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Ricardo Lozano Blesa

Biografía

Lozano Blesa, Ricardo. Zaragoza, 11.IX.1906 – 23.X.2000. Médico, cirujano.

Cirujano de estirpe aragonesa que desarrolló una larga carrera profesional y académica en Zaragoza.

Fue hijo de Ricardo Lozano Monzón, cirujano de gran influencia en la cirugía española y de renombre en la centroeuropea en el primer tercio del siglo xx.

Lozano Blesa fue, en más de un sentido, continuador de la obra de su padre. En concreto, como intérprete de una cirugía inseparable del conocimiento extenso y profundo de la patología quirúrgica y del dominio consumado de la clínica; como titular de la misma cátedra que ocupara su padre; promoviendo, desde el Decanato de la Facultad de Medicina de Zaragoza, la creación de nuevas instalaciones docentes y clínicas acordes con los tiempos, al igual que lo hiciera Lozano Monzón; y en no menor medida, en cuanto a sus aportaciones a la cirugía de la equinococosis hidatídica, principalmente en sus localizaciones torácicas.

Cursó la carrera de Medicina en la Universidad de Zaragoza, en la que se licenció con Premio Extraordinario en 1929. Aunque iniciada junto a su padre, su formación quirúrgica fue básicamente centroeuropea, al lado de C. Henschen (Basilea), M. Kirschner (Heidelberg) y F. Sauerbruch (Berlín), entre 1930 y 1933.

En 1933 se doctoró en Madrid y se estableció en su ciudad natal, en cuya Universidad obtuvo por oposición el mismo año plaza de profesor auxiliar de Terapéutica Quirúrgica. Más tarde lo sería de Patología y Clínicas Quirúrgicas, hasta obtener en 1952 una cátedra de dicha denominación en la Universidad de Santiago de Compostela. En 1953 accedió por traslado a una de la Universidad de Zaragoza, que desempeñó hasta su jubilación en 1976. Durante la Guerra Civil fue sucesivamente jefe de varios equipos quirúrgicos en la ciudad. En 1944 ingresó en la Real Academia de Medicina del Distrito Universitario de Zaragoza con el discurso titulado Achalasia de esófago.

Cultivó casi con igual intensidad todos los campos de la patología quirúrgica. Lo hizo con maestría indiscutida, extendida por igual a la clínica y a la terapéutica quirúrgicas. Sus operaciones se caracterizaban por la meticulosidad, tanto en la indicación como en la planificación y el desarrollo de la intervención, que realizaba con técnica depuradísima y gran elegancia.

Era casi obsesiva su preocupación por minimizar la hemorragia, la contaminación y el trauma tisular intraoperatorios.

Esta forma de hacer la trató de transmitir denodadamente a sus discípulos.

Entre 1947 y 1959, años en los que los progresos más rápidos y llamativos de la cirugía se producían en el campo de la cirugía torácica, realizó visitas prolongadas a centros europeos de liderazgo en esta naciente disciplina: Brompton Hospital de Londres (C. Price- Thomas) y Clínicas Quirúrgicas Universitarias de Zúrich (profesor Brunner), Múnich (E. K. Frey) y Düsseldorf (E. Derra) y fue introduciendo en Aragón todas las innovaciones técnicas que surgían. Como consecuencia, se le ha considerado como uno de los primeros impulsores de esta especialidad en España (Paris Romeu, 2002).

En cualquier caso, su actividad quirúrgica fue constante e intensísima. Centrada primordialmente en su servicio del Hospital Clínico de Zaragoza, se extendió también al Hospital Provincial de Nuestra Señora de Gracia y al Sanatorio de Enfermedades Torácicas de la misma ciudad. Atendía a su extensa clientela en exclusividad en su clínica privada. Además, mantuvo abierta durante dos décadas aproximadamente una segunda instalación dedicada al internamiento y tratamiento quirúrgico de enfermos tuberculosos. Entre las técnicas cuyo uso introdujo en Aragón se cuentan, entre otras, las resecciones pulmonares regladas, todas las técnicas de cirugía cardíaca cerrada, el tratamiento quirúrgico de la hipertensión arterial y de la hipertensión portal, el de la espondilitis tuberculosa por acceso directo anterior a los cuerpos vertebrales, la cirugía de revascularización directa de las extremidades y las entero y colocistoplastias (éstas en colaboración con Francisco Romero Aguirre). Su experiencia en cirugía de la equinococosis hidatídica fue, de largo, la más extensa en España, principalmente en su localización pulmonar, pero también en las de corazón, esqueleto e hígado. Mantuvo actividad quirúrgica hasta los setenta y siete años de edad, sin disminuir en nada la complejidad de la cirugía que siempre había llevado a cabo. Cirujano clínico por excelencia, en el aula destacaba en sus excelentes lecciones clínicas.

Autor de un centenar largo de publicaciones científicas, destacan por sus aportaciones novedosas, las dedicadas la hidatidosis pulmonar, con la publicación en 1958 de la primera clasificación anatomoclínica de esta enfermedad en la bibliografía mundial, basada en su experiencia de casi seiscientas intervenciones personales y de la que derivan todas las clasificaciones publicadas con posterioridad. Su mérito fue el servir de base para la selección de la técnica más apropiada para el tratamiento de cada forma anatomoclínica. Asimismo, sistematizó por primera vez las secuelas de la cirugía de la hidatidosis pulmonar, recomendando líneas de actuación para prevenirlas. Publicó las series quirúrgicas más largas de equinococosis cardíaca y esquelética de España (1964). Fueron importantes también en su momento publicaciones relativas al tratamiento quirúrgico de las supuraciones broncopulmonares, en 1959, y a los resultados tardíos de la cirugía del cáncer gástrico en 1967, refiriendo una larga serie de gastrectomías totales y totales ampliadas con mortalidad del 4 por ciento y excelente supervivencia.

Desarrolló actividad continuada en algunas sociedades científicas, como la Asociación Española de Cirujanos, de cuyo comité científico formó parte y cuyo IV congreso (1955) presidió, la Société Internationale de Chirurgie, el American College of Chest Phisiscians (fue “Governor“ del Capítulo de Aragón), la Asociación Internacional de Hidatidología, cuyo IV congreso mundial (1958) presidió, el International College of Surgeons, etc.

Fue decano de la Facultad de Medicina durante dos mandatos consecutivos y también rector en funciones de la Universidad de Zaragoza durante un curso académico.

Durante su mandato como decano se adquirieron terrenos, proyectaron, construyeron y pusieron en funcionamiento nuevas y completas instalaciones para la Facultad de Medicina y un hospital clínico de novecientas camas. El complejo estuvo terminado y en pleno funcionamiento en 1975.

Formó a numerosos cirujanos, españoles y extranjeros, que ejercieron luego la cirugía general o alguna de las diversas especialidades quirúrgicas. Ocuparon jefaturas en distintas instituciones, A. García Martín, G. Bernad, M. Vázquez Arnedo, J. Barco Gracia, J. Baselga Mantecón, B. Delgado y Delgado, M. Rota Moneo y R. Lozano Mantecón, catedrático de Cirugía. La Universidad de Zaragoza le confirió el grado de doctor honoris causa, con ocasión de las festividades de su 400 centenario y dio su nombre al Hospital Clínico Universitario que se inauguró en 1974. La Asociación Internacional de Hidatidología le otorgó su Medalla de Oro.

 

Obras de ~: con R. Lozano Monzón, Equinococosis, Madrid, Bailly-Baillière, 1931; Achalasia de esófago. Discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina de Zaragoza, 12 de marzo de 1944, Zaragoza, Imprenta Heraldo de Aragón, 1944; “Disease and surgeon before surgical intervention”, en Clínica y Laboratorio (Zaragoza) (1955); Cirugía del quiste hidatídico pulmonar, 1959; con R. Lozano Mantecón et al., “Primary hydatid disease of the mediastinum”, en Diseases of the Chest (1969); con J. Lasierra et al., “Treatment of thromboembolic disease with streptokinase”, en Revista Clínica Española (1973).

 

Bibl.: M. Díaz Rubio, Médicos españoles del siglo xx, Madrid, 2008;

http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=8217

 

Enrique Moreno González