Navalón Grande, Alfonso. Huelva, 5.IV.1933 – Salamanca, 27.VIII.2005. Ganadero y periodista taurino.
Primogénito de tres hermanos, nació en Huelva por encontrarse trabajando en esa ciudad andaluza el progenitor de esta familia salmantina, que, al año de nacer Alfonso, retornó a Fuentes de Oñoro, de donde procedía. Se trataba de una familia acomodada, poseedora de fincas ganaderas. Con nueve años, Alfonso Navalón ya se puso delante de una becerra y con dieciséis mató su primer novillo en las fiestas de La Soledad, de Fuentes de Oñoro.
Estudió Derecho en la Real Universidad de El Escorial y en la de Salamanca, pero se decantó por el periodismo. Su primer artículo, siendo casi un adolescente, se publicó en La voz de Miróbriga. Fue colaborador de Radio Juventud de Madrid en 1963 y comenzó su andadura de crítico taurino en la revista madrileña El Ruedo, de la que fue redactor en 1964. Después fue comentarista y crítico taurino del diario madrileño Informaciones en 1967. Publicó en 1971 su libro Viaje a los toros del sol. Pasó a Pueblo en 1973, donde sustituyó a Gonzalo Carvajal, permaneciendo en este diario hasta 1981. Posteriormente desempeñó su labor en Diario 16 y La Tarde, ambos diarios también de Madrid, en 1986. Colaboró en la revista de la Asociación Taurina y Cultural y en la Feria de San Isidro de 1989 editó la revista diaria Feria. Colaborador de El Socialista, también trabajó en El Adelanto de Salamanca, que dejó cuando se fundó Tribuna en la misma ciudad.
Prolífico conferenciante en peñas taurinas y otras instituciones, organizaba también coloquios después de cada corrida en numerosas ferias por toda España.
Cronista polémico, su pluma fue mordaz, dura en la crítica aunque siempre muy amena. Contaba con múltiples partidarios pero también numerosos detractores.
Fue el único crítico taurino de la historia que los aficionados de Madrid sacaron a hombros de la plaza.
En sus últimos años fustigaba en sus artículos en Tribuna de Salamanca a toda la crítica taurina de su época. Entre sus bestias negras estaban Manuel Molés, al que denominaba “Prostituto” y Fernando Fernández Román a quien se refería como el “Palabrero”.
Alfonso Navalón fue, además, un gran aficionado práctico y ganadero de reses bravas encuadrado en la Agrupación de Ganaderías de Lidia. Hasta 1984 participó en numerosos festivales benéficos. Lidiaba a su nombre y luego al de sus hijos, y las reses, encaste Graciliano, vía Manuel Arranz, estaban en la finca El Berrocal en Fuentes de Oñoro (Salamanca).
Obras de ~: Viaje a los Toros del sol, Madrid, Ediciones 99, 1971 (Madrid, Alianza, 2005).
Bibl.: J. M. de Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, t. VI, Madrid, Espasa Calpe, 1981, pág. 980; A. López de Zuazo Algar, Catálogo de periodistas españoles del siglo XX, Madrid, Gráficas Chapado, 1981, pág. 411; M. Ortiz Blasco y J. M. Sotomayor, Tauromaquia A-Z, t. II, Madrid, Espasa Calpe, 1991, pág. 999; Pereletegui, “Alfonso Navalón, crítico taurino”, en El País (Madrid), 29 de agosto de 2005; Paco Cañamero (F. Sánchez Sánchez), “Adiós a un maestro de las letras taurinas”, en Tribuna (Salamanca), 29 de agosto de 2005; Alfonso Navalón. Escribir y torear, Madrid, Sombras Chinescas, 2010.
Alejandro Pizarroso Quintero
