de la aprobación ni del cardenal Trivulcio ni de Inocencio X (1644-1655).

En efecto, Baltasar Campuzano se movilizó entre los círculos de poder hasta conseguir la elección de asistente general de la Orden agustiniana, utilizando formas y actitudes desleales, según han reconstruido los historiadores B. Rano y Polo Rubio con documentos de la época. El primero, al tratar de la vida de Tomás de Herrera, y el segundo, cuando biografió al obispo agustino de Alguer, Jaca y Teruel, Andrés Aznar Naves (1612-1682). Baltasar Campuzano se sirvió de la ayuda del propio Aznar Naves y la desconcertante personalidad del entonces prior general de la Orden, con lo que el cardenal Trivulcio aceptó, “más por necesidad que por inclinación”, el nombramiento de asistente, al tiempo que le hacía firmar a Campuzano un documento por el que se comprometía a renunciar al cargo si Tomás Herrera decidía trasladarse a Roma. Poco tiempo después, el mismo prior general de la Orden agustiniana manifestaba “muchas quejas de su proceder” como asistente, principalmente en lo referente a los “asuntos de España” y, particularmente, de la Provincia de Aragón, donde Felipe IV deseaba que hubiese Capítulo Provincial con el fin de serenar los ánimos de los agustinos catalanes. En el siguiente Capítulo General, celebrado el 15 de mayo de 1655, se eligió asistente de España a Andrés Aznar, fiel protector de los intereses de la Monarquía.

En absoluto le sirvieron a Campuzano las tácticas usadas en el Capítulo General para ser prorrogado en la asistencia, ni las discusiones mantenidas en la Sala capitular. Tanto Aznar Naves, ahora como asistente general de España e Indias por un sexenio, como Campuzano continuaron residiendo en Roma. Éste hasta su fallecimiento, que según el bibliógrafo Nicolás Antonio, con quien mantuvo trato personal, fue a causa de un ataque de apoplejía.

Además de dos libros de poesías, Baltasar Campuzano redactó otras obras, algunas de las cuales llevan el seudónimo de “Dr. D. Francisco de la Carrera y Santos”, títulos que recogió Nicolás Antonio. Bajo la apariencia de un tratado teológico, Campuzano escribió Planeta católico sobre el Salmo 18 (1646). En estas páginas se esfuerza por trasladar a Felipe IV, y a cuantos leyeren esta obra, la necesidad de la evangelización de los indios mojos del Perú. Con este objetivo realiza una exégesis y comentario teológico del Salmo 18.

Campuzano fue un admirador del pontífice Alejandro VII (1655-1667). Dos obras escribió sobre la personalidad eclesiástica y el gobierno de este Papa.

La primera es una alabanza a la figura del cardenal y obispo de Imola, elegido Papa el 7 de abril de 1655.

Salió publicada en Roma en este mismo año con el título El Summo Sacerdote. La segunda obra, Filosofía y anillo de la muerte (1657), según Nicolás Antonio, es una interpretación o paráfrasis de las abejas del escudo pontificio de Alejandro VII. Además, dedicó otras dos obras al citado Alejandro VII: Parabién a la Iglesia Católica Romana en la conversión de Christina Alexandra Reyna de Suecia (1656); Día y noche.

Discursos morales sobre el contagio de la peste en Roma (1657); y una tercera, Alma y cuerpo, inédita, que versa sobre las cualidades de un nepote del Papa.

 

Obras de ~: Planeta católico sobre el Psalmo 18, Madrid, Imprenta Diego Díez de la Carrera, [1646]; Festivos aplausos en el afecto de la nación española en la recuperación de Barcelona, Roma, Imprenta Iacomo Phei, 1652; Epitalamio a las felizissimas bodas de los Excelentiss. SS. D. Pablo Espinosa Duque de Milán, y doña Ana Colona, Roma, Imprenta Iacomo Phei, 1653; El Summo Sacerdote, panegírico alegórico a N. SS. P. Alexandro VII, Roma, R. Camp. Apost., 1655; Parabién a la Iglesia Católica Romana en la conversión de Christina Alexandra Reyna de Suecia, Gozia y Vuandalia, señora de Angleria, Roma, Imprenta de Reu, 1656; Día y noche. Discursos morales sobre el contagio de la peste en Roma, Roma, Imprenta de la R. Camp. Apost., 1657; Filosofía y anillo de la muerte, Roma, 1657; Antigüedades de Guadalaxara, Madrid, 1661; Señor. El maestro frai Baltasar Campuçano, religioso de la Orden de San Agustín, con poderes del gremio de los azogueros de las minas de Potosí, i Oruro, dize [...], s. l., s. f. (inéd.); Señor. El maestro fray Baltasar Campuçano, religioso de la Orden de San Agustín, y natural de la ciudad de Lima, en nombre de don Dionisio Pérez Manrique, Caballero de la Orden de Santiago, y Ministro de su Majestad por el Real Consejo de Indias, y en virtud de un poder general que tiene para tratar sus causas, así en dicho Tribunal, como en otros: dize [...], s. l., s. f. (inéd.); Notas sobre la definición del ministerio de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora, s. l., s. f. (inéd.); Ministro celoso, s. l., s. f. (inéd.); La buena suerte, s. l., s. f. (inéd.); Alma y cuerpo, s. l., s. f. (inéd.).

 

Bibl.: N. Antonio, Bibliotheca Hispana Nova, t. I, Madrid, Joaquín de Ibarra, 1788, pág. 181 (vers. esp. de G. de Andrés y M. Matilla Martínez, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999, págs. 186-187); J. Lanteri, Postrema Saecula sex religionis augustinianae in quibus breviter recensentur illustriores viri augustinenses qui sanctitate et doctrina floruerunt post magnam Ordinis unionem peractam anno MCCLVI ab Alexandro IV usque ad haec tempora, Romae, Typographia Bernardi Morini, 1860, págs. 25-26; B. J. Gallardo, Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, formado con los apuntamientos de don Bartolomé José Gallardo, coordinados y aumentados por D. M. R. Zarco del Valle y D. J. Sancho Rayón, vol. II, Madrid, Rivadeneyra y Tello, 1866, pág. 241 (ed. facs., Madrid, Gredos, 1968); J. Gatalina García, Biblioteca de Escritores de la Provincia de Guadalajara, y Bibliografía de la misma hasta el siglo xix, Madrid, Tipografía Sucesores de Rivadeneyra, 1899, págs. 45-47 (ed. facs., Pamplona, Analecta, 2000); G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, vol. I, Madrid, Imprenta Asilo de Huérfanos S. C. de Jesús, 1913, págs. 565-570; “Documentos inéditos para la historia de la Orden”, en Archivo Agustiniano (AA), 22 (1924), págs. 99-106, 222-223 y 230-231; A. Manrique, “Campuzano Sotomayor, Baltasar”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 326; G. Díaz Díaz, Hombres y Documentos de la filosofía española, vol. II, Madrid, CSIC, 1983, págs. 91-92; B. Rano, “El maestro agustino fray Tomás de Herrera, principal historiador de la Orden de San Agustín”, en AA, 74 (1990), págs. 3-81; K. Reinhardt, Bibelkommentare spanischer Autoren (1500-1700), vol. I, Madrid, CSIC, 1990, págs. 96-97; J. J. Polo Rubio, Fray Andrés Aznar Naves (1612-1682), Madrid, Revista Agustiniana, 1996, págs. 25-28 y 30-33; J. Moreno Garbayo, La imprenta en Madrid (1626- 1650). [Materiales para su estudio], ed., introd. e índices de F. de los Reyes Gómez, vol. II, Madrid, Arco Libros, 1999, págs. 951-952, n.º 2967; C. Alonso (ed.), Bullarium Ordinis Sancti Augustini. Regesta, vol. VII, Roma, Institutum Historicum Augustinianum, 2002, pág. 71, n.º 179.

 

Rafael Lazcano González

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