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Rafael Botí Gaitán

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Biografía

 

Botí Gaitán, Rafael. Córdoba, 9.VIII.1900 – Madrid, 4.II.1995. Pintor.

Músico de profesión y pintor por vocación, Rafael Botí pertenece a una generación de pintores nacidos en torno a 1900 que en la España de los años veinte y treinta jugaron un papel decisivo en la evolución de la plástica española, por cuanto ofrecieron una alternativa joven, renovadora e inquieta a la pintura académica, influidos en parte por los movimientos artísticos europeos de principios de siglo, pero sin llegar a desarrollar una pintura de auténtica vanguardia ni, por tanto, provocar una ruptura drástica en el panorama artístico español. La pintura de Botí se caracteriza por su dificultad para ser encasillada en una corriente estilística concreta, si bien en su estilo pueden identificarse algunas influencias, destacando sobre todo las del postcubismo y la pintura intimista o nabi. La primera, que debe a la enseñanza de Vázquez Díaz, se manifiesta en una cierta inclinación por los volúmenes puros y en la equilibrada armonía de las composiciones, en tanto la segunda está latente en el uso de unos colores puros, vibrantes y a menudo irreales y simbólicos, aplicados con una pincelada densa. Ocasionalmente tiene también puntos en común con la pintura fauve y naíf.    

Habiendo iniciado su formación artística en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, donde conoce personalmente a Julio Romero de Torres, a quien siempre gustó de considerar su maestro aunque no influyese en su estilo, Botí abandona su ciudad natal en 1917 y se traslada a Madrid con el fin de culminar en la capital de España los estudios de Música que había comenzado en el Conservatorio de Córdoba. Esta razón no le hace abandonar su afición por la pintura, de modo que en 1919 ingresa en el taller de Vázquez Díaz, donde conoce a otros jóvenes pintores inquietos, como Pablo Zelaya, Rodríguez Acosta, Díaz-Caneja, Isaías Díaz, Juan Antonio Morales, José Caballero y su paisano y amigo Ángel López-Obrero, entre otros. Por estos años empieza a frecuentar también las tertulias artísticas y literarias, trabando amistad con algunos personajes de la bohemia madrileña, como Eugenio Noel o el pintor José Gutiérrez Solana. La precariedad económica le obliga a regresar a Córdoba en 1920, donde probablemente concluye sus estudios musicales y donde en 1923 celebra su primera exposición, junto con el escultor e íntimo amigo suyo Enrique Moreno. El estilo aún por madurar del artista en sus primeras obras se mueve en el terreno de una pintura colorista y luminosa, de temática paisajística y pincelada suelta de influencia impresionista. Ese mismo año logra por concurso una pensión de la Diputación Provincial de Córdoba para iniciar oficialmente estudios de pintura en Madrid.

Instalado definitivamente en la capital –donde contrae matrimonio con Isidra Torres Lerma en 1924–, el pintor recupera su relación con el taller de Vázquez Díaz y su pintura evoluciona hacia un estilo más personal en el que se deja sentir el influjo de su maestro. El progresivo abandono de la pincelada impresionista, la inclinación por los volúmenes puros y la presencia en varias obras de una gama cromática dominada por los colores fríos son rasgos de su pintura que deben ponerse en relación con este influjo; sin embargo, Botí no se deja absorber por esta enseñanza y demuestra ser capaz de conservar su propia personalidad artística, latente en la pureza cromática, en el uso frecuente de unos colores vibrantes e irreales, en la sencillez y equilibrio de sus composiciones, en su armonía cándida y serena y en la reiterada obsesión por la pintura de paisaje, bien sea rural o urbano. Al contrario que en la obra de Vázquez Díaz, en la pintura de Botí apenas tiene cabida la figura humana. Habiendo visitado con frecuencia la localidad de Fuenterrabía para pintar el paisaje vasco en compañía de su maestro, el período de formación de Rafael Botí puede darse por concluido hacia 1932, a su regreso de París, donde pasó dos temporadas pensionado en dos ocasiones más por la Diputación de Córdoba. Su obra Viejo París rubrica la evolución de su pintura hacia un estilo geometrizante que, sin embargo, guarda distancia con la vanguardia europea.

Por otra parte, el compromiso efectivo y real de Botí con la renovación artística del país se había materializado dos años antes, al fundar el Grupo de los Independientes, que llegaría a celebrar dos exposiciones colectivas en el Salón Heraldo de Madrid, en 1929 y 1930. Gran parte de los integrantes de este grupo habían sido condiscípulos suyos en el taller de Vázquez Díaz. En 1931, al poco de proclamarse la II República, el artista participa en la creación de la Asociación Gremial de Artistas Plásticos y en la elaboración de un importante manifiesto dirigido a la opinión pública y a los poderes oficiales, en el que los firmantes expresan su esperanza de que «el hundimiento de un régimen político confeccionado con la opresión y la arbitrariedad traiga consigo, como consecuencia, renovación en todas las manifestaciones sociales que, como la artística, han estado sujetas a un régimen opuesto a toda idea que significase un cambio en las viejas costumbres».

Los años treinta suponen el período de plenitud en la carrera artística de Rafael Botí. En lo personal ha conseguido plaza como músico y profesor de viola en la Orquesta Filarmónica en 1930; en lo artístico, su estilo se halla plenamente maduro y expone en varias ciudades (Córdoba, 1931; Bilbao, 1933; Madrid, 1935). La obra que abandera su pintura en estos años es Árboles del Botánico, un lienzo de considerables dimensiones que expresa la fusión de influencias nabí, postcubistas e incluso expresionistas en un estilo personal de componentes esencialmente líricos y evocadores, donde el dibujo y el color comparten protagonismo y la arquitectura del cuadro se compone de forma equilibrada y rotunda.

Al estallar la Guerra Civil, el pintor abandona la capital y se instala en Manzanares (Ciudad Real), donde logra un puesto como encargado de biblioteca en un instituto de segunda enseñanza, siendo nombrado también auxiliar técnico para los Servicios de Incautación, Protección y Salvamento del Tesoro Artístico. Terminada la contienda, regresa a Madrid y logra hacerse con una plaza en la Orquesta Nacional, pero, si  bien continúa pintando, renuncia a celebrar nuevas exposiciones individuales, conociendo su carrera artística desde entonces una larga etapa de introspección que se prolongará hasta 1959. A partir de este año se suceden numerosas exposiciones de su obra y se asiste al progresivo reconocimiento de su trayectoria artística a través de diversos homenajes y nombramientos, concediéndosele en 1980 de la Medalla de Plata al Mérito en las Bellas Artes. Aunque su paleta tiende a decantarse por tonos terrosos en sustitución de la gama fría, las características de su pintura en estos años evolucionan poco respecto al estilo fraguado en los años veinte y treinta y, pese a cultivar ocasionalmente otros temas, como el bodegón o los interiores intimistas, su obra sigue teniendo el paisaje como objeto principal, bien en los rincones íntimos de su Córdoba natal (Arquitectura cordobesa, La noche en una calle de Córdoba) o en sus interesantes cuadros de Moratalaz y Vallecas de los años cuarenta (Barrio de las latas, Paisaje de Vallecas), que le acercan en cierta medida a las inquietudes artísticas de la llamada Segunda Escuela de Vallecas.

Una neumonía pulmonar acabó con su vida en 1995, a la edad de noventa y cuatro años. La estimación por su figura continuó tras su muerte en forma de homenajes, exposiciones póstumas –especialmente, aunque no sólo, en Madrid y en Córdoba– y reconocimientos institucionales, como la inauguración en 1996 de una plaza con su nombre en su Córdoba natal y la creación en 1998, también en Córdoba, de la Fundación provincial de artes plásticas que lleva su nombre, entidad dependiente de la Diputación de Córdoba a la que el hijo del pintor donó la mayor parte de su colección, con obra tanto propia como de otros artistas coetáneos. Igualmente lleva su nombre la convocatoria bienal de artes plásticas que se celebra desde ese mismo año, organizada por la Diputación de Córdoba, y el centro de arte contemporáneo inaugurado en el año 2015, adscrito a la fundación.

Obras destacadas de ~ : Entrada al santuario de la Fuensanta, 1917; De la sierra de Córdoba, 1922; Los cipreses, 1922; Alcornoques en la sierra de Córdoba, 1922; Cocina, 1923; Jardín Botánico, 1924; El patio de la Fuensanta, 1925; Puerta románica de El Retiro, 1925; La estación de Atocha, 1925; Fuente Goiri, 1925; El canal de Fuenterrabía, 1926; El Bidasoa, 1926; Fuenterrabía, día gris, 1926; Córdoba mora, 1926; Bodegón de los papeles, 1928; El árbol rosa, 1928; Viejo París, 1929; Camino escondido, 1930; Girasoles, 1930; Árboles del Botánico, 1933; Patio manchego, 1938; Barrio de las latas, 1940; Paisaje de Madrid, 1942; Paisaje de Vallecas, 1942; Las cañas, 1945; Nocturno manchego, 1950; Brindis a mi amigo Eugenio Noel, 1951; El pan, 1954; Campos de Castilla, 1955; Arquitectura cordobesa, 1960; Un patio de la Judería, 1972; El viejo tronco, 1977; El mantel azul, 1981; De la Casa de Campo, 1982; La noche en una calle de Córdoba, 1982; Primavera desde mi estudio, 1991.

Bibl.: F. Zueras Torrens, El pintor Rafael Botí. Córdoba, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1984; Rafael Botí, Córdoba, Diputación Provincial, 1986. VV. AA., Rafael Botí, Córdoba, Caja Provincial de Ahorros de Córdoba, 1990; A. M. Campoy, Rafael Botí, Madrid, Correo del Arte, 1991; J. M. Palencia Cerezo, “El paisaje de Córdoba y la pintura de Rafael Botí”, en Momentos cordobeses, Córdoba, Museo de Bellas Artes, 1994; VV. AA., Rafael Botí, Córdoba, Diputación Provincial, 1997; J. Pérez Segura, “Rafael Botí y el paisaje en el arte moderno español”, en Cuatro cordobeses en vanguardia. Botí. Ferrer. López-Obrero. Rodríguez Luna, Córdoba, Fundación Provincial de Artes Plásticas “Rafael Botí”, 2000, págs. 74-93; J. Tussell, “Rafael Botí, una pintura serena y amiga”, en Botí y sus maestros, Córdoba, Fundación Provincial de Artes Plásticas “Rafael Botí”, 2000, págs. 144-199; D. Ledesma Mellado, Vida y obra de Rafael Botí. Córdoba, Fundación Provincial de Artes Plásticas “Rafael Botí”, 2003; VV. AA., Rafael Botí en el Décimo aniversario de su muerte. Madrid, Fernando Villaverde ediciones, 2005; VV. AA., Rafael Botí.  XX Aniversario de su muerte, Pinto (Madrid), Gráficas Monterreina, 2015.

David Ledesma Mellado

 

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