Eugui, García de. Eugui (Navarra), m. s. xiv – Pamplona (Navarra), c. 1425. Cronista, consejero, confesor y embajador regio, obispo agustino (OSA).
El apellido Eugui aparece escrito de modos diferentes según los autores: Eugí, Euguí, Huguí, Henguy o frere Gracie. Otros le denominan Menendo García, e incluso Menéndez García o Garsias Henguy.
Cuando el 28 de diciembre de 1359 Eugui recibió del infante Luis “limosna” para poder ir a estudiar a Castilla, ya había profesado en la Orden de San Agustín, según refleja el documento que da fe del donativo.
Concluida su formación intelectual, fue lector de Teología, y así consta el 10 de septiembre de 1370.
En este año ejerció de prior del convento agustino de Pamplona.
Desde un principio García de Eugui estuvo bien relacionado con la Familia Real navarra, a la que se mostró siempre servidor leal del Rey. Realizó una prolongada labor como mensajero y diplomático regio, además de consejero y confesor de Carlos II de Navarra (1349-1387). También lo fue, posteriormente, de su hijo Carlos III (1388-1425). Así, desde Normandía envió Carlos II a Eugui con un mensaje para su mujer el 26 de junio de 1378; también hizo de mensajero político cuando llevó a Pedro Manrique, adelantado de Logroño, veinte mil florines de Aragón, a cambio de entregar a Carlos II la ciudad de Logroño. Esta misión fracasó, pero Eugui no perdió la confianza del rey navarro, e intervino en nuevas misiones políticas en Castilla, trasladando mensajes, razones y decisiones políticas entre los años de 1381 y 1385.
Los servicios de Eugui fueron compensados de diferentes modos, con la entrega de libros y medios económicos. El 4 de marzo de 1375 Carlos II le concedió una pensión anual de 30 francos de oro; en 1377 el mismo Carlos II se mostró generoso con Eugui al obsequiarle con dos bandejas de plata por valor de 22 libras y 4 sueldos; y en 1381 le concedió con carácter vitalicio los diezmos del pueblo de Echarri, renovados por Carlos III el 10 de noviembre de 1388.
A la muerte de Bartolomé de Rivera en 1382, Carlos II de Navarra solicitó que García de Eugui fuera nombrado nuevo obispo de Bayona. En su lugar salió elegido Pedro de Zumálaga, si bien no llegó a tomar posesión de su diócesis al morir poco después de su designación para la sede de Bayona. En esta situación, Clemente VII (antipapa) preconizó a García de Eugui como obispo de Bayona el 12 de febrero de 1384.
Debido al cisma de la cristiandad producido en Occidente, el obispo Eugui no llegó a utilizar el palacio episcopal de Bayona al estar la diócesis bajo el control de los partidarios de Roma, los ingleses. Desde San Juan Pie de Ponte gobernó su pequeña diócesis, ocupándose principalmente de los servicios políticoreligiosos en la Casa Real de Navarra con discreción y lealtad.
La figura política de Eugui fue clave no sólo en la pérdida de los territorios navarros durante los años setenta, sino también en la recuperación de las tierras y de su estatus en la década siguiente. Está presente en la firma del tratado de Estella del 1 de enero de 1386, al ser invitado especial del rey Carlos II en reconocimiento del papel desempeñado en las negociaciones previas.
Fue albacea de Carlos II y alférez durante el interregno que precedió a la llegada desde Castilla del nuevo rey, Carlos III de Navarra, el 21 de enero de 1387. Desde el 14 de julio de este mismo año se reconoce a Eugui como confesor del Rey. Al año siguiente viajó a Castilla, y el 13 de febrero de 1390 asistió, junto con otros prelados, a la coronación de Carlos III, conocido por el Noble. Tanta es la estima del Rey a Eugui que le asignó la tarea de ser uno de los quince tutores de su primer hijo, el infante Carlos, si bien su temprana muerte (1405) impidió realizar su cometido. En Olite (Navarra), casó Eugui el 3 de diciembre de 1405 a Juana, la heredera del trono navarro, y el primer hijo del conde de Foix.
El nombre de García de Eugui ha quedado asociado, como “figura autorial”, a una Crónica de los fechos que fueron fechos antigament en Spayña, y, más concretamente, con la genealogía de los reyes de Navarra.
En efecto, Eugui ofrece un caudal de información erudita para la construcción de la historia de España, a pesar de las lagunas e imprecisiones que la Crónica contiene. Está dividida en dos partes, una historia general de España, y una genealogía de los reyes de Navarra. Arranca la Crónica con la Creación, reflejando Eugui su mayor interés en los asuntos específicamente religiosos e ibéricos, y de forma particular en el período posterior al año 711 destaca la historia del pueblo navarro. Concluye con el catálogo de los reyes de Navarra, desde Íñigo Íñiguez Arista (c. 810-851) hasta la muerte de Carlos II de Navarra, producida en Pamplona en 1387.
La ausencia de información sobre los últimos años de Carlos II podría señalar que la Crónica se completó con anterioridad a 1387, si bien la versión última del escrito se concluiría en fechas posteriores.
Las fuentes de la Crónica de Eugui son la Estoria de Espanna, compilación de Alfonso X el Sabio, y De rebus Hispanae, en la versión traducida del siglo xiii, conocida como la Estoria de los godos. Otras fuentes secundarias utilizó Eugui como Orosio, Isidoro de Sevilla, etc.
Eugui está considerado como el iniciador de la historiografía navarra autónoma. Su Crónica la usaron de fuente histórica el príncipe de Viana (1421-1461) y la crónica de Pedro de Valencia, monje de Nájera, escrita en el año 1400. Amador de los Ríos considera esta obra de Eugui como única en el aspecto del lenguaje, si bien su estilo se ajusta más con el de los escritores castellanos. La historia recogida en la Crónica de Eugui se presenta según el canon de crónica medieval y constituye una obra necesaria para el establecimiento de la tradición historiográfica medial navarra.
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Rafael Lazcano González
