Rubio Camín, Joaquín. Gijón (Asturias), 11.IX.1929 – 28.XII.2007. Escultor y pintor.
Camín nació en el seno de una familia de condición humilde. Su padre, Félix Rubio Cuenda, era viajante de comercio y, tras casarse con Concepción Camín Álvarez, tuvo seis hijos, de los cuales Joaquín era el mayor. La infancia y juventud del artista transcurrieron en su Gijón natal, excepto un corto período de tiempo, después de la Guerra Civil, en el que la familia se trasladó a La Coruña.
Artista de formación autodidacta, tras realizar el bachillerato estudió Mecánica en la Fundación Revillagigedo de Gijón. Al cumplir los dieciséis años, el joven Camín comenzó a trabajar en el estudio del arquitecto Álvarez Hevia, donde conoció al también artista Antonio Suárez. Ambos, con similares inquietudes creativas, expusieron juntos en 1947 en la sala Cristamol de Gijón, en lo que fue la primera muestra pública de una larga lista que se prolongó hasta el final de su vida. En sus comienzos, Joaquín Rubio Camín se dedicaba fundamentalmente a la pintura, teniendo como referente a los grandes maestros gijoneses: Evaristo Valle y Nicanor Piñole. Como relata la profesora María de la Soledad Álvarez, será este último el que le facilite una carta de presentación para su primer viaje a Madrid en 1948, con la intención de visitar el Museo del Prado y ponerse en contacto con Eugenio d’Ors y Daniel Vázquez Díaz. Tras este viaje, realizó el Servicio Militar en su ciudad natal y celebró, en julio de 1950, su primera exposición individual en las salas del Instituto Jovellanos de Gijón.
A finales del año 1951, el artista se instaló en Madrid, donde logró sobrevivir gracias a los encargos para realizar retratos y a su participación en numerosos concursos de pintura. Participó también en los certámenes nacionales, donde obtuvo premios importantes como el Nacional de Pintura en el Concurso Nacional convocado por la Dirección General de Bellas Artes en 1955. Dos años antes, en 1953, el artista había contraído matrimonio con la también pintora Trinidad Fernández, con la que tendrá dos hijas: Mónica (1954) y Verónica (1956). Camín participó de manera activa en la vida cultural de la capital. Entre otras actividades, entró a formar parte del grupo de renovación fotográfica La Palangana, junto a Francisco Ontañón, Leonardo Cantero, Francisco Gómez, Gabriel Cualladó y Ramón Masats. Además, la gran capacidad de trabajo del artista le permitió participar en un gran número de exposiciones durante esos años.
A mediados de la década de 1950, el artista realizó sus primeros trabajos en colaboración con diferentes arquitectos, trabajos que a la postre determinaron su paso a la escultura. Uno de los primeros proyectos fue un gran mural de cerámica para la Universidad Laboral de Tarragona, realizado en 1956. A este trabajo le sucedieron una gran cantidad de proyectos: mosaicos en las iglesias de San Pedro, Jesuitas y Corazón de María en Gijón, murales como los del Colegio Mayor Antonio Rivera de Madrid o vidrieras como las del Seminario de los Padres Paules de Hortaleza, entre otros ejemplos. En 1961 recibió el encargo de realizar un gran mural para la iglesia de St. Vincent en la localidad de Potters Bar cerca de Londres, donde residió durante un período de tiempo. En este mural, combinó la pintura con el trabajo en metal.
En la década de 1960 se produjo el definitivo tránsito hacia la escultura sin que por ello el artista dejase de pintar completamente. Este paso se vio pronto recompensado con la obtención, en 1962, del Gran Premio de Escultura en el I Certamen Nacional de Artes Plásticas. Entre las exposiciones de escultura que realizó durante esos años, conviene destacar la muestra individual celebrada en febrero de 1964 en la Sala de la Dirección General de Bellas Artes. Fue también la época de su proyección internacional gracias a su participación en la VIII Bienal de São Paulo en 1965, una muestra individual en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro un año después, y su presencia en la Bienal de Venecia en las ediciones de 1966 y 1968. Durante los años siguientes, prosiguieron sus fecundas investigaciones en el campo escultórico, que mostró en numerosas exposiciones como la muestra individual que organizó el Museo Español de Arte Contemporáneo en 1973.
A mediados de la década de 1970, el artista decidió regresar a su Asturias natal donde construyó su propia casa en el campo, muy próxima a la basílica prerrománica de San Salvador de Valdediós. Allí instaló su estudio y residió con su segunda mujer, Carmen Díaz Cotera. En este entorno, incorporó la madera en sus creaciones escultóricas sin por ello dejar de trabajar con el metal. En la década de 1980 celebró dos importantes exposiciones: la primera en el Museo de Bellas Artes de Asturias en 1983, y la segunda en el Museo Evaristo Valle de Gijón en 1987. Cabría mencionar también la muestra antológica llevada a cabo en las salas de la Caja de Ahorros de Asturias en 1991, que coincidió con la publicación de una importante monografía dedicada a su faceta escultórica, titulada Camín escultor. En los últimos años, el artista continuó con su incansable trabajo. Además de proseguir con sus investigaciones en el campo escultórico y pictórico, realizó importantes proyectos de escultura pública: Encuentro en tres (1985), Arriondas (1986), Estela (1987), Génesis (1990), Obelisco (1992).
Aunque su faceta más destacada fue la de escultor, Joaquín Rubio Camín fue un artista polifacético que también practicó la pintura, la fotografía y el diseño de muebles, entre otras múltiples actividades. Además, desde su juventud, colaboró con diferentes arquitectos en el diseño de piezas de complemento arquitectónico (esculturas, mosaicos, vidrieras, rejería, etc.) llegando incluso a proyectar algún pequeño edificio.
Obras de ~: Gasómetro, 1949; Mujeres, 1956; Paisaje urbano, 1957; Paisaje urbano con mujeres, 1958; Marineros, 1960; Ahorro, 1961; Laocoonte, 1962; Formas superpuestas, 1962; Mujer, 1962; Nalón, 1963; Horizontal, 1963; Penta, 1967; Redención, 1968; Torso, 1969; Cristo, 1970; Yelmo, 1971; Hito, 1972; Recuerdo, 1974; Homenaje a Machado, 1974; Homenaje a Gutenberg, 1975; Maternidad, 1978; Emigración, 1982; Camino vertical, 1982; Vuelo, 1983; Afueras, 1983; Cuñas, 1984; Encuentro en tres, 1985; Arriondas, 1986; Arquitectura horizontal, 1987; Estela, 1987; Pueblo, 1990; Espacio exterior, 1990; Obelisco, 1992; Escultura, 1999; Estela norte, 2002.
Bibl.: E. Flórez, “Materia, arte y artesanía en la escultura de Camín”, en Bellas Artes (Madrid), 76 (1976); M. S. Álvarez Martínez, “Camín, entre el normativismo y la expresión”, en Los Cuadernos del Norte (Oviedo, Caja de ahorros de Asturias) (1983); M. T. González Vicario, “La concreción en la escultura de Camín”, en Goya (Madrid), 219 (1986); M. S. Álvarez Martínez, “Troncos, hierros y collages: tres aspectos de la producción artística de Camín”, en Camín, Madrid, Galería Albatros, 1989; VV. AA., Rubio Camín, pintor 1947-1960, Gijón, Fundación Municipal de Cultura de Gijón y Urrielles Ediciones de Arte, 1989; M. S. Álvarez Martínez, Camín escultor, Oviedo, Caja de Ahorros de Asturias, 1991; “Joaquín Rubio Camín“, en Artistas asturianos. Escultores, t. X, Oviedo, Ediciones Hércules, 2002; J. Cuartas, “Joaquín Rubio Camín, escultor” (obituario), en El País, 30 de diciembre de 2007.
Saturnino Noval García