Fernández de Santa Cruz, Manuel. Palencia, 18.I.1637 ant. – Ciudad de México (México), 1689. Obispo.
Según el registro bautismal de la parroquia de San Antolín, el 18 de enero de 1637 fue bautizado en la santa iglesia catedral Manuel Fernández, hijo de Mateo Fernández de Santa Cruz, boticario y familiar del Santo Oficio, y de Antonia de Sahagún, vecinos de Palencia. Según el racionero licenciado Santamaría que ofició de ministro y extendió el acta, fueron sus padrinos Juan Fernández de Salceda, hijo del dicho Mateo, y Eugenia de Sahagún.
Parece que Mateo Fernández estaba casado en segundas nupcias y de su unión con Antonia de Sahagún tuvo diez hijos, siendo Manuel el primogénito de este matrimonio. Luego llegaron Toribio, Mateo, Ventura, María, Pedro, Nicolás, Antonia, Bernardo y Tomás, este último nacido en el año 1653. Una familia de acrisoladas virtudes la de los Fernández de Sahagún, con ambiente propicio para el cultivo de las vocaciones sacerdotales y religiosas.
Entre Palencia, Villagarcía de Campos y Salamanca pasó Manuel los años de su formación. En esta última ciudad cursó los estudios de Filosofía y Teología y se ordenó sacerdote cuando era alumno del colegio mayor de Cuenca de la Universidad salmantina.
Fue canónigo magistral de Segovia, y a los treinta y cinco años, en atención a su ciencia, elocuencia y virtudes, fue propuesto para el obispado de Chiapa, en Nueva España, por la reina doña Mariana de Austria. Antes de que tomara posesión, incluso antes de embarcarse y ser consagrado, se le promovió a otra sede, de modo que su consagración en México se hizo para la sede de Puebla de los Ángeles. En los años de su obispado realizó una labor pastoral fecunda en todos los campos, particularmente con los pobres y gentes más humildes. Renunció a ser obispo y virrey de la ciudad de México y murió en la plenitud de su vida, a los cincuenta y dos años de edad, mientras realizaba la visita pastoral.
Según el Libro Antiguo de Obras Pías que se conserva en el Archivo Capitular de Palencia, Manuel Fernández de Santa Cruz, obispo de Chiapa y de la Puebla de los Ángeles, dotó y fundó por su carta de 20 de mayo de 1688, dada en esa ciudad, ciento cincuenta misas perpetuas rezadas cada año. Como capital fundacional dejaba 5.000 pesos de a ocho reales de plata y una casa en la plaza Mayor de esta ciudad de Palencia. Los réditos del capital y la renta de la casa suman un cuento y 360.000 maravedís (1.300.000) de plata. Debería gozarlos primero María de Santa Cruz, su hermana, monja profesa en el monasterio Santa Clara de esta ciudad, pasando luego los frutos al cabildo para cumplimiento de las cargas señaladas en la carta fundacional que los capitulares aceptaron.
Bibl.: S. Francia Lorenzo, Palencia en América, Palencia, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Palencia, 1989.
Emelina Martín Acosta
