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Miguel Armijo Moreno

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Biografía

Armijo Moreno, Miguel. Nerja (Málaga), 11.XI.1940 – Madrid, 26.VI.1997. Médico dermatólogo y catedrático.

Nació en el seno de una familia acomodada, ya que su padre era médico de Nerja (Málaga). A los pocos años se trasladó a Costa Rica, donde vivían familiares paternos; nuevamente volvieron a Málaga, aunque mantuvo hasta 1969 su nacionalidad costarricense.

Comenzó sus estudios de Medicina en la Facultad de Granada en el año 1958 terminando en 1964. Ya en septiembre de 1964 entró a trabajar, “para hacer méritos”, en el departamento de Dermatología junto al profesor Felipe de Dulanto, catedrático de la disciplina, y otros compañeros como José Sánchez Muros, Juan Ocaña Sierra, Antonio Martín Gómez y Antonio Capilla, sin olvidar a sor Felicidad, hermanita de la Caridad encargada del departamento de Dermatología, donde, además de los enfermos dermatológicos, se trataban pacientes quirúrgicos y los quemados.

Junto a ellos comenzó su rodaje científico y clínico.

Lo primero que hizo fue obtener la plaza de “médico interno” y viviendo en el Pabellón de Internos del Hospital Clínico San Cecilio conoció a la estudiante de enfermería Carmelina Herrera Ceballos, con la que se casó en 1967 y tuvieron cuatro hijos: Miguel, Carmen, Raquel y Enrique.

Su carrera científica comenzó de inmediato, pues se hizo cargo de la sección de Dermatopatología del departamento. En noviembre de 1969, una vez recibida su concesión de la nacionalidad española del Ministerio de Justicia, optó por oposición a la plaza de profesor adjunto interino durante cuatro años, que obtuvo. Si hasta entonces había colaborado intensamente en el laboratorio de Dermatopatología, desde ese momento ejerció las funciones de jefe de servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Cecilio, haciéndose cargo de la dirección de las mañaneras “sesiones anatomo-clínicas”. Durante los cinco años siguientes su labor científica fue prolífica, realizando su tesis doctoral sobre 5-fluorouracilo en Dermatología, publicando numerosos trabajos y comenzando a preparar, junto al profesor Felipe de Dulanto, el libro de la Escuela de Dermatología granadina Dermatología médico-quirúrgica (1980).

El 30 de octubre de 1975 opositó y obtuvo la de profesor agregado de Dermatología de Granada, y poco después, tras el preceptivo año de permanencia como agregado, pasó a ocupar a sus treinta y seis años la plaza de catedrático en Salamanca, que desempeñó durante veinte años, donde vivió en La Solana junto a Carmelina y sus hijos. Durante ellos dirigió la tesis doctoral a trece de los residentes del departamento de Dermatología, mantuvo el prestigio de la escuela de dermatología salmantina, publicó con sus colaboradores múltiples monografías y trabajos científicos, realizó anualmente cursos monográficos de doctorado, fue vicepresidente del IX Congreso Hispano-Portugués celebrado entre Valladolid y Salamanca en 1978 y, sobre todo, viajó muchísimo por Sudamérica, donde dejó una semilla imborrable. No hay que olvidar que, junto a los profesores Antonio García Pérez y Francisco Camacho, realizó constantes visitas y aportó numerosa documentación al Ministerio de Educación y Ciencia hasta lograr que la Dermatología fuera considerada “área de conocimiento” independiente con la posibilidad de formar departamentos universitarios, como hizo Madrid poco después.

Fue presidente de la Academia Española de Dermatología durante ocho años (1986-1994) siguiendo en esta función al profesor Antonio García Pérez, con el que ya había disputado la plaza cuatro años antes. En la Asamblea General del XXIII Congreso de Dermatología, celebrado en Madrid en junio de 1994, fue nombrado por aclamación presidente de honor de la Academia.

El 15 de marzo de 1985 fue nombrado presidente de la Comisión Nacional de Dermatología, de la que era vocal por la Academia Española, sustituyendo al profesor Pedro Álvarez Quiñones, puesto que desempeñó hasta su prematura desaparición; es decir, once años. Durante esos años fue el representante de la Dermatología española en el Consejo Nacional de Especialidades y entre sus logros se amplió y actualizó el sistema de docencia posgraduada, se modificó y adecuó el programa de formación de residentes y posibilitó que la Dermatología fuera considerada especialidad troncal en Medicina.

En noviembre de 1991, durante el XII Congreso del Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología (CILAD) celebrado en Guadalajara (México), fue nombrado vicepresidente del Colegio, y reelegido en el de Puerto Rico en 1995. No fue al azar, ya que sus muchos años de permanencia en Costa Rica y sus innumerables viajes a Latinoamérica, así como sus inmejorables relaciones con los dermatólogos portugueses, especialmente con los de la Universidad de Coimbra, con los que realizó varias reuniones conjuntas, le avalaron para el puesto. Además, el profesor Armijo participó en el I Congreso Uruguayo de Dermatología en Montevideo en 1986, en el XI CILAD en Madrid en 1987, en el X Congreso Argentino de Dermatología en Buenos Aires en 1990, y en otros muchos más portugueses, brasileños, mexicanos, costarricenses, etc. Del mismo modo, su carisma llevó al Colegio a elegir España, y en este caso Salamanca, como sede del XIV Congreso Ibero- Latinoamericano para 1999. Fue el embajador itinerante de la Dermatología española durante esos años aunque también lo había sido con anterioridad.

Durante los años 1986-1994 fue director de la revista Actas Dermosifiliográficas, órgano de la Academia Española de Dermatología. En ese período de tiempo, teniendo como redactor jefe al profesor Luis Iglesias Díez, se elevó el número de ejemplares anuales de seis a diez, se mejoró el contenido científico y la calidad de impresión, y se consiguió que fuera la expresión de las Secciones regionales y de los Grupos de trabajo de la Academia.

Fue académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Granada desde 1972 y académico de número de la de Salamanca en 1981 con su discurso de entrada sobre Consideraciones psicodinámicas y psicopatológicas en Dermatología. Fue también miembro correspondiente de la Sociedad Portuguesa de Dermatología (1974), de la Société Française de Dermatología et de Syphiliographia (1970), miembro fundador de la International Society for Dermatologic Surgery (1978), miembro de la European Academia of Dermatology and Venereology (1987) y de las Sociedades Españolas de Micología Clínica y Microscopía Electrónica (1987). Por último, fue autor, junto a Francisco Camacho, del libro Dermatología (Aula Médica 1987), ya en su tercera edición, y publicó numerosos trabajos científicos de los que se destacan en la bibliografía los más importantes. Fue admirado por todos por su constancia, decisión inquebrantable y profunda religiosidad.

 

Obras de ~: El 5-Fluorouracilo en terapéutica dermatológica local: estudio clínico-histológico, Granada, Universidad, 1970; con F. Camacho, Dermatología, Madrid, Aula Médica, 1987; Dermatosis por virus, Madrid, Médica Internacional, 1990.

 

Bibl.: F. Camacho, “Necrológica. Miguel Armijo. De estudiante de Medicina a Presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología”, en Actas Dermo-sifiliográficas (AD), 88 (1997), págs. 644-647; F. Camacho et al., “Reunión científica homenaje póstumo al Profesor Armijo”, en AD, 88 (1997), págs. 698-714; F. Camacho, “De estudiante de Medicina a Vicepresidente del CILAD”, en Medicina Cutánea Ibero-Latino-Americana, 25 (1997), págs. 174-176.

 

Francisco Camacho Martínez

 

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