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San Miguel de los Santos

Biografía

Argemir Mitjá, Miguel. San Miguel de los Santos. El Extático. Vic (Barcelona), 29.IX.1591 – Valladolid, 10.IV.1625. Trinitario descalzo (OSTD), santo, místico, escritor.

Séptimo de ocho hermanos, seis de ellos varones, nació en Vic. Su padre, Enric Argemir y Alcines, era notario de Vic (antes había ejercido la misma profesión en Santa Coloma de Centelles, de donde era oriundo). A los tres años perdió a su madre (Montserrat Mitjà) y, a los once, a su padre. Fue un niño émulo de los padres del desierto en prácticas religiosas y penitencias. Vistió en Barcelona el hábito trinitario calzado y profesó luego, a sus dieciséis años, en el convento de San Lamberto de Zaragoza, el 30 de septiembre de 1607. Al enterarse, a través de un trinitario descalzo que pasó por Zaragoza, de la reforma promovida por san Juan Bautista de la Concepción, se enroló en ella. Tomó el hábito descalzo en Pamplona, el 28 de enero de 1608, de allí pasó a Madrid para proseguir su noviciado y profesó en Alcalá de Henares el 29 de enero de 1609 con el nombre de Miguel de los Santos. De abril a octubre de ese año, mientras vivió en el convento de La Solana (Ciudad Real) —allí conoce a san Juan Bautista de la Concepción—, comenzó a experimentar los fenómenos extraordinarios que serían tan frecuentes en su vida: ayunos completos prolongados, arrobos, éxtasis, gritos, saltos incontenibles, etc. En Sevilla, donde pasó los años de 1609 a 1611, alcanzó el culmen de la transformación espiritual, sellada con el fenómeno del cambio de corazones: mientras una noche Miguel de los Santos suplicaba al Señor que le cambiase su corazón por otro más encendido en su amor, se le apareció Jesucristo, le arrancó el corazón y le puso en el pecho el suyo propio.

Cursó sus estudios filosóficos en la Universidad de Baeza y los teológicos en Salamanca y Baeza. En Baeza, una vez ordenado sacerdote en Faro (Portugal), ejerció durante siete años (1615-1622) un fecundo apostolado, con resultados sorprendentes para la ciudad. Por culpa de una acusación calumniosa, pasó cuatro o cinco semanas en la cárcel conventual.

Por sus frecuentes éxtasis durante la misa, mientras confesaba o predicaba o escuchaba predicar, era conocido como el Extático. De mediados de 1622 hasta su muerte, ocurrida el 10 de abril de 1625, fue ministro conventual en Valladolid. Aunque repetía: “Yo no valgo más que para rezar”, se desenvolvió con destreza en su cargo, yendo siempre por delante con su ejemplo. Acudían a él en busca de consejo espiritual todo tipo de personas, entre ellas, el rey Felipe III con toda su familia y el cardenal duque de Lerma.

En la iglesia vallisoletana de San Nicolás de Bari se veneran sus restos. Fue beatificado por Pío VI el 2 de mayo de 1779 y canonizado por Pío IX el 8 de junio de 1862, fiesta de Pentecostés, junto con los mártires japoneses. Juan XXIII lo declaró patrono de la diócesis de Vic (1962). La iconografía le muestra preferentemente en adoración ante el Santísimo Sacramento o en el acto de intercambiar su corazón con el de Jesucristo.

Su Breve tratado de la bienaventurada tranquilidad del alma, de claro sabor autobiográfico fue, escrito por obediencia hacia 1610 en Sevilla. Consta de sólo diez apartados. El estado de la tranquilidad del alma es el estado de la unión transformante, fruto de la purificación y de la contemplación. Compuso también un poema en diecinueve octavas reales —elogiado por Lope de Vega y Menéndez Pelayo— sobre el alma en la vía unitiva. En esos versos el poeta místico analiza reflexivamente la experiencia de la unión transformante, que fue la suya, por lo que pierden un tanto el calor y el ardor del sentimiento. El epistolario conocido del santo se reduce a cuatro cartas, de las que una, dirigida a un superior, es resumen del breve tratado. Se le atribuyen igualmente doce breves máximas en latín sobre el modo de vencer la tentación. Ninguno de tales escritos se conoce en su redacción original autógrafa.

 

Obras de ~: “Duodecim arma spiritualis pugnae, cum peccandi libido mentem subiit”, en G. González Dávila, Compendio histórico de las vidas de los gloriosos san Juan de Mata y san Félix de Valois, Madrid, Francisco Martínez, 1630, fols. 74v.- 75r.; Breve tratado de la tranquilidad del alma, Madrid, Trinitarios, Postulación General de la Causa de Beatificación, 1991.

 

Bibl.: José de Jesús María, Vida del venerable y extático padre fray Miguel de los Santos, Salamanca, Imprenta de la Universidad, 1688; L. de San Diego, Compendio de la vida del beato Miguel de los Santos, Madrid, Manuel Martín, 1779; L. Reynés, Resumen de la vida, virtudes, milagros y preciosa muerte del beato Miguel Argemir en los Calzados y de los Santos en los Descalzos de la Orden de la SS. Trinidad, Mallorca, 1780; S. A. M.ª Claret, “Sermón del beato Miguel de los Santos”, en Selectos panegíricos, VIII (1861), págs. 194-205; A. de la Asunción, Opúsculos de S. Miguel de los Santos, Roma, 1915; M. Menéndez y Pelayo; Estudios y discursos de crítica histórica y literaria, vol. II, Madrid, Gráficas Aldus, 1941, pág. 101; J. Postius, “Los escritos de san Miguel de los Santos”, en Ilustración del Clero (IC), XIX, 447 y 448 (1925), págs. 253-260; J. Postius, “Vida divina de San Miguel de los Santos”, en IC, XIX (1925), pág. 223; J. Gros y Raguer, Vida de Sant Miquel dels Sants, Barcelona, 1936; J. de la Virgen del Carmen, “A propósito de El alma en la vía unitiva de san Miguel de los Santos”, en El Santo Trisagio, 124 (1956), págs. 173-178; “Interpretación de la vida de San Miguel de los Santos”, en Estudios Trinitarios, 2 (1964), págs. 73-92; B. Porres, “Miguel de los Santos, San”, en Q. Aldea Vaquero, J. Vives Gatell y T. Marín Martínez (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 1483; G. Antignani, “Il trattarello di S. Michele dei Santi sulla tranquillità dell’anima”, en Rivista di Ascetica e Mistica, 47 (1978), págs. 264-272; A. Rodríguez Borrego, Movido por el espíritu de Dios. Vida de S. Miguel de los Santos, Madrid, Trinitarios, Postulación General de la Causa de Beatificación, 1991; J. Gudiol y Cunill, E. Junyent y Subirá y M. S. Salarich y Torrents, Sant Miguel dels Sants i la ciutat de Vic, Vic, Arxiu, Biblioteca i Museu Episcopals, 1992; J. M.ª Arbizu, “Tranquilidad, inocencia y sencillez del alma en el seno de la divinidad, en san Miguel de los Santos”, en Trinitarium, 3 (1994), págs. 123-149.

 

Juan Pujana Ascorbeitia, OSTD

 

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