Peña, Juan de la. Ajofrín (Toledo), m. s. XVI – Toledo, 27.VII.1636. Maestro de capilla y compositor.
La primera noticia que de él existe la da Restituto Navarro al informar que en 1594, al marchar el maestro de capilla Juan García Garay, el Cabildo conquense convocó oposiciones. A ellas solicitaron asistir Diego Herrera, maestro de capilla de la Catedral de Orihuela y antiguo infante de coro de la de Cuenca, Joan Gómez, lego y casado, y Juan de la Peña, de Toledo.
Diego Herrera ya se había presentado, aunque sin éxito, a las oposiciones que se celebraron en Cuenca en 1583 y que ganó Juan Muro. Las actas capitulares conquenses de 25 de agosto de 1594 informan de que en el desarrollo de los ejercicios de oposición, a los cuales no se presentó Joan Gómez, Peña dejó impresionado al Cabildo al cantar un villancico que él mismo había compuesto y que estaba dedicado a san Julián, patrón de la ciudad. Esto, sin duda, influyó a la hora de decidir quién sería el sustituto de Garay. Así, el 25 de agosto de 1594, el Cabildo conquense decidió nombrar a Juan de la Peña como nuevo maestro de capilla, aunque con la condición de que, en caso de que regresase Ginés de Boluda, antiguo maestro de capilla de la Catedral, debería dejar la plaza para que Boluda la gozase. El 9 de septiembre de 1594 fue autorizado para ir a Toledo a traer a sus padres.
En 1595, tras acogerse con agrado, por parte del papa Clemente VIII, la propuesta del obispo conquense de que san Julián gozase de oficio propio, se organizaron importantes fiestas para celebrarlo. Así, tras una casi infructuosa búsqueda de músicos en la Capilla Real de Madrid, Peña fue comisionado para ir a Toledo a buscar músicos, carros alquilados y un comediante que participase en las fiestas.
El compositor sufrió, en Cuenca, un momento de clara depresión económica, lo que le supuso cobrar sólo 200 ducados y 30 fanegas de trigo, en lugar de los 300 ducados y 30 fanegas de trigo anuales que llegó a gozar Juan Muro. Esto le llevó a presentar, en 1596, una queja sobre el pago de su salario. Pero la contestación dada por el obrero de la fábrica fue que a él también le debía la Catedral 2000 ducados y que por no haber dinero no se los podía cobrar.
El compositor solicitó permiso para marchar a Toledo (13 de junio de 1597), donde había sido agraciado con un puesto que le permitía estar al servicio de la Catedral de su ciudad. Su sustituto en la Catedral de Cuenca fue Juan Alonso Puro. Peña fue sometido, según Barbieri, a una limpieza de sangre antes de ser nombrado claustrero de la Catedral de Toledo (20 de septiembre de 1599). Informa, igualmente Barbieri, que fue capellán de coro y teniente de claustrero o maestro de melodía de la Catedral de Toledo. El 28 de septiembre de 1606 se le libraron 1500 reales por ir a Ávila, Burgos, Zaragoza, Tarazona, Huesca y Cuenca a buscar “cantores de todas voces y seises”. Parece ser que el 16 de noviembre de 1613 el Cabildo toledano le hizo el honor de que se vistiese con capa de coro, en lugar de con el sobrepelliz que le correspondía por su cargo. Al morir fue enterrado en la capilla de la Virgen de la parroquia de San Lucas, de Toledo.
No hay que confundir a este Juan de la Peña con otros dos que, con idéntico nombre, desempeñaron su labor de cantor de la Reina (finales del siglo XV) y de la Capilla Real de Madrid (mediados del siglo XVII).
Obras de ~: se conservan en el libro ‘Con el pecho en la boca’, ‘En un portal seis zagales’ y ‘Llena va de flores’ en Romances y letras a tres voces (ms. Biblioteca Nacional de España; en la Catedral de Cuenca sólo se conservan tres copias, realizadas por Miguel Martínez, de estos villancicos).
Bibl.: R. Navarro Gonzalo, Los Maestros de Capilla de la Catedral de Cuenca desde el siglo XVI hasta hoy, Cuenca, CUi, 1974; M. Martínez Millán, Historia musical de la Catedral de Cuenca, Cuenca, Diputación Provincial, 1988; F. J. Cabañas Alamán, “Peña, Juan de la”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. VIII, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2001, pág. 579.
Fernando J. Cabañas Alamán