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Luis de Mercado

Biografía

Mercado, Luis de. Segovia, s. t. s. xvi – ?, p. t. s. xvii. Oidor de la Audiencia de los Grados de Sevilla, oidor de la Chancillería de Granada, consejero de Indias, oidor del Consejo Real, consejero de Inquisición y de la Contaduría Mayor de Cuentas.

Hijo del licenciado Pedro Mercado de Peñalosa, fallecido el 1 de agosto de 1553 como miembro del Consejo Real (e hijo a su vez del alcalde Mercado), y de Catalina Briceño (hija del alcalde Ronquillo).

Compaginó sus estudios como manteísta con labores de juez metropolitano del arzobispo de Santiago en Salamanca, hasta ser nombrado oidor de la Audiencia de los Grados de Sevilla el 31 de enero de 1567, por intervención del propio Diego de Espinosa, presidente de Castilla. Quien daba noticia a su patrocinado en expresivos términos: “Por la relación que he dado a Su Magd. de su persona, letras y virtud ha sido servido de hazerle merced de una plaça de juz (sic) en la real audiencia de los grados de Sevilla, de que yo tengo contentamiento porque confío que ha de acertar a servir a Dios y a Su Magestad conque nos obligará a procurar su acrecentamiento”. El favor del presidente también facilitó tres años después su paso como oidor a la Chancillería de Granada, en la que su labor atrajo la atención de los sucesivos presidentes de Castilla, quienes le incluyeron en sus relaciones de candidatos para vacantes en el aparato polisinodial.

En primer lugar, en febrero de 1576 se intentó su promoción desde la órbita castellanista, en prelación del presidente de Órdenes Antonio de Padilla. En 1581, fue el presidente Pazos quien le propuso como sucesor en el Consejo Real, tanto del licenciado Gamboa como de Hernando Díaz de Rivadeneyra, pero el camarista Rodrigo Vázquez de Arce arrojó sospechas desde Lisboa sobre su limpieza. Posteriormente el conde de Barajas le nominó junto a su compañero Pablo de Laguna, para ocupar la plaza en Contaduría Mayor vacante por el licenciado Villafañe.

Pero la llegada a la Corte no se produjo hasta 1587, cuando ya había alcanzado el decanato de la Chancillería y había destacado en el trato de materias repobladoras y financieras —lo que le valió la elogiosa intercesión del presidente Niño de Guevara— y se encontraba en la Corte tratando de impugnar cierta comisión para la que le había nombrado el consejo de Italia. Aunque el presidente de Hacienda Rodrigo Vázquez lo incluyera entre sus candidatos para el Consejo Real —en testimonio de las mutaciones políticas en la Corte—, alabando su capacidad para negocios tanto gubernativos como contenciosos, el Rey se inclinó por el criterio de Hernando de Vega y el 7 de octubre le concedió título del Consejo de Indias, mientras su lugar en la audiencia fue ocupado por Contreras. Tal decisión disgustó a Mercado, quien solicitó repetidamente a Felipe II su promoción al Consejo Real en nombre de los servicios de su padre, al tiempo que atribuía a Antonio de Guevara oficios para impedirla por un pleito con su hermana Ana de Mercado. El incomodo regio por esta actitud influyó en que los repetidos oficios en favor de su paso al Consejo —como el formulado por el secretario Mateo Vázquez el 6 de mayo de 1589— no fructificaran hasta el 26 de septiembre de 1590. Como miembro del Consejo de Indias, ejerció funciones de asesor de Cruzada en Indias.

Junto al desempeño de las comisiones propias de su flamante oficio, asumió otras en virtud de sus órdenes eclesiásticas, si bien éstas le hacían incompetente para intervenir en pleitos criminales. Entre las primeras, en 1592 entró la en Contaduría Mayor de Cuentas junto a Juan Ovalle de Villena e intervino en la revista de la visita de la Chancillería de Valladolid, al considerar junto a Tejada, el obispo de Ávila Jerónimo Manrique y los licenciados Juan Gómez y Valladares Sarmiento, los alegatos autoexculpatorios de Alonso de Rivadeneyra; y en 1594-1595 presidió la Mesta. Con la reforma del Consejo Real de 1598, constituyó una de las salas de justicia con Albornoz y Diego Fernando de Alarcón.

Nombrado “consejero de la tarde” en la Suprema en 1598, la controversia que se suscitó a causa de los rumores sobre su falta de limpieza indujo a Felipe II a rectificar, sin consumarse su entrada hasta 1600. Bien relacionado con el equipo del príncipe, encajó sin sobresaltos la sucesión en la Corona, que le sorprendió atareado con otros jueces en la revista de una visita a Milán. Permaneció en el Consejo Real, ajeno a avatares cortesanos pero no a su precaria salud —que llevó a Felipe III a nombrar el 9 de febrero de 1600 al comendador del Consejo de Órdenes Álvaro de Benavides como miembro supernumerario del Consejo Real— hasta que accedió al Consejo de Inquisición en 1601, del que pasó a la Contaduría Mayor de Hacienda el 10 de junio de 1604.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Escribanía Mayor de Rentas, Quitaciones de Corte, leg. 5 y 32; Contaduría Mayor de Cuentas, 1.ª época, leg. 1688; Patronato Eclesiástico, leg. 10; Archivo Histórico Nacional. Consejos, lib. 707e, fol. 253v.; Archivo Zabalburu, carpeta 147, n.os 127-130; British Library, Additional (Add.) 28348, fols. 214r.-215v.; Add. 28349, fols. 119-122r.; Add. 28365, fol. 225r.; Add. 28704, fol. 61r.; Instituto Valencia de Don Juan, envío 16, caja 27bis; envío 21, caja 31, n.os 237 y 266; envío 21, caja 32, n.º 531; envío 90, caja 129, n.º 580; envío 92, caja 133, cuad. 5, fols. 2v., 344, 345r. y 346v.

E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, vol. II, Sevilla, Imprenta Carmona, 1947 (reimp. Klaus reprint, Nendeln/ Liechtenstein, 1975), pág. 356; J. Martínez Millán y T. Sánchez Rivilla, “El Consejo de Inquisición (1483- 1700)”, en Hispania Sacra (HS), 73 (1984), págs. 71-193 y pág. 124; J. Martínez Millán, “Los miembros del Consejo de Inquisición durante el siglo xvii”, en HS, 76 (1985), págs. 409-449; S. de Dios, Fuentes para el estudio del Consejo Real de Castilla, Salamanca, Diputación, 1986, pág. XLI; E. Martín de Sandoval y Freire, “Presidentes del Honrado Concejo de la Mesta (1500-1827)”, en Hidalguía, 201 (1987), págs. 407-420; P. Gan Giménez, El Consejo Real de Carlos V, Granada, Universidad, 1988, pág. 248; La Real Chancillería de Granada (1505-1834), Granada, Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, 1988, pág. 283.

 

Ignacio Javier Ezquerra Revilla

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