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Hernando de Salas

Biografía

Salas, Hernando de. Salas (Asturias), p. t. s. xvi – ?, 2.XII.1571. Consejero de Indias.

Hijo de Juan Fernández de Valdés, señor de la villa asturiana de Salas. Aunque los inicios de su carrera fueron auspiciados por uno de los grandes patrones de la Corte filipina, su hermanastro Fernando de Valdés, la influencia de éste no fue tan duradera como para permitir el acceso de Salas a la Corte, obstaculizado por el control ebolista de las vías de promoción administrativa, hasta el punto de que hubo de agradecer el nombramiento de consejero de Indias en 1565 a la intervención de Diego de Espinosa. Al objeto de facilitar su carrera, tomó las órdenes sacras y estudió desde 1541 en el Colegio de San Bartolomé de Salamanca. Gracias al importante apoyo de que gozaba, no le resultó difícil acceder como alcalde a la Audiencia de los Grados de Sevilla, plaza a la que sumó una canonjía sevillana ayudado por la exaltación de Valdés a esa mitra en 1546. Guiado por el interés de acercarle a la Corte junto a otros de sus protegidos para equilibrar los notorios progresos cortesanos del grupo ebolista, en estos años fueron frecuentes las comunicaciones al Emperador loando las virtudes de Salas, aunque por entonces sólo obtuviera hacia 1551 su traslado como oidor a la Chancillería de Granada después de una fugaz estancia en la de Valladolid. Esta promoción no le impidió seguir gozando de ingresos eclesiásticos, ya que permutó su canonjía sevillana por el arcedianazgo de la Catedral granadina. Su ejercicio jurisdiccional en este tribunal, que simultaneó con funciones de consultor inquisitorial, mereció la aprobación de Miguel Muñoz, obispo de Tuy, en el curso de la visita que realizó a la Chancillería. Los intentos de contar con Salas en la Corte fueron renovados por el inquisidor general en 1554 al incluirle en una lista de candidatos letrados para cubrir dos vacantes en la Suprema, a quienes Valdés consideraba idóneos para la dirección inquisitorial, a diferencia del Emperador y otros hombres de Iglesia como Bartolomé de Carranza, que consideraban más pertinente la designación de teólogos. La intervención de este último resultó decisiva para que la plaza en la que estaba nombrado terminada siendo ganada por Andrés Pérez, de tal manera que Hernando de Salas hubo de permanecer alejado de la Corte durante la etapa de predominio ebolista.

No obstante, los cambios políticos que se adivinaban concluido el Concilio de Trento y el encumbramiento de Diego de Espinosa, dieron paso a la recepción en la Corte de nuevos letrados comprometidos con estos planes. Aunque el patrón emergente, necesitado de clientes, no atendió en exceso al origen faccional de estos personajes, tuvieron ventaja quienes tenían alguna relación con la tradición religiosa intelectual e intransigente que, por interés estratégico, había defendido Fernando de Valdés. Fue así, que se dieron las condiciones necesarias para el nombramiento de Hernando de Salas como consejero de Indias el 14 de noviembre de 1565, después de que desde unos meses atrás presidiera el organismo Francisco Tello de Sandoval. Así adquiría rango institucional en la Corte a la que se había trasladado como secretario de su hermano. Su labor en favor del proceso de confesionalización en las Indias, caracterizada por la conducción en solitario y a boca con el Rey en mayo de 1568, de los trámites iniciales de las visitas a los oficiales reales de Perú, Nuevo Reino de Granada y Guatemala, sólo se vio interrumpida para acompañar los restos del viejo inquisidor general a su Salas natal. Falleció sirviendo su cargo y su vacante fue cubierta por Santillán.

 

Bibl.: I. J. Ezquerra Revilla, “Salas, Hernando de”, en J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales (dirs.), Felipe II (1527-1598). La configuración de la Monarquía hispana, Valladolid-Salamanca, Junta de Castilla y León, 1998, págs. 476-477; I. J. Ezquerra Revilla, El Consejo Real de Castilla bajo Felipe II, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000, pág. 96; E. Schaefer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, vol. I, Madrid, Marcial Pons Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 2003, pág. 338.

 

Alejandro López Álvarez

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