Ayuda

Pedro de Arbulo

Biografía

Arbulo, Pedro de. Briones (La Rioja), c. 1533 – 27.VIII.1608. Escultor.

Fue uno de los mejores escultores riojanos del siglo XVI y exponente de la corriente romanista que, a través de su obra, se expandió por una amplia zona del cuadrante norte peninsular con la ayuda de otros artistas precursores del romanismo escultórico, como Gaspar Becerra, Juan de Anchieta, Pedro López de Gámiz, Juan Fernández de Vallejo y Lope de Larrea, entre otros, que lograron imponer una misma estética en La Rioja, País Vasco, Navarra y norte de Burgos.

Arbulo fue el encargado de fundar un foco escultórico de primera magnitud en Briones desde donde trabajó para toda la comarca.

De su época de aprendizaje nada se sabe, tal vez pudo realizarlo en el taller de los Araoz con quienes mantuvo muy buenas relaciones y otra posibilidad es que lo efectuase con el escultor Gaspar Becerra, autor del retablo de la catedral de Astorga (León), con el que se inicia el movimiento romanista inspirado en modelos italianos de Miguel Ángel, pues en 1563 Arbulo está avecindado en esa localidad, tal vez trabajando a las órdenes de Becerra en tan magna obra, cuando recibe el encargo de realizar el retablo mayor de Casoyo.

En 1564 ya estaba instalado en Briones, pues contrata un retablo, una reja y el bulto funerario para la capilla que Martín de Ircio, residente en México, había construido en la iglesia parroquial de Briones, obras que estaban concluidas para 1568 y que policroma el pintor Francisco Fernández de Vallejo.

Arbulo en junio de 1567 se casa, en Briones, con Ana de Romerino, hija de una de las mejores familias de la villa, con la que tuvo cinco hijos: Pedro, Cristóbal, Ana, Juan y Matías. De esta forma alcanza una prestigiosa posición económica y comienza a invertir en tierras y a convertirse en un rico hacendado. Vivía en una casa situada en la plaza de Briones, donde tenía su taller, que en ocasiones tuvo que trasladar a causa de su trabajo: entre 1571 y 1573 era vecino de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) y en 1575 se avecindaba en San Asensio (La Rioja). La importancia de su obrador fue reconocida tempranamente y a él acudían muchos jóvenes a realizar su aprendizaje: Juan de Humaña viene desde Medina del Campo (Valladolid) en 1568; en 1569 tenía de criado a Tomás Manrique; en 1587, a Pedro de Ceballos; en 1571, al navarro Cristóbal de Gabadi; pero más significativo es que el escultor navarro Diego Jiménez, miembro de una afamada familia de artistas, en 1569 se compromete a servir como oficial en el taller de Arbulo durante dos años para perfeccionar el oficio, pues “no he hallado mejor aparejo ni he hallado en castilla con quien yo aya de asentar e residir”.

La importancia del taller y la calidad de Arbulo se manifiestan cuando en 1569 el escultor navarro Juan de Araoz le encarga la confección de una historia del martirio de san Andrés y otras figuras para instalar en el retablo de Eibar (Guipúzcoa) que había dejado inconcluso su padre, Andrés de Araoz.

De vital importancia para la instalación del romanismo en La Rioja es el convenio de colaboración que Arbulo acuerda con el escultor Juan Fernández de Vallejo para contratar obras conjuntamente por toda la región. Esta compañía se disuelve en marzo de 1571 momento en el que no sólo se distribuyen el trabajo contratado, sino que también se reparten el ámbito geográfico riojano, quedando para Arbulo la Rioja Alta, mientras que Vallejo se instala en Logroño. En el reparto de obras, Arbulo se queda con el retablo y la sillería para el coro de San Asensio (La Rioja) que acaba en 1574 y policroma Miguel de Salazar.

La población navarra de Desojo solicita en 1571 sus servicios para realizar un retablo con la ayuda del escultor Juan Martínez de Gastaninza, quien traspasará su parte a Bernabé Imberto en 1588. Para la cofradía de la Vera Cruz de Briones en 1573 realiza un procesional Cristo Crucificado y dos años después la cofradía de la Concepción de Santo Domingo de la Calzada le encarga una imagen de la Concepción de Nuestra Señora y unas andas para sacarla en procesión.

De San Asensio es de nuevo reclamado en 1579 para hacer dos retablos colaterales, una caja para San Andrés, dos figuras, una mesa de altar y un pulpito de hierro y nogal, además de unas obras de cantería que al final no realiza. Sobre estas fechas empezaría a trabajar en el retablo de San Torcuato (La Rioja) ayudado por Lázaro de Leiva. Nuevamente volverá a San Asensio para hacer una imagen de san Sebastián (1584) y en 1586 la parroquial de Bañares (La Rioja) le encarga una Virgen del Rosario. Es probable que para estas fechas ya hubiera terminado el retablo mayor de Manjarres (La Rioja), pues en 1592 le pagaban por el trabajo realizado e interponía un pleito con la iglesia por deudas.

Arbulo, ya mayor, parece abandonar paulatinamente el trabajo y para continuar con su taller busca algún artista que se haga cargo de él. El elegido será un emergente escultor que empieza a destacar en Briones, se trata de Hernando de Murillas, que con probabilidad fue aprendiz suyo. Con él se persona en la contratación para realizar unos asientos, una reja y varios facistoles para la iglesia de Briones, recayendo la obra en Murillas con condición de que siguiese las trazas hechas por Arbulo. Juntos contratarán en 1597 un facistol y el retablo mayor del monasterio jerónimo de la Estrella (La Rioja) y poco tiempo después, en 1600, contratan el retablo de Rodezno, pero en su realización no tomaría parte Arbulo, pues este había convenido separarse de la obra y dejársela a Murillas.

A partir de ahora, el nombre de Arbulo desaparece de las contrataciones a favor de su continuador, al que con seguridad le dejó todos sus instrumentos, estampas y modelos del taller cuando muere en agosto de 1608 y así el foco de Briones proseguirá su andadura hasta bien entrado el siglo xvi.

El prestigio de Pedro de Arbulo dentro del panorama artístico se plasma también en la confianza que ponían en él cuando le encomendaban la tasación y valoración de las obras de otros artífices. En 1567 tasa el retablo de Ajamil (La Rioja), obra de Simeón de Cambray; tasa con Juan Fernández de Vallejo en 1568 el retablo de Bardauri (Burgos), obra de Pedro López de Gámiz, y en Caseda (Navarra) tasa, en 1581, el retablo mayor, obra de Juan de Anchieta; ese año junto a Diego de Marquina, retasa la obra de Juan Martínez de Salamanca en Valtierra (Navarra); en 1584 se traslada al monasterio de El Escorial (Madrid) para tasar las esculturas de los Reyes de la portada de la iglesia; en 1586, el retablo que Antón de Zárraga hace en el monasterio de Fitero (Navarra); en San Sebastián (Guipúzcoa) tasa, en 1592, con Pedro González de San Pedro y Lope de Larrea el retablo de Ambrosio de Bengoechea para la parroquia de San Vicente; junto a Hernando de Murillas examina en 1601, el retablo de Casalarreina (La Rioja), obra de Lázaro de Leiva y Miguel de Ureta; en 1603 tasa con Pedro Ruiz de Camargo el coro y la reja de la catedral de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), obra de Luis Gabeo y Domingo de Albitiz, y entre 1603 y 1604 valorará tres pasos procesionales y un Cristo Crucificado que Hernando de Murillas realizó para la cofradía de la Vera Cruz de Briones.

 

Obras de ~: Retablo mayor, iglesia Casoyo (León), 1563; Retablo, reja y bulto funerario, capilla Ircio, iglesia Briones (La Rioja), 1564; Relieves e imágenes para retablo, iglesia Eibar (Guipúzcoa), 1569; Retablo y sillería, iglesia San Asensio (La Rioja), 1571; Retablo mayor, iglesia Desojo (Navarra), 1571; Cristo Crucificado, Cofradía de la Vera Cruz, Briones (La Rioja), 1573; Imagen de la Concepción, cofradía de la Concepción de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), 1575; Dos retablos, una imagen, un pulpito y otras cosas, iglesia de San Asensio (La Rioja), 1579; Retablo mayor, iglesia de San Torcuato (La Rioja), 1579; Imagen de San Sebastián, iglesia San Asensio (La Rioja), 1584; Virgen del Rosario, iglesia de Bañares (La Rioja), 1586; Retablo mayor, Iglesia de Manjarrés (La Rioja), 1589; Retablo mayor y facistol, monasterio de La Estrella (La Rioja), 1597.

 

Bibl.: J. A. Ceán Bermúdez, Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, Madrid, Imprenta Viuda de Ibarra, 1800; R. Gómez Segura, “Apuntes acerca del escultor riojano Arbulo Marguvete”, en Boletín de la Sociedad Española de Excursionistas, XLVII (1933), págs. 133- 144; J. M. Azcárate Ristori, Escultura del siglo xvi, en Ars Hispaniae. Historia Universal del Arte Hispánico, vol. 13, Madrid, Plus Ultra, 1958, págs. 300-301; J. G. Moya Valgañón, “Hernando de Murillas y la escultura del fin del manierismo en La Rioja”, en Príncipe de Viana, 110-111 (1968), págs. 29-51; J. J. Martín González, Tierras de España, Tomo II. Castilla la Vieja y León, Madrid, Noguer Ediciones, 1975; J. A. Barrio Loza, La escultura romanista en La Rioja, Madrid, Ministerio de Cultura, 1981; C. Díez Javiz, La Escultura romanista en la cuenca media del Ebro: Los focos de Miranda de Ebro y Briones, tesis doctoral, 1989 (inéd.); M. A. González García, “Pedro de Arbulo Marguvete y Gaspar Becerra”, en Príncipe de Viana (1991), págs. 211-216; J. M. Ramírez Martínez, Retablos Mayores de La Rioja, Logroño, obispado de Calahorra y la Calzada, 1993.

 

Carlos Díez Javiz