Vivar, Jerónimo de. Burgos, c. 1525 – ¿Chile?, 1558 post. Explorador, descubridor y cronista.
Nacido en Burgos hacia 1525, viajó a Perú en 1547 o anteriormente. A principios de 1549 pasó a Chile junto a Francisco de Ulloa y se convirtió en cronista de la conquista de esta tierra con su obra Crónica y relación copiosa y verdadera hecha de los que yo vi por mis ojos y por mis pies anduve y con la voluntad seguí en la Conquista de los Reynos de Chile en los XIX años que van desde MDXXXIX y hasta MDLVIII.
El burgalés acompañó al gobernador Pedro de Valdivia en diferentes etapas de la conquista de Chile: participó en la jornada de Arauco (diciembre de 1549) y estuvo presente en su fundación y construcción del fuerte (febrero-marzo de 1550). Finalizada esta misión marchó con el gobernador hacia el sur por mar para recorrer la costa y descubrir alguna isla, siendo testigo de la fundación de Valdivia (febrero de 1552). Siguió el recorrido por el sur de Chile hasta el lago Valdivia, desde donde regresó a Valdivia y después a la ciudad imperial, donde descansó unos días. Tras un breve descanso se dirigió a Concepción (abril de 1552); cuando Jerónimo de Vivar se encontraba en esta ciudad parece ser que el gobernador le propuso acompañar a Francisco de Ulloa en la misión de recorrer el Estrecho de Magallanes.
La armada partió el 8 de septiembre de 1553, y desde el extremo sur inició el regreso el 18 de diciembre de ese año para comunicar al gobernador Valdivia lo sucedido, aunque llegó cuando éste había fallecido. Desde este momento Vivar permaneció en Concepción, fue testigo de la salida de Francisco de Villagra para combatir a los indígenas (febrero de 1554) y tras la gran amenaza de éstos presenció el despueble de Concepción y el traslado de su población a Santiago. En esta ciudad siguió narrando los acontecimientos desde 1555 hasta 1557, y concluyó su crónica al año siguiente. A partir de 1558 este personaje desaparece y no se tienen más referencias de su vida posterior.
El manuscrito de su obra actualmente se encuentra en la Newberry Library de Chicago. Llegó allí después de que fuera sacado de España por José Chocomeli Galón con motivo de la Guerra Civil; tras el fallecimiento de éste pasó a la firma de Nicolás Ranch de Ginebra, que lo vendió a la firma de Kenneth Neberzahl, para acabar formando parte de las ricas colecciones de la biblioteca que hoy lo posee.
El deseo del cronista fue que las hazañas de los españoles en Chile fueran conocidas por todos. En la obra se pueden distinguir dos partes que se corresponden con un cambio en su actividad militar. La primera abarca hasta 1553, año en que murió Pedro de Valdivia, y donde los sucesos que relata tienen como protagonista a ese gobernador y a los soldados españoles que le acompañaron; muy interesante. Los otros cinco años coinciden con el gobierno de García Hurtado de Mendoza, en los que Jerónimo de Vivar participó de manera menos activa en los acontecimientos que se desarrollaron en este quinquenio. El relato de los hechos que vivió personalmente en la conquista de Chile es, sin lugar a dudas, la mejor hoja de servicios que podía presentar al Monarca para conseguir un reconocimiento a su labor.
Su obra, además, aporta muchos datos toponímicos, geográficos, zoológicos y botánicos, que son de gran importancia para distintas disciplinas como la geografía (describe los recursos minerales, flora, fauna, la distribución de la población, el clima), la etnología y sociología (aporta datos sobre las sociedades indígenas del territorio), la lingüística (al mostrar el lenguaje de los conquistadores y la incorporación de los primeros americanismos, así se encuentra alguna palabra mapuche y quechua). Asimismo, hace una relación de las costumbres de los indios de esos parajes, su vestimenta, religión, apariencia física, lengua, hábitos alimenticios, etc., lo que ha permitido a los antropólogos y etnógrafos un conocimiento de primera mano.
Resulta de gran valor, además, la minuciosa y detallada descripción de los puertos de ese reino debido a su importancia al ser los receptores del “socorro” que venía desde el Perú como punto de apoyo para el avance de los descubrimientos geográficos y de la conquista. Detalla los puertos de la costa chilena desde el valle de Atacama, que los sitúa a 21º, hasta la ciudad de Valdivia, que fija en 39.º y dos tercios.
Obras de ~: Crónica y relación copiosa y verdadera hecha de los que yo vi por mis ojos y por mis pies anduve y con la voluntad seguí en la Conquista de los Reynos de Chile en los XIX años que van desde MDXXXIX y hasta MDLVIII.
Bibl.: Á. Pereda López, “La participación de Jerónimo de Vivar en la expedición al Estrecho de Magallanes en 1553, llevada cabo por Francisco de Ulloa”, en J. Varela Marcos (coord.), Descubrimientos y cartografía en la época de Felipe II, Valladolid, Seminario Iberoamericano de Descubrimiento y Cartografía, 1999, págs. 287-306; La emigración burgalesa a América durante el siglo xvi, Burgos, Caja de Burgos, 2000, pág. 331; Conquistadores y encomenderos burgaleses en Indias (1492-1600), Burgos, Universidad, 2001, págs. 97-100.
Ángela Pereda López
