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Fernando de Zárate y Recalde

Biografía

Zárate y Recalde, Fernando de. Villagarcía de Campos (Valladolid), ? – Tucumán (Argentina), 1595. Gobernador.

La familia de los Verdugo de Zárate está vinculada a Villagarcía de Campos, en Valladolid, donde posee palacios, casas solariegas, mayorazgo, capillas y capellanías, al menos desde el siglo XVI. Fernando de Zárate y Recalde, gobernador del Perú, inicia la saga de los Zárate peruanos que desempeñaron importantes cargos en este virreinato. Poseía un rico mayorazgo en Villagarcía, integrado por propiedades en dicha población y Pozuelo de la Orden.

La creación del virreinato del Perú dejó indecisas y vagas las relaciones o facultades que podía ejercer el virrey del Perú sobre el Río de La Plata. Parece que por el rango y carácter gubernativo de los adelantados platenses, se les dejó independientes, en las tierras cuya propiedad y explotación habían adquirido por compra y capitulaciones directas hechas con el rey. Sin embargo, el virrey Francisco de Toledo entendió que su gobierno alcanzaba a todos los límites del Tucumán, ordenando a su lugarteniente Jerónimo Luis de Cabrera, que tomara posesión de las riberas del Paraná donde los derechos virreinales se encontraron en conflictos con los derechos y concesiones del adelantado Juan Ortiz de Zárate, representado por Juan de Garay. El pleito fue resuelto por la Audiencia de Charcas; y quedó bien determinado que la jurisdicción gubernativa del Virreinato del Perú terminaba en Córdoba y que la del adelantado del Río de la Plata gozaba de territorio propio independiente.

De ese pleito y de ese fallo, resultaba que Buenos Aires no estuviera en unidad precisa de gobernación con las otras provincias del interior, sino en un estado anómalo y dependiente de los incidentes y eventualidades que se suscitaban por el común interés de la nacionalidad colonial. Fue por las amenazas de los corsarios ingleses por lo que el rey Felipe II le ordenó al virrey del Perú Luis de Velasco, marqués de Salinas, que pusiese en defensa a Buenos Aires; y que el dicho virrey mandó que lo hiciese Fernando de Zárate, gobernador del Tucumán en esos días. Algunos otros hechos de este género se repitieron ocasionalmente, pero fue sin tener la consistencia de un orden administrativo constituido. Sin embargo la Audiencia de Charcas tenía la superintendencia en materia de pleitos administrativos y de asuntos fiscales.

En torno a 1594 o 1595, el virrey del Perú, marqués de Cañete, recibió avisos urgentes de España por el istmo de Panamá, de que la reina Isabel de Inglaterra había despachado tres naos a apresar a Buenos Aires, al tiempo que por tierra recibía el virrey confirmación de la entrada al Río de la Plata del corsario Fontana, y de que otras naos navegaban por las costas del Brasil. Alarmado con tan graves novedades el virrey le ordenó al gobernador del Tucumán, Fernando de Zárate, que marchase inmediatamente a poner en estado de defensa la ciudad de Buenos Aires.

Zárate buscó hombres en Tucumán, Córdoba y Santiago. Con estas milicias se dirigió a Santafé y pasó a la Asunción para engrosar su ejército. Allí tomó por segundo capitán a Hernando Arias de Saavedra. Así mismo formaban en sus filas dos mil guaranís de trabajo y de tarea, y se puso a levantar las obras necesarias a la defensa de Buenos Aires en 1595.

A su llegada a las inmediaciones de Buenos Aires, supo que Fontana se había ausentado con rumbo al Sur; pero que quedaban en la costa cuatro naos inglesas mandadas por el corsario Cavendish con numerosas tripulaciones; que era a quien el virrey de Lima se había referido en los avisos enviados a Zárate.

No obstante, la suerte acompañó a los habitantes de Buenos Aires, que en 1595 finalmente no sufrieron el ataque esperado. Una de las escuadras mandada por lord Hawkins cruzó por el Atlántico y pasó al Pacífico; y la de Tomás Cavendish fue destrozada en la Barra de Río Grande por un huracán.

Sin embargo, no todo fue paz. Encontrándose el gobernador vallisoletano enfermo, se produjo una insurrección general de las tribus que habitaban las islas y las tierras de la cuenca de los ríos Paraná y Uruguay. A causa de su mal estado de salud, encargó a Hernandarias que las redujese y tranquilizase, lo que hizo bien con promesas, o por la fuerza.

Don Fernando deseaba regresar a España enviando su solicitud al marqués de Cañete, virrey del Perú, a través de Juan Ramírez de Velasco. Cañete accedió, y nombró al mismo Velasco para sucederle en el gobierno del Río de la Plata; nombramiento que en seguida fue confirmado por el Rey. Fernando de Zárate se puso rápidamente en camino, pero no consiguió volver a su lugar de origen.

Falleció en 1595, en Tucumán, donde tenía numerosa familia.

 

Bibl.: R. Lafuente Machain, Los conquistadores del Río de la Plata, Buenos Aires, Ayacucho, 1943; M. A. Durán Montero, Fundación de ciudades en el Perú durante el siglo xvi, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1978; J. A. del Busto Duthurburu, Diccionario Histórico-Biográfico de los Conquistadores del Perú, Lima, Studium Ediciones, 1986- 1987, 2 vols.; E. Lorenzo Sanz, Cuatro mil vallisoletanos y cien pobladores en América y Filipinas, Valladolid, Diputación Provincial, 1995.

 

María Montserrat León Guerrero

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