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Pedro del Campo

Biografía

Campo, Pedro del. ¿Ledesma? (Salamanca), f. s. xv – Toledo, 1551. Canónigo, teólogo, predicador y obispo.

Algunos autores han señalado como lugar de nacimiento la localidad de Mora de Toledo, de ahí que aparezca con interrogantes la villa de Ledesma, solar salmantino donde el profesor J. A. Cabezas asegura que nació Pedro del Campo. Estudió teología y artes en la Universidad de Salamanca, obteniendo el grado de maestro en Teología. En 1508, junto a otros seis compañeros, se traslada a la Universidad de Alcalá, donde se convierte en uno de los primeros colegiales de San Ildefonso.

De su carrera eclesiástica se conoce que fue cura párroco en la iglesia de Loeches (Madrid), perteneciente entonces a la diócesis de Toledo, canónigo y magistral en la catedral primada de Toledo, lector de teología en la catedral, visitador de las iglesias de la ciudad de Toledo y rector del Hospital de Santa Cruz, fundado por el cardenal Pedro González de Mendoza.

Fue también un afamado predicador del pueblo de Toledo, gozando de una altísima estima entre los miembros del cabildo toledano. El cardenal Francisco Ximénez de Cisneros lo llama a Alcalá de Henares para fomentar los estudios de la nueva Universidad y, “por su dignidad, letras, honestidad y mucho merecimiento”, requiere su magisterio en las aulas y lo nombra primer rector de la Universidad. Más tarde solicitó a la Sede Apostólica su nombramiento como obispo. En enero de 1516 viajó Del Campo a Flandes para comunicar a Carlos I el fallecimiento de su abuelo Fernando.

El 4 de julio de 1516 fue nombrado obispo titular de Utica (África septentrional) y auxiliar del arzobispo de Toledo; fue siendo consagrado en el mismo año. Según la documentación consultada, realizó visita ad limina apostolorum en los años 1520, 1523, 1537, 1546 y 1548, sin que se puedan precisar la razón ni el contenido.

En 1519, el papa León X concedió a Carlos I la décima sobre los frutos eclesiásticos, lo que provocó la protesta del clero. En Toledo la encabezó Pedro del Campo, que un año antes había predicado “en favor de la libertad eclesiástica y para la buena gobernación de esta ciudad”. Esta toma de postura estuvo a punto de costarle las dignidades que disfrutaba.

En agosto de ese año el corregidor de Toledo lo encausó por entender que era responsable de la subversión clerical, si bien el cabildo primado salió en su defensa.

Pedro del Campo, el 20 de enero de 1544, actuó como consagrante del obispo de Calahorra y La Calzada Juan Yáñez. A la muerte de su protector, el cardenal Cisneros, se incorporó de forma estable al cabildo de Toledo, donde durante muchos años presidió numerosas celebraciones, actuando como “obispo de anillo”, según la denominación de la época. En 1537 escribió el prólogo de la obra Agonía del tránsito de la muerte del toledano Alejo Venegas, cuya primera edición fue publicada en Toledo por Juan de Ayala. Por otra parte, apoyó al arzobispo Juan Martínez Silíceo en el establecimiento del estatuto de limpieza de sangre en la catedral primada.

Durante algún tiempo fue uno de los máximos defensores de la Comunidad de Toledo y los comuneros, presidiendo en la catedral, después de la misa mayor, el día 14 de junio de 1520, solemnidad del Corpus Christi, el juramento constituyente de la Comunidad.

Pocos meses después, ante la gravedad de los acontecimientos, cambió de postura y tuvo que huir de Toledo, refugiarse en Ajofrín, desde donde realizó una labor de apoyo al Emperador. De allí fue trasladado puntualmente a Toledo para predicar un sermón a la muerte del arzobispo Guillermo de Croy, que fue impreso y, aunque no se han conservado ejemplares, sí puede conocerse su contenido gracias a una copia manuscrita conservada en la Biblioteca Nacional (ms. 7896, fols. 606-615). Se opuso a que Acuña fuese nombrado administrador de la archidiócesis.

Pasada la revuelta comunera, Pedro del Campo continuó su vida en Toledo, siempre muy vinculado al ambiente intelectual de la ciudad. De ello dan fe algunos datos: en 1535 asistió en Zocodover a la abjuración realizada por el canónigo Juan de Vergara, y en 1537 impulsó la publicación de la obra de Alejo de Venegas reseñada anteriormente. En 1545 imprimió en Toledo el Sermón que contiene la exposición de la santísima oración del Pater Noster, reeditado en 1623.

Falleció en Toledo en el año 1551. En su testamento dejó unas casas con cuyas rentas debía mantenerse siempre encendida una lamparita de aceite en el trascoro de la catedral, en el lugar donde se encontraba el Santísimo Sacramento.

 

Fuentes y bibl.: J. Román de la Higuera, Historia eclesiástica de la imperial ciudad de Toledo y su tierra (1461-1527), t. VII, Madrid, Biblioteca Nacional, s. xvii, ms. 1293, fol. 109; Informaciones aportadas por J. A. Cabezas Fernández del Campo, Salamanca, 2009.

V. de la Fuente (coord.), España Sagrada, t. LI, Madrid, Imprenta de D. José Rodríguez, 1879, pág. 315; G. Gulik y C. Eubel, Hierarchia Catholica medii et recentiores aevi, III, Monasterii, Libraria Regensbergiana, 1923, fol. 324v.; I. Adeva Martín, El Maestro Alejo Venegas del Busto. Su vida y su obra, Toledo, Diputación Provincial, 1987; F. Martínez Gil, La ciudad Inquieta. Toledo Comunera, 1520-1522, Toledo, Diputación Provincial, 1993; V. Guitarte Izquierdo, Episcopologio Español (1500-1699). Españoles obispos en España, América, Filipinas y otros países, Roma, Instituto Español de Historia Eclesiástica, 1994; C. Vaquero Serrano, En el entorno del Maestro Alvar Gómez, Pedro del Campo, María de Mendoza y los Guevara, Toledo, 1996; A. Fernández Collado, Obispos de la provincia de Toledo, 1500-2000, Toledo, Instituto Teológico de San Ildefonso, 2000; J. L. Martín Martín, Historia de Ledesma, Salamanca, Diputación Provincial, 2008.

 

Ángel Fernández Collado