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Alonso López

Biografía

López, Alonso. El Pinciano. ¿Valladolid?, c. 1545 – Madrid, 1627 post. Humanista, poeta y médico.

No se conservan muchos datos sobre la vida de Alonso López. Debió de nacer en Valladolid, como indica el sobrenombre de Pinciano, en torno a 1545, ya que en un documento firmado en 1625 dice tener ochenta años. Probablemente, al redactar ese documento, al que después se hará referencia, redondeara o incluso exagerara su edad para poner de manifiesto su ancianidad y desasistencia. Fue doctor en Medicina sin que se pueda concretar en qué universidad se tituló. Ejerció como médico de la emperatriz María de Austria, hermana de Felipe II, y tuvo también a su cargo la salud de la infanta Margarita, lo cual significa que el Pinciano estaba en Madrid en torno a 1576, fecha en que María se trasladó a esa ciudad, tras la muerte de su marido Maximiliano II. En su faceta de médico, afirma el padre Juan Márquez, en la biografía de fray Alonso de Orozco (1500-1591), que el Pinciano curó a éste de una enfermedad de la vista. Residió en Madrid en la calle de las Urosas (hoy Luis Vélez de Guevara) como muestran dos datos: es el domicilio que aparece en el documento que a continuación se menciona; y, en la última epístola de la Philosophía antigua poética, se cuenta que los protagonistas van desde la calle de las Urosas por la de Relatores hasta el teatro de la Cruz. Parece seguro que en aquella casa residió durante toda su estancia en Madrid, casa donde se dice que vivió también Juan Ruiz de Alarcón. Esta casa, por la que no pagaba renta, debido a que se la habían asignado como médico real, era el objeto principal de una petición que el Pinciano dirigió al Rey en 1625, y que recoge Cristóbal Pérez Pastor en su Bibliografía madrileña. En ella el Pinciano comunicaba al Monarca que tenía una casa “tan corta y estrecha que apenas puede vivir en ella con su familia”, que tiene ochenta años, está pobre y necesitado y tiene a su cargo una hija doncella, por lo cual pide que se haga exención del pago de la casa y se le dé “la libertad y exención de huésped de corte” a favor de su hija. A pesar de los informes negativos de los aposentadores reales, debido a la escasez de alojamientos y al mal ejemplo que esta concesión podía representar para otros solicitantes, dos años después el Rey le concedió la exención “por una vida después de la suya”, por lo cual se deduce que el Pinciano estaba todavía vivo en 1627.

Por lo que respecta a su obra, compuso “en su mocedad”, según se lee en el prólogo, un poema épico titulado El Pelayo, que no fue editado hasta 1605 en Madrid (imprenta de Luis Sánchez). Se trata de una larga obra escrita en octavas reales y dividida en veinte libros. En ella se cuenta cómo don Pelayo peregrinó a Tierra Santa, donde recibió una visión angélica que le inspiró que volviera a España para emprender la Reconquista, lo cual hizo y dio inicio a la victoria sobre los ocupantes. En general, resulta algo farragosa y falta de fuerza poética.

En su faceta de médico y helenista tradujo los aforismos de Hipócrates, que publicó Tomás de la Junta en Madrid, en 1596 con el título: Hippocratis prognosticum. Parece asimismo que dejó traducido un fragmento de La guerra del Peloponeso de Tucídides, en concreto el que corresponde a la descripción de la peste en Atenas. A ello puede hacer referencia un documento que aporta Pérez Pastor, referente al inventario de la librería de Luis Mercado en el que se lee: “Alonso López Pinciano: Tucídides de mano”.

Pero el libro que le ha valido la fama es la Philosophía antigua poética, publicado en Madrid en 1596, el mismo año que los aforismos de Hipócrates y en la misma imprenta. Se trata de la primera poética sistemática publicada en España, pues las Anotaciones de Herrera (1580) no se pueden considerar un tratado de poética, y las obras de Sánchez de Lima, El arte poética en romance castellano (1582), y de Díaz Rengifo, Arte poética española (1592), se limitan al estudio de la métrica. Consta de trece epístolas que envía el Pinciano a un tal don Gabriel, paisano suyo, con las correspondientes respuestas de éste. En cada una de las epístolas se reproduce el diálogo que a propósito del arte poética se establece entre Fadrique, Hugo y el propio Pinciano. La forma del libro, por tanto, mezcla el diálogo renacentista con el género epistolar, ambos importantes vehículos de la literatura didáctica en la época. Se han hecho especulaciones sobre cuál podría ser la identidad de los personajes del diálogo. Gregorio Mayans identificó a “Fadrique” con Fadrique Furió Ceriol, humanista y diplomático valenciano, por lo que José Rico Verdú llega a aventurar que el Pinciano puede ser un mero transmisor de las ideas poéticas de Furió. Sin embargo, lo que hace el autor es repartirse entre los tres personajes del diálogo: el que aparece con su nombre actúa como el curioso que quiere instruirse con la enseñanza de sus dos amigos; el llamado Hugo constituye una clara proyección del propio Pinciano pues es “uno de la patria” y “su profesión medicina y poesía” (Epístola Primera); y a Fadrique, que es el que expresa con más contundencia las ideas propias del Pinciano, se le hace habitante de la casa de las Urosas antes mencionada. Es precisamente Fadrique el que defiende en la “Epístola Undécima” la pertinencia de la historia de Don Pelayo como materia épica, cuando el Pinciano ya había redactado, o lo estaba haciendo, el poema homónimo.

El título de Philosophía antigua para una poética responde a varias motivaciones: en primer lugar, al hecho de que en la Antigüedad la Poética formaba parte de los estudios filosóficos; segundo, a que los primeros filósofos escribieron sus obras especulativas en verso; y en tercer lugar, y principalmente, a la influencia aristótelica presente en todo el tratado. De Aristóteles están tomados los principios rectores y las definiciones de la Poética del Pinciano, así como la distribución de la materia. El Pinciano aprovechó igualmente los comentarios de los preceptistas italianos del Renacimiento a Aristóteles y se sirvió del influyente libro de Julio César Escalígero: Poetices Libri Septem (1561).

Toda su teoría se basa en el concepto aristotélico de mímesis, acompañado de los tópicos horacianos sobre el fin de la poesía: instruir deleitando. El debate está, además, inserto en una consideración general sobre la felicidad humana, y se incluyen en él los condicionamientos fisiológicos para la creación, con el uso de la teoría de los humores, tomado de Juan Huarte de San Juan, que el Pinciano conocía bien como médico que era. Fue lugar de referencia para toda la creación literaria española del momento, y algunos estudiosos han destacado cómo Cervantes se sirvió de la teorización del Pinciano para crear su estética de la novela.

 

Obras de ~: Hipócrates, Hippocratis prognosticum, in quo omnes divini viri, tam genuinae sanctae & magnae tabellae, quam spuriae, apocryphae & tabellae parvae sententiae continentur, ordine secundum locos dispositae, & brevibus annotationibus illustratae a doctor Ilfonsi Lopi Pinciano, Cesareae Maiestatis Medico, Madrid, Tomás de la Junta, 1596; Philosophía Antigua Poética, Madrid, Tomás de la Junta, 1596 (ed. de P. Muñoz Peña, Valladolid, Hijos de Rodríguez, 1894); El Pelayo, Madrid, Imprenta de Luis Sánchez, 1605; Obras completas, ed. de J. Rico Verdú, Madrid, Fundación José Antonio Castro, 1998.

 

Bibl.: C. Pérez Pastor, Bibliografía madrileña o descripción de las obras impresas en Madrid, Madrid, 1891-1907, 3 vols.; P. Muñoz Peña, “Introducción”, en A. López Pinciano, Filosofía antigua poética, Valladolid, Hijos de Rodríguez, 1894, págs. V-XXXIV; S. Shepard, El Pinciano y las teorías literarias del Siglo de Oro, Madrid, Gredos, 1970 (2.ª ed.); M. C. Frutos Martínez, Influencia de los tratadistas italianos de poética del “cinquecento” en la “Philosophia antigua poetica” de López Pinciano, tesis doctoral, Santiago de Compostela, Servicio de Publicaciones e Intercambio Científico da Universidade, 1996; J. Rico Verdú, “Introducción”, en A. López Pinciano, Obras completas, I. Philosophía Antigua Poética, Madrid, Fundación José Antonio de Castro, 1998.

 

Ángel Luis Luján Atienza