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Juan de Morales

Biografía

Morales, Juan de. Portugal, p. m. s. xv – Guadalajara, 22.IV.1502. Contador mayor y tesorero general del cardenal Pedro González de Mendoza, y tesorero de lo extraordinario de los Reyes Católicos.

De familia noble procedente del Reino de Portugal, con estudios eclesiásticos, se trasladó a Castilla con motivo del casamiento de Juana de Portugal con el rey Enrique IV en 1455. El cronista Alonso Núñez de Castro, a mediados del siglo xvii, habla de los Morales que vinieron a Guadalajara procedentes de “y en él se llaman Morais; derivánse éstos de los Pimenteles, Condes de Benavente. [...] La causa de auer venido […] fue porque doña Mencia de Lemos, una de las doze damas que trajo de Portugal la Reyna doña Juana, esposa del Rey don Enrique Quarto de Castilla, trajo consigo un Cavallero primo suyo llamado Iuan de Morales, Secretario del Cardenal don Pedro González de Mendoza, y Tesorero general de los Reyes Católicos: tuuo vn hijo y vna hija; el hijo se llamó Alonso de Morales […]. La hija […] fue doña Leonor de Morales, que casó en Guadalaxara con Diego Ortiz de Vrbina, y tuuieron doze hijos”. El segundo de ellos, Francisco de Morales, heredó el mayorazgo. “Tienen por armas estos Morales vn escudo partido en pal, en el primero de mano derecha, sobre colorado vna torre de plata, rayada de negro, con texado de oro, assentada sobre ondas de agua y vna vandera de plata, y en la otra mitad izquierda, en campo de plata vna morera verde. Assi las trae el Coronista Bandanmel, lib. 15. cap. 3. de la Monarquia Lusitana”.

La forma en la que Juan de Morales estableció contacto con los Mendoza la completa un historiador del Gran Cardenal del siglo xvi, Francisco de Medina y Mendoza.

La reina Juana estuvo mucho tiempo detenida en Alaejos, cada dama fue por su parte y Mencía de Lemos pasó a poder del entonces obispo de Sigüenza y arzobispo de Sevilla; del cardenal Mendoza afirma “tuvo siempre cerca de sí letrados para sus negocios que fueron clérigos, puesto que en su consejo tenía letrados seglares de quien confiaba las cosas de gobernación”.

Juan de Morales y su hijo Alonso fueron vecinos de la colación de Santa María de la Fuente de Guadalajara, la del palacio y casas de los Mendoza, donde poseían unas casas. Fue fundador del Hospital de Santa Ana, en el arrabal del mismo nombre, junto a la huerta del monasterio de San Francisco extramuros.

Su nieto Francisco fue patrón y administrador del hospital. No existe constancia de la fecha exacta de la fundación, aunque el padre Pecha y de la Fuente en el siglo xix, la sitúan en 1461. Layna cree improbable que se fundara antes de 1501, presuponiendo que Juan de Morales debiera haberla fundado justo antes de su muerte, y no cuando aún no era todavía canónigo de Toledo o secretario del cardenal Mendoza, y menos tesorero de los Reyes Católicos, sino cuando Pedro era sólo obispo de Calahorra. El hospital estaba destinado a enfermos pobres y Morales dejó renta suficiente en aquellos tiempos, pero después tuvo que fundirse con el de la Misericordia; en el siglo xvii no funcionó más que la capilla, transformada en ermita y servida por un clérigo de la parentela del fundador, por prescribirlo así éste, según el padre Pecha.

Su situación económica debía de ser en cierta manera desahogada, a juzgar por la fundación del hospital y en los juros que poseía. Vivió rodeado de la vida cultural que bullía en la Corte de los Mendoza, con jóvenes nobles, parientes y protegidos, donde cundían los estudios humanistas y las obras de mecenazgo. Fue nombrado contador mayor y tesorero general del cardenal Mendoza, con todo lo que ello suponía, y fue determinante para su futuro y el de su hijo: el cardenal ostentaba un gran poder e influencia en la Corte, la jefatura de la familia más poderosa de Castilla, que, después de ser obispo de Sigüenza, fue arzobispo de Toledo y cardenal de España. Era, sin duda, un puesto de responsabilidad y aparece en la documentación en momentos importantes de la vida del cardenal, como depositario de grandes sumas de maravedís para fundar el primer mayorazgo para su hijo Rodrigo, o para la compra de villas y lugares, juros u otros heredamientos, para su otro hijo Juan Hurtado de Mendoza.

El Gran Cardenal utilizaba a personas de valía para su servicio y les procuraba, a su vez, prestigio y beneficios.

Tras la muerte del cardenal en enero de 1495, Juan de Morales aparece implicado en un litigio: una tal Catalina del Campo, viuda vecina de Guadalajara, le reclamaba unas casas heredadas de su madre, a la que pertenecían de su dote y arras. Morales las había tomado y ocupado por la fuerza, y, a pesar de que no poseía el título de ellas y que se le había rogado que las dejase libres, parece ser que no lo hizo.

Al desaparecer el consejero inseparable y la pieza encargada de encauzar en direcciones paralelas los proyectos de la Iglesia y de la Monarquía, comenzó una nueva etapa en la vida de Juan de Morales. Dos meses después de la muerte del cardenal, el 2 de marzo, los Reyes le concedieron la merced de 50.000 maravedís anuales para ayuda de su costa, cantidad que triplican el 31 de ese mismo mes; quince días más tarde, fue nombrado oficialmente “tesorero de lo extraordinario”, con ración y quitación anual de 50.000 maravedís, “para que tenga raçon e quenta de todo lo extraordinario que no se asyenta en los nuestros libros que vosotros (los contadores mayores) tenedes”. Su salario global ascendía a 200.000 maravedís anuales.

Enseñó a su hijo Alonso el oficio de “llevar las cuentas” y el funcionamiento de tan importante tesorería, Cuando enfermó en junio de 1496, su hijo empezó a ayudarle, oficialmente en septiembre, sirviendo siempre “muy bien e con mucha fidelidad e diligençia”; y le sustituyó definitivamente en 1498. Juan de Morales siguió realizando alguna actividad esporádica al menos hasta 1498, como lo demuestra el hecho de que recibió y tomó las cuentas a Juan de la Torre, pagador de las guardas, y a Diego de Tordesillas, pagador de las labores y bastimentos de las fortalezas del Rosellón, correspondientes a 1495, 1496 y 1497.

El padre Pecha afirma que “Juan de Morales […] fue hombre de gran juizio y prudencia, fundó un mayorazgo en esta ciudad (Guadalajara) [...]”. De la Fuente se refiere a él como fundador de una capilla y bienhechor que regaló una gran cruz de oro, ya entonces perdida. Murió en el año 1502. En la pared del Evangelio de la capilla mayor de la iglesia de Santa María se conserva su enterramiento protorrenacentista: bajo un arcosolio de mármol, con la figura orante, arrodillada sobre un almohadón, del donante, que se cubre la cabeza con bonete típico de finales del siglo xv.

Ante él, un medio relieve que representa la Resurrección, con cuatro figuras, y un paisaje. Sobre el grupo, el escudo de los Morales. Debajo, esta leyenda: “Este bulto es del homrrado Juan de Morales, tesorero de los muy altos e muy poderosos señores D. Fernando y doña Isabel, Reyes de Castilla e de Leon, e de Aragon, e de las Sicilias, e de Jerusalem, e de Granada. Fallecio a XXII de Abril de MDII años”.

 

Bibl.: P. Hernando Pecha, Historia de Guadalajara, fundación de la Orden de San Gerónimo en España y genealogía de los Duques del Infantado, s. f. [Biblioteca Nacional de España (BNE), mss. 1756, fol. 56v. y fol. 24r.]; A. Núñez de Castro, Historia eclesiástica y seglar de la muy noble y muy leal ciudad de Guadalajara, Madrid, Pablo del Val, 1653 (Archivo Municipal de Guadalajara [AMG], ms., págs. 355-359); F. de Medina y Mendoza, “Suma de la vida del Reverendísimo Cardenal de España D. Pedro González de Mendoza, arzobispo de Toledo y patriarca de Alexandría”, en Memorial Histórico Español (MHE) (Real Academia de la Historia), t. VI (1853), págs. 153-311 (BNE, ms. 7937, fol. 2-74v. y ms. 8222); J. J. de la Fuente, “Reseña Histórica”, en Revista del Ateneo Caracense (1887), pág. 13; M. Pérez Villamil, “Relaciones topográficas de España. Guadalajara y su provincia”, en MHE, t. XLVI (1914), págs. 118-119 y 135-137; M. A. Ladero Quesada, La Hacienda Real de Castilla en el siglo XV, La Laguna (Tenerife), Publicaciones de la Universidad, 1973; R. de Andrés Díaz, “Venta de esclavos y sus bienes del reino de Granada, y precio del pasaje de emigrantes entre 1499 y 1501”, en VV. AA., Actas del IV Simposio Internacional de Mudejarismo, Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, 1988; “La fiscalidad regia extraordinaria en el último decenio de Isabel I (1495-1504)”, en Cuadernos de Historia Moderna, 13 (1992), págs. 143-168; F. Layna Serrano, Historia de Guadalajara y sus Mendozas en los siglos XV y XVI, t. II, Guadalajara, AACHE, 1993-1996, págs. 68-69 y 371-389; R. de Andrés Díaz, El último decenio del reinado de Isabel I a través de la tesorería de Alonso de Morales (1495-1504), Valladolid, Universidad, 2004.

 

Rosana de Andrés Díaz

 

 

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