Oquerruri, Pedro de. San Asensio (La Rioja), 1625 – ?, c. 1681. Escultor.
En 1648 su madre María de Valmaseda lo ponía como aprendiz con Diego Jiménez el Joven, aprovechando la estancia de éste en Briones y San Asensio por razones profesionales, para que aprendiera el oficio de escultor a lo largo de seis años. No obstante, tras fugarse Pedro de Oquerruri de la tutela de su maestro sin cumplir con el plazo al que estaba obligado, en 1655 María de Valmaseda llegaba a un acuerdo amistoso con Diego Jiménez para que Pedro de Oquerruri permaneciera con él un total de seis meses más a partir de marzo de 1656, a cuyo taller permanecería vinculado todavía algún tiempo como oficial. Ésa es la verdadera razón por la que su estilo se convierte en un simple trasunto del de aquél, aunque más anodino y sin la fuerza interior que rezuman los prototipos del taller de Cabredo. Tampoco hacía falta, por cuanto los retablos comenzaban ya a experimentar una modificación sustancial en beneficio del aparato arquitectónico hasta, con el paso de los años, quedar la obra de escultura relegada a un simple plano testimonial. Tras unos primeros trabajos concretos, como el pabellón que realizó a modo de encuadre del relicario del retablo mayor de Cellorigo a semejanza del de Briones (1663), fue el entorno calceatense y la Riojilla burgalesa su principal teatro de operaciones bajo el amparo del influyente arquitecto Diego de Ichaso, aunque sin descuidar otras zonas de sierra más alejadas de este encuadre.
En 1666 asumió la fábrica del retablo mayor de Viloria de Rioja, en compañía del arquitecto Juan Bautista Galán; en 1668 concertó la obra de escultura del retablo mayor de Nieva de Cameros y se trasladó hasta Logroño para trabajar con Juan de Amezqueta, Sebastián del Ribero y otros compañeros más en diferentes cometidos en la iglesia de Santiago el Real y el Convento de la Merced. En 1670 concertó la conclusión del programa iconográfico del retablo mayor de Anguciana. Dos años después estaba residiendo temporalmente en Torrecilla en Cameros. En 1674 asumió la realización de la obra de imaginería y relieves historiados del retablo mayor de Quintanilla de San García y luego la del retablo mayor de Anguiano (1678), en ambas ocasiones como complemento de la labor de Diego de Ichaso. Tras haberse obligado a hacer el colateral de Nuestra Señora del Rosario para la iglesia de San Asensio (1678), parte del cual cedió a Domingo de Erdocia, y fallecer al poco tiempo, su viuda Ángela Fernández de Toda tenía que encargarse de poner orden en los asuntos que tenía pendientes.
Obras de ~: Pabellón para el relicario del retablo mayor, Cellorigo (La Rioja), 1663; Programa escultórico del retablo mayor, Viloria de Rioja (Burgos), 1667; Esculturas del retablo mayor, Nieva de Cameros (La Rioja), 1668; Conclusión del programa iconográfico del retablo mayor, Anguciana (La Rioja), 1670; Imágenes y relieves historiados del retablo mayor, Quintanilla de San García (Burgos), 1674; Imágenes y relieves del retablo mayor, Anguiano (La Rioja), 1678.
Bibl.: J. M. Ramírez Martínez, Los Talleres Barrocos de Escultura en los Límites de las Provincias de Álava, Navarra y La Rioja, Logroño, Instituto de Estudios Riojanos (IER), 1981; J. M. Ramírez Martínez y J. M.ª Ramírez Martínez, La Escultura en La Rioja durante el siglo xvii, Logroño, IER, 1984; J. M. Ramírez Martínez, Retablos Mayores de La Rioja, Agoncillo (La Rioja), Labelgrafic, 1993.
José Manuel Ramírez Martínez
