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Juan Vigil de Quiñones y Labiada

Biografía

Vigil de Quiñones y Labiada, Juan. San Vicente de Caldones (Asturias), 1547 – Segovia, 1.IX.1617. Consejero de la Inquisición, obispo de Valladolid y de Segovia.

Sus padres fueron Toribio Vigil de Quiñones y doña Catalina Menéndez de la Labiada, poderosa familia asturiana con casa solariega en Sariego.

El nueve de octubre de 1571 fue electo colegial del Colegio de San Pelayo en Salamanca,donde estudió Derecho, posteriormente ingresó en el Colegio Mayor de Santa Cruz de Valladolid en donde tomo la beca el día 6 de mayo de 1582. Fue estudiante brillante, y sus grandes conocimientos facilitaron el que fuera nombrado para ejercer la cátedra de Decretales, y posteriormente inquisidor. El cardenal Gaspar de Quiroga, inquisidor general, era protector del Colegio de Santa Cruz y de los tres inquisidores de Valladolid, en especial de Vigil al que en 1587 había encargado la investigación sobre la pureza de sangre de Doña Beatriz de Bobadilla, esposa del marqués de Moya. Como resultado de sus buenos oficios en la investigación encomendada, en el año 1589 Vigil fue nombrado miembro del Consejo de la Suprema Inquisición, cargo en el que cesó en 1607 al ser nombrado obispo de Valladolid. El especial patrocinio hacia Vigil queda reflejado en su nombramiento de testamentario del cardenal, junto al presidente del Consejo de Castilla Rodrigo Vázquez de Arce, ambos colegiales de Santa Cruz como su protector. También Vigil ejercía esa actividad de patronazgo, y mientras fue obispo de Valladolid nombró sucesivamente a dos colegiales de Santa Cruz para ejercer las funciones de Provisor del obispado: Romero y Mendo de Benavides. También sus funciones de patronazgo destacan en la protección ejercida sobre su sobrino Gabriel Vigil de Quiñones, colegial en San Pelayo de Salamanca, luego en el Colegio Mayor de Santa Cruz, tuvo cátedra de Decretales en diciembre de 1615 en la Universidad de Valladolid; en noviembre de 1616 fue nombrado provisor del obispado de Segovia que ostentaba Juan Vigil.

Fue también arcediano de Ribadeo, cargo al que renunció en 1603 a favor de su hermano Toribio.

Al ser nombrado, en 1606, inquisidor general el obispo de Valladolid Juan Bautista Acevedo y Muñoz y ser incompatible el ejercicio del cargo por obligarle a residir en la corte, tuvo que renunciar al obispado. Al quedar vacante, el rey Felipe III propuso a Juan Vigil como su sucesor. En 1607 el arzobispo de Valencia Juan de Ribera lo consagró como obispo de Valladolid, siendo el tercer obispo de dicha diócesis, ejerció desde el 13 de agosto de 1607 hasta el 18 de julio de 1616 en que fue nombrado obispo de Segovia, en sustitución del fallecido obispo Antonio Idiáquez Manrique. Hizo su entrada en Segovia el 25 de octubre, fiesta de San Frutos, patrón de la ciudad. Falleció en Segovia el 1 de septiembre de 1617. Enterrado inicialmente en la catedral de Segovia, y en cumplimiento de su testamento fue trasladado en julio de 1627 a la catedral de Oviedo, provisionalmente sus restos fueron depositados en la capilla mayor.

En su testamento dejó treinta mil ducados para construir la capilla en donde debía ser sepultado, y fundar cuatro capellanías, cuyo patronazgo dejó a su hermano Toribio Vigil de Quiñones. La capilla funeraria fue mandada construir en 1627 al arquitecto Juan de Naveda, sobre un modelo basado en el Panteón de Roma, con óculo abierto, que debido a la climatología asturiana fue posteriormente cubierto por la linterna. La capilla se construyó rompiendo el muro gótico de la catedral. La obra iniciada en 1628 sufrió grandes retrasos en su ejecución, y el traslado definitivo de los restos del obispo Vigil se demoró hasta el 20 de marzo de 1640, una vez finalizada en marzo la obra por los maestros Juan del Manzano y Fernando de la Huerta.

Juan Vigil de Quiñones fundó una obra pía, en la parroquia de Santa Eulalia de Cabueñes, con una renta anual de 3.000 reales y un pósito de 150 fanegas de trigo, con la finalidad de ayudar a los agricultores hasta que hubieran recogido la cosecha, instante en que debían devolver lo cogido prestado. También dejo quinientos ducados cada año para casar huérfanas y alimentar estudiantes pobres. A la iglesia de Valladolid donó veinte mil ducados para dotar una solemne fiesta en la octava del Santísimo Sacramento; y una colgadura de terciopelo carmesí de cincuenta mil reales de valor. Dejó mil ducados a su Colegio de Santa Cruz, para dotar una misa cada año por el descanso de su alma.

Entre las actividades eclesiásticas relevantes se puede destacar que a finales de 1607, en la iglesia benedictina de San Martín, junto a Lucas Duran, de la orden de Santiago y antiguo obispo de Chiapas (México), asistió a Juan Bautista Acevedo Muñoz, Patriarca de las Indias Occidentales e Inquisidor General, en la consagración de Juan del Valle Arredondo, benedictino, como obispo de Guadalajara (México).

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Inquisición, leg. 1469, exp. 48; Archivo General de Simancas, Contaduria Mayor de Hacienda; CME, 581, 18, CME, 545, 4

D. de Colmenares, Historia de la insigne ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla, de (1637), cap. L; J. de Rojas y Contreras, Historia del colegio Viejo de San Bartolomé, mayor de la celebre Universidad de Salamanca.[…], vol. II, Madrid, 1766-1770, págs. 48 y 57; M. Sangrador y Vitores, Historia de la Muy Noble y Leal Ciudad de Valladolid […], t. II, vol.III, Valladolid, Imprenta D. M. Aparicio, 1854, págs. 117-123; S. Álvarez de la Rivera, Biblioteca Histórico-Genealógica Asturiana, Santiago de Chile, Imprenta Cervantes, 1928, pág. 48; M. A. Sobaler, Los Colegiales de Santa Cruz una élite de poder, Salamanca, 1987, págs. 172 y 234; H. Llorente Pinar, Don Gaspar de Quiroga (1512-1594) un gran patrón en la corte de Felipe II, tesis doctoral, Madrid, 1997, pág. 60; C. Domínguez Rodríguez, Los oidores de las Salas de lo Civil de la Chancillería de Valladolid, Valladolid, Universidad de Valladolid, 1997, pág. 101; V. Guitarte Izquierdo, Episcopologio español (1500-1699), Roma, Instituto de Historia Eclesiástica, 1994, pág. 123; L. Anes Fernández, Pobreza y beneficencia en Asturias en la segunda mitad del siglo XVIII, Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 2000, pág. 187; Y. Kawamura, “Reflexión sobre el modelo del Panteón de Roma en la capilla del obispo Vigil de la catedral de Oviedo y otras precisiones”, en Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, t. 69-70, (2003-2004), págs. 359-372.

 

Luis J. Fernández de Landa Roca