Velasco, Pedro de. Señor de La Revilla (VIII). ?, p. m. s. XVI – 1598. Militar, político, corregidor de Badajoz, capitán de la Guarda Española de Felipe II, consejero de Guerra.
Descendía del antiguo linaje de los Velasco, sólidamente asentados en tierras burgalesas; en concreto de un hermano de Juan de Velasco, camarero de Enrique III, cuyo nieto fue condestable de Castilla, y el hijo de éste el I duque de Frías en 1492. Su familia ostentaba el señorío de La Revilla (cerca de Salas de los Infantes) y Pedro, VIII señor, como tantos otros representantes de la nobleza no titulada, dirigió sus pasos hacia la milicia. Sirvió en Italia, en la jornada del Peñón de Los Vélez (1564) y después en Flandes con el duque de Alba. Durante la década de 1570 recaló en la Corte, donde sus servicios (y linaje) fueron recompensados con la encomienda de Mohernando de la Orden de Santiago (que sería mejorada en años posteriores con la de Villahermosa y Hornachos) y un cargo no especialmente relevante en sí mismo, pero que en aquellos momentos cobró gran importancia.
Se trataba del corregimiento de Badajoz, en 1579, cuando Felipe II planificaba la ocupación de Portugal para asegurar sus pretensiones al Trono luso, tras la desaparición de Sebastián I en la batalla de Alcazarquivir en 1578, y la muerte del efímero Monarca, el cardenal don Enrique. La ciudad extremeña y su territorio, colindantes con el vecino reino, debían ser regidos en esos días críticos por una persona de la máxima confianza de Felipe II, que no deseaba dejar ningún cabo suelto que le impidiera alcanzar el que fue probablemente su más caro sueño. Estuvo Pedro a la altura de las circunstancias, y el Rey Prudente, que instaló su Corte en Badajoz durante un tiempo camino de Portugal, supo premiar adecuadamente a su servidor. El VIII señor de La Revilla fue nombrado en 1580 capitán de su guardia española, en lugar del fallecido Rodrigo Manuel, en lo que fue sin duda una entrada fulgurante en la casa del Monarca y en la Corte. Se mantuvo así a la vera de Felipe II durante los años siguientes, en los que la Corte se movió entre Portugal, Castilla y Aragón. Con el regreso definitivo a Castilla, a partir de 1586, el Rey Prudente terminó de configurar las estructuras de su gobierno, con el asentamiento e institucionalización de los Consejos. En 1587 Pedro de Velasco juró como consejero de Guerra, y la presencia continuada de su rúbrica en las consultas de este órgano de gobierno da fe de su dedicación a las tareas de gobierno. También, al igual que otros consejeros, fue empleado para empresas militares concretas, como lo fue el mando del ejército que se reunió apresuradamente para repeler el ataque inglés a Cádiz en 1596. Si bien no llegó a entrar en combate, parece que tampoco regresó a servir en el Consejo, y murió a principios de 1598. Su heredero, Alonso de Velasco, siguió los pasos de su padre y culminó las ambiciones del linaje, pues fue su teniente en el cargo de la Guardia Española, veedor general de la gente de guerra en Portugal (1596), general de las galeras de España y embajador en Inglaterra con Felipe III, quien en 1618 le hizo I conde de La Revilla.
Fuentes y bibl.: S. Fernández Conti, “Velasco, Pedro de”, en J. Martínez Millán y C. J. Carlos Morales (dirs.), Felipe II (1527-1598). La configuración de la Monarquía Hispana, Salamanca, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 1998, págs. 509-510; J. Martínez Millán y S. Fernández Conti (dirs.), La Monarquía de Felipe II. La Casa del rey, vol. I, Madrid, Mapfre, 2005, págs. 594-595.
Santiago Fernández Conti
