García Matamoros, Alfonso. Villarrasa (Huelva), p. s. XVI – Alcalá de Henares (Madrid), 25.VI.1572. Humanista y profesor de Retórica.
Parece, con bastante probabilidad, que estudió las primeras letras en Sevilla y la enseñanza superior en Valencia. Fue profesor de Gramática en Játiva, según consta en los archivos de la ciudad. Del prólogo a sus Scholia in IV librum Aelii A. Nebricensis de 1539 se deduce que llevaba ya ocho años dedicados a la enseñanza de Teología y de Física; así pues, el comienzo de su magisterio en Játiva se remonta al año 1531.
Ocupó más adelante la cátedra de Gramática durante tres años, de 1538 a 1540. Se trasladó a Alcalá en 1542, en cuya Universidad ejerció como profesor de Retórica. En 1550 obtuvo la cátedra de dicha disciplina, de la que fue titular hasta su muerte en 1572.
Fueron treinta años, pues, de dedicación a la docencia en la Universidad de Alcalá, en cuya ciudad pasó la mayor parte de su vida y en cuyas prensas publicó prácticamente la totalidad de su obra. Casi con toda seguridad se puede afirmar su condición de sacerdote. Varios autores, entre ellos Nicolás Antonio y Rodrigo Caro, coinciden en señalar que fue canónigo de Sevilla, aunque no consta que llegara a trasladarse allí, lo que no era óbice para que ostentara un cargo eclesiástico de esas características.
García Matamoros, según relata en alguno de sus escritos, tuvo una salud quebradiza que le llevó a guardar reposo en numerosas ocasiones. Cuando en 1569 publicaba su libro De tribus dicendi generibus hacía referencia, en los preliminares, a la tregua que le había concedido el reúma, cuyas molestias le incapacitaban, desde hacía diez años, para desarrollar cualquier tipo de actividad. En el discurso que pronunció en 1558 en el acto de investidura de doctor a Diego Sobaños, relató cómo tuvo que ser trasladado al paraninfo con los pies vendados y en una silla, debido al mal estado en que se encontraba entonces.
El resumen de su vida podría sintetizarse como una abnegada dedicación a la enseñanza. Esta vocación docente le impulsó también a la redacción de libros, bien relacionados con la retórica, bien con la defensa de los valores culturales hispánicos, como se refleja en su libro De adserenda hispanorum eruditione.
La epístola con que encabeza la edición valenciana de los Scholia, arriba citados, ofrece un resumen muy acertado de su actividad universitaria y del funcionamiento de la enseñanza en el siglo XVI. Su afán por la renovación del sistema pedagógico se hace muy palpable. Se indignaba contra los modos rudimentarios entonces vigentes, cuyo mayor empeño se encaminaba al aprendizaje memorístico de las lecciones, que se seguían exponiendo al dictado y siguiendo el modelo del magisterio ex cathedra. García Matamoros se inclinaba por una instrucción basada en la relación directa del profesor con el alumno, como insistía en numerosas ocasiones en esta epístola y en otros escritos prologales. Daba cuenta en este sentido, incluso, de la manera de impartir clases que él estimaba más adecuada: “Nada más entrar, leo a los alumnos un texto clásico desde la tribuna en el más pulido estilo; y animo a todos y a cada uno a que intervengan. Ni uno sólo rehúsa la confrontación.
Es más, todos al instante, con gran entusiasmo y excitación, se lanzan al debate sin importarles nada la disputa directa con el profesor” (apud J. López de Toro, 1943: 29).
Su interés permanente por el cambio de rumbo del sistema de enseñanza lo sitúa dentro de la corriente de renovación pedagógica del siglo XVI, que tanta repercusión tuvo en la nueva orientación de los estudios universitarios de la época.
Su obra más conocida es De adserenda hispanorum eruditione (Apología en defensa de la cultura de los españoles), publicada en Alcalá en 1553 por Juan de Brócar. El propósito del libro se indica en el mismo comienzo: “Siendo empresa ardua y difícil, ésta de escribir la historia de los doctos varones, temo por el resultado que haya de tener mi ‘Narración apologética en defensa de la cultura de los españoles’”.
En realidad, se trata de uno de los primeros intentos de recopilación de biografías de ámbito peninsular, en el que se hace repaso de todos los hombres célebres que con su obra contribuyeron a la gloria cultural hispana.
El afán de objetividad que preside el tratado se hace explícito al principio: “Así, pues, en brevísimo sumario enumero a todos aquellos hombres célebres a cuyo conocimiento he podido llegar, bien por tradición, o bien por testimonio directo de la antigüedad. Sin dejarme llevar del amor o el odio hacia alguno, haré relación de las varias y múltiples dotes de sus ingenios; de sus innumerables virtudes y de los vicios contrarios a ellas, que puedan servir, o de alabanza a su raza y de honor a sus familiares, o, por el contrario, de infamia y de ignominia” (ed. de J. López de Toro, 1943: 167).
Este libro, pues, concita lo histórico y lo literario, ya que la exposición está sembrada de valoraciones y juicios críticos sobre obras y autores de la literatura hispana. A pesar de las omisiones y de ciertos juicios severos, algunos autores han llegado a afirmar que se trata del primer documento de crítica literaria sistemática y, quizás, del primer historiador, avant la lettre, de la literatura española.
Pero su aportación intelectual no queda reducida a la Apología, por mucho que sea su contribución más original y, desde luego, más conocida. A este texto, además de los Scholia in Aelii Nebrissenssis (Alcalá, 1539), ya citados, habría que añadir sus tres obras de contenido retórico: De ratione dicendi libri duo (Dos libros sobre el arte de hablar), Alcalá, 1548; De tribus dicendi generibus sive de recta informandi styli ratione (Sobre los tres estilos de la elocuencia o sobre la manera correcta de organizar el estilo), y De methodo concionandi (Sobre el método de predicación), publicados estos dos últimos conjuntamente en Alcalá, en 1570.
Estos tres tratados se pueden considerar una verdadera summa retórica, pues abarcan la mayoría de los aspectos generalmente englobados dentro de esta disciplina: una obra de carácter general (De ratione dicendi), un método de predicación (De método concionandi) y un estudio detallado de la teoría de los estilos (De tribus dicendi generibus) siguiendo la tradición ciceroniana. Otras cuestiones y géneros no incluidos explícitamente en estos títulos se atienden en los correspondientes capítulos.
Insiste García Matamoros en el prólogo al primero de estos libros en algo que ya había subrayado al comienzo de su Apología: en la necesidad de debelar a los que consideraba enemigos de las Humanidades, a saber, los gramáticos y los lógicos (escolásticos), cuyo sistema y objeto de enseñanza seguía anclado en concepciones anticuadas; de ahí que humanistas como Nebrija y Luis Vives reciban encendidos elogios en esta apología de la hispanidad.
Obras de ~: In Aellii Nebrissenssis Grammaticae IV librum scholia, Valencia, 1539; De ratione dicendi libri duo, Compluti, Juan de Brócar, 1548; De adserenda Hispanorum eruditione sive De Viris Hispaniae doctis narratio Apologetica, Compluti, Juan de Brócar, 1553 (con título Apología “pro adserenda hispanorum eruditione”, ed., est., trad. y notas de J. López de Toro, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas [CSIC], 1943); Methodus constructionis, Compluti, Juan de Brócar, 1553; De tribus dicendi generibus sive de recta informandi styli ratione commentarius; cui accessit de Methodo concionandi liber unus, Compluti, Andrés de Angulo, 1570.
Bibl.: F. Cerdá y Rico, Alphonsi Garsiae Matamori, hispalensis et rhetoris primarii complutensis Opera Omnia nunc primum in unum corpus coacta. Accedit commentarius de vita et scriptis auctoris, Madrid, Andrés Ramírez, 1769; M. Menéndez Pelayo, La ciencia española, ed. de E. Sánchez Reyes, Madrid, CSIC, 1953, 3 vols.; R. G. Villoslada (SJ), “Renacimiento y Humanismo”, en G. Díaz-Plaja (ed.), Historia General de las literaturas hispánicas, II. Pre-renacimiento y Renacimiento, Barcelona, Barna, 1951, págs. 349-350; J. Rico Verdú, La retórica española de los siglos xvi y xvii, Madrid, CSIC, 1971, págs. 123-134; A. García Berrio, Formación de la teoría literaria moderna. Poética manierista del Siglo de Oro, Murcia, Universidad, 1980; M. Menéndez Pelayo, Historia de las ideas estéticas, vol. I, Madrid, CSIC, 1994, págs. 643-647; L. Alburquerque García, El arte de hablar en público. Seis retóricas famosas, Madrid, Visor, 1995; N. Antonio, Biblioteca hispana nova, ed. facs., Madrid, Visor, 1996, pág. 25.
Luis Alburquerque García