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Francisco de Ibarra

Biografía

Ibarra, Francisco de. Eíbar (Guipúzcoa), p. m. s. xvi – ?, c. 1580. Consejero de Guerra, comisario y proveedor general de los Ejércitos y Armadas del Rey.

Miembro de un conocido linaje vasco, originario de Eibar, que prosperó al servicio de la Monarquía, en el ámbito de la milicia: su hermano Esteban alcanzó la secretaría de la Guerra, mientras que otro hermano, Pedro, fue contador del Ejército en el Piamonte y Milán, en tiempos de Carlos V. Comenzó su carrera a la sombra de Pedro, a quien hacia 1541 sustituyó en el oficio de contador. Claro que, al cabo del tiempo, tuvieron sonadas diferencias en el desempeño del cargo, que rompió la armonía familiar hasta la muerte de Pedro en 1575. Para entonces, Francisco había prosperado por su cuenta, al demostrar su eficacia especialmente en la organización logística de los ejércitos; en 1555 fue nombrado comisario general del Rey en Piamonte y Milán. Fue la época, además, en que el III duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo, apareció en Italia con plenos poderes para poner orden en la zona, estratégica para los intereses de la Monarquía. Francisco no tardó en cobijarse a la vera del que fue probablemente el mejor general hispano del siglo xvi, aunque su fortuna política no brillara a la misma altura. Pero fue suficiente para Ibarra, que en 1562 recibió título de comisario y proveedor general de los Ejércitos y Armadas del Rey, con Italia como base de actuación. En 1566 fue llamado con urgencia a la Corte, donde se imponía la visión militar como única forma de poner coto a los movimientos levantiscos que amenazaban la autoridad de Felipe II en Flandes. En el mes de mayo comenzó a entrar en un revitalizado Consejo de Guerra, necesitado de expertos profesionales para encarar los nuevos retos; y se implicó activamente en la preparación de la nueva campaña para, llegado el momento, partir al norte con la expedición del duque de Alba. Allí permaneció varios años, pero algunas diferencias con el gobernador le obligaron a regresar a la Corte a finales de 1570. En los meses siguientes se implicó en la organización de la flota de galeras que, comandada por Juan de Austria, alcanzaría sonado triunfo en Lepanto.

En 1572, ya mayor, se estableció definitivamente en Madrid, en un momento en que se impulsaba la presencia institucional de los Consejos, incluido el de Guerra, del que formaba parte, pero también la actividad de numerosas juntas para estudiar gran variedad de temas específicos. Ibarra se entregó sin desmayo a la tarea, vinculándose además a uno de los secretarios que no tardaron en descollar, Mateo Vázquez. Recompensado en 1575 con la encomienda de Santa Cruz de la Zarza en 1575, al final de la década menguó su salud y dedicación. No pudo afrontar la campaña de Portugal en 1580, y hubo de resignar el oficio de proveedor en Melchor de Herrera. Muerto a comienzos de esa década, la tradición de servicio fue continuada por su hijo, Diego de Ibarra.

 

Bibl.: S. Fernández Conti, “Ibarra, Francisco de”, en J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales (dirs.), Felipe II (1527- 1598). La configuración de la Monarquía Hispana, Salamanca, Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 1998, pág. 407; S. Fernández Conti, Los Consejos de Estado y Guerra de la Monarquía Hispana en tiempos de Felipe II (1548- 1598), Valladolid, Consejería de Educación y Cultura, 1998.

 

Santiago Fernández Conti

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