Martínez, Aureliano. Fuentes de Ropel (Zamora), 15.VI.1907 – Perpiñán (Francia), 30.VI.1954. Religioso dominico (OP), teólogo, filósofo, escritor.
Se consagró como aspirante a la Orden de Predicadores o de los dominicos en el Estudio General de Almagro (Ciudad Real) el 8 de octubre de 1924, es decir, a los diecisiete años. Pronunció sus votos el 10 de octubre de 1925. Buen estudiante, culminó su carrera eclesiástica en el Angelicum, la Universidad dominica, de Roma, donde alcanzó sendos doctorados en Filosofía (1933) y en Teología (1934). Vuelto a Almagro fue profesor de ambas materias en el Estudio General de la Orden. Al estallar la Guerra Civil se fue a Sevilla y en Salamanca intentó restablecer en 1938 el Estudio General dominico, ejerciendo el puesto de regente de dicho Estudio General hasta 1951, en que se trasladó el Estudio General de Almagro a Granada. Fue nombrado dos veces viceprovincial de la Bética de su Orden.
Fue miembro de la Sociedad Mariológica Española y, también, numerario de la Sociedad Española de Filosofía. En plena madurez intelectual pasó a ser profesor de Dogma en la Facultad de Teología de San Esteban, de Salamanca. Finalmente, fue llamado al Angelicum, de Roma, donde explicó “Cuestiones seleccionadas de la Suma”, dando tres horas a la semana al bienio del doctorado.
El maestro general de la Orden de Predicadores, Manuel Suárez, instituyó, por primera vez, el cargo de secretario general de la Orden, nombrando para ocupar este puesto al padre Martínez. Para asistir al Capítulo Provincial de España salieron ambos desde Roma en automóvil para llegar a España. Cruzaron de noche el sur de Francia. Conducía el padre Suárez y, en un accidente que no fue debidamente esclarecido (se barajaron hipótesis de sueño, de ataque cardíaco, de caída espontánea de un árbol y hasta de “sabotaje de elementos anti-católicos”), encontraron la muerte ambos, a unos quince kilómetros de Perpiñán (Francia) el 30 de junio de 1954. El padre Martínez contaba cuarenta y seis años de edad y veintinueve de vida religiosa. Se les hizo un solemne funeral en Madrid, al que asistieron nueve ministros, once obispos, siete embajadores, varios superiores generales de otras órdenes religiosas y siete provinciales dominicos de otros tantos países de Europa. Los féretros fueron enterrados en Caleruega (Burgos), cuna de la Orden Dominica.
Obras de ~: Santo Tomás de Aquino, Tratado de los ángeles de la Suma Teológica. Introducción y comentarios, Madrid, Editorial Católica, 1950, págs. 50-64 (col. Biblioteca de Autores Cristianos, n.º 56, vol. III de la Suma Teológica, traducida y comentada por profesores dominicos); De spiritualitate animae humanae, s. f. (ms.); Comentarios y Exposiciones a diversos tratados de la I y III partes de la Suma Teológica de Santo Tomás, s. f. (ms.), 2 vols.
Bibl.: “Noticia necrológica”, en Ecclesia (Madrid), XV, n.º 677 (3 de julio de 1954), pág. 5; “Última hora. Necrología”, en Veritas, Cuadernos de los Estudiantes Dominicos (Granada), n.º 23 (1954), pág. 36; Fr. A. Turrado, “Aquel triste amanecer en el mediodía de Francia”, Fr. A. del Campo, “Jornadas de luto”, Fr. Á. Huerga, “P. Aureliano Martínez. Biografía y semblanza”, Fr. J. P laza, “El P. Aureliano. Su perfil psicológico y espiritual”, y Fr. A. Lobato, “Vocación profesional del P. Aureliano”, en Veritas, Cuadernos de los Estudiantes Dominicos (Granada), n.º 24 [extraordinario dedicado a la muerte de los padres maestro general y secretario general de la Orden] (1954), págs. 2-3, págs. 7-8, págs. 37-38, págs. 39- 41 y págs. 39-41, respect.; Acta Capitularis Provincialis electivi Provinciae Beticae, Granada, 1956, págs. 44-46; L. de Guzmán, “Martínez, Aureliano”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, págs. 1431-1432.
Fernando Rodríguez de la Torre