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Nicolás Damant

Biografía

Damant, Nicolás. Bruselas (Bélgica), 1531 – 16.VII.1616. Guardasellos del Real y Supremo Consejo de Flandes y Borgoña, presidente del Consejo Privado de Flandes, canciller de Brabante y consejero del Consejo de Estado de Flandes.

Vizconde de Bruselas y señor de Ottignies, Bauwel y Olmen, Damant perteneció a una familia que ya se había distinguido en el servicio a Carlos V, sobre todo su padre Pierre Damant, que fue guardajoyas del Emperador. Fruto de su matrimonio con Anne Bave nacieron varios hijos, entre los que destacaron, además de Nicolás, Pierre Damant, deán de San Bavón y obispo de Gante, y François Damant, guardajoyas y bibliotecario real en Flandes, así como rey de armas del Toisón de Oro en Madrid y bailli, capitán y castellano de Courtrai.

Nicolás Damant cursó estudios de Derecho y ejerció como abogado, al parecer con cierto éxito, pero su carrera se orientó enseguida hacia la Administración.

Entró en el Consejo de Brabante como consejero extraordinario y fue el duque de Alba quien le hizo consejero efectivo el 7 de mayo de 1568. comenzó así una fructífera carrera al servicio de Felipe II. Se mantuvo en dicho Consejo hasta que Alejandro Farnesio se hizo cargo de la gobernación de Flandes, momento en que, gracias a su afinidad ideológica con el duque de Parma, consiguió el cargo de consejero y maître des Requetes (relator) en el Consejo Privado, el 7 de mayo de 1582, y el de canciller de Brabante, el 13 de junio de 1585.

Estos oficios hicieron aumentar su prestigio y le sirvieron para que Farnesio se acordara de él cuando Felipe II le pidió que nombrara un guardasellos o presidente para el recién creado Real y Supremo Consejo de Flandes y Borgoña, que estableció el Monarca en Madrid. Este nuevo tribunal se creaba en sustitución del Ministerio Colateral, que hasta entonces funcionaba en la capital de la Monarquía para el manejo de los asuntos de aquellos territorios. El guardasellos Jean Foncq acababa de fallecer y Farnesio pensó en Damant como en el candidato ideal para sustituirle, tras descartar a Jean Richardot ante la imposibilidad de prescindir de él. El nombramiento de Damant se produjo el 21 de abril de 1587, y enseguida comenzó su viaje hacia Castilla en una comitiva que fue descrita por uno de sus integrantes, Jehan Lhermite. De ella formaban parte, además del nuevo guardasellos, su mujer Barbe Brant, sus tres hijos, Maximilien, Leonor y Barbe, su cuñada Marguerite Brant, su hermano François Damant y Jehan Charles Schetz de Grobbendoncq, pariente de su mujer, consejero de Malinas y recientemente elegido consejero del nuevo Consejo creado en Madrid, así como numerosos servidores hasta sumar un total de treinta personas.

Tanto Damant como Schetz recibieron su nombramiento el 22 de diciembre de dicho año. El guardasellos percibió unos gajes de 3.000 escudos de 40 sueldos y 2 gruesos cada sueldo, así como el título de chevalier («caballero»). Esta merced supuso la culminación de su carrera política, si bien hay que entender el nombramiento en el contexto político que se desarrollaba en Madrid en aquel período.

Junto al relevo faccional que se estaba produciendo en aquellos momentos, en el centro de la Monarquía se preparaba una serie de reformas que configuraron la Monarquía hispana de la Edad Moderna y que establecieron unas estructuras que llegaron hasta la época de los Borbones. Estos cambios se llevaron a cabo, sobre todo, a partir de 1585 y se encaminaron a separar gobierno y jurisdicción, que hasta entonces habían permanecido unidos. Los consejos se institucionalizaron, dotándoseles de unas instrucciones y jurisdicciones definidas, a la vez que se les vaciaba de contenido político. Las decisiones políticas pasarían a tomarse en otros organismos recién creados, como la Junta de Noche o el valimiento. Estas transformaciones confirmaron una tendencia que venía observándose desde la muerte del cardenal Espinosa, que vinculaba el poder político a la nobleza, mientras que los letrados pasaban a ocuparse de los asuntos jurisdiccionales.

Las reformas acaecidas en el centro de la Monarquía hispana afectaron al manejo de los asuntos de Flandes, que se institucionalizaron durante estos años. Una de las principales medidas que se tomaron para ello fue la creación del Consejo de Flandes que tendría, por lo tanto, el mismo papel administrativo, separando la jurisdicción del gobierno, que se puede observar en otros consejos modificados en aquellos momentos, como el de Cámara, el de Órdenes o el de Hacienda. Las funciones del nuevo Consejo aparecen reflejadas en las ordenanzas del 7 de enero de 1588, donde se aprecia cómo se limitan a asuntos burocráticos (como mantener la correspondencia administrativa en francés con los gobernadores o tramitar las peticiones de mercedes y títulos nobiliarios, de las que el secretario debía mantener un registro). De esta manera, Damant no pudo participar en la toma de decisiones políticas como lo habían hecho los anteriores guardasellos, en especial Hopperus y Foncq, y prácticamente no se le dio ocasión de intervenir en los asuntos de Estado. Había cambiado, incluso, la forma de relatar los negocios, que se dejaría de hacer a boca o mediante billetes y se pasaría a realizar mediante consultas, limitando de este modo el acceso al Rey. Esta nueva forma de llevar a cabo los negocios puede explicar que los castellanistas, dominadores de la esfera cortesana en aquel momento e impulsores de tales reformas, permitieran que se diese a Alejandro Farnesio, un papista reconocido, la posibilidad de elegir al guardasellos del nuevo Consejo. Como hechura del duque de Parma, además de tener una limitada capacidad de acción, Damant vio su labor fiscalizada por el nuevo secretario, Alonso de Laloo, que mantenía una estrecha relación con Mateo Vázquez y Juan de Idiáquez. Los conflictos entre el guardasellos y el secretario, durante los diez años de vida del Consejo, fueron muy numerosos, lo que muestra que sus posturas políticas estaban enfrentadas.

La estancia de Damant en Madrid estuvo marcada por su actividad en el Consejo, cuyas reuniones se solían celebrar en su casa, ya que no había alcoba para ello en el Alcázar, así como por el fallecimiento de su esposa en 1591. Gracias a su matrimonio, Damant había conseguido los títulos de señor de Brouwel y de Olmen, títulos que ostentaba su suegro Arnould Brant.

El Real y Supremo Consejo de Flandes y Borgoña perdió su razón de ser cuando se llevó a cabo la cesión de los Países Bajos a los archiduques Alberto e Isabel.

Partió entonces Damant hacia Bruselas con el matrimonio archiducal, en cuya Corte volvió a ocupar los cargos de consejero de Estado y canciller de Brabante, que ejerció hasta su muerte, acaecida el 16 de julio de 1616. Está enterrado en la iglesia colegial de Santa Gúdula.

 

Fuentes y bibl.: Archives Générales du Royaume, Manuscrits Divers, 3187; Archivo General de Simancas, Estado, legs. 591-592, 701, fols. 1-22 y 2218 y fol. 75, respect.; Archivo Histórico Nacional, Estado, lib. 253, fols. 117r.-v.

P. M. Wynants, Histoire du Conseil suprême d’État étably pour les affaires des Pays-Bas près de la personne royale de Sa Majesté, s. f. (en Bibliothèque Royale Albert I, Bruxelles, Manuscrits, 10491, parte 2, cap. 3); J. J. de Smett, Biographie nationale, vol. IV, Bruxelles, Académie Royale des Sciences, des Lettres et des Beaux-Arts de Belgique, 1866-1986, págs. 647-649; E. Poullet y Ch. Piot (dirs.), Correspondance du Cardinal de Granvelle, 1565-1586, vol. IV, Bruxelles, F. Hayez, 1877-1896, pág. 424, n. 6; Ch. Ruelens (ed.), Le passetemps de Jehan Lhermite publié d’après le manuscrit original par Ch. Ruelens conservateur á la Bibliothèque Royale de Belgique, Antwerpen, J. E. Buschmann, 1890-1896 (ed. facs. vol. I, Ginebra, Slatkine, 1971, págs. 12 y 14); J. M. Rabasco Valdés, “Una etapa del Consejo de Flandes y de Borgoña: Del Ministerio Colateral a las Ordenanzas de 1588”, en Anuario de Historia Moderna y Contemporánea de la Universidad de Granada (1979), págs. 73-74; R. Vermeir, De Hoge Raad voor de Nederlanden en Bourgondië te Madrid onder Filips II (1588-1596), memoria de licenciatura, Gante, Universidad, 1990, págs. 106-110 (inéd.); J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales (dirs.), Felipe II (1527-1598). La configuración de la Monarquía Hispánica, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1998, pág. 359.

 

José Eloy Hortal Muñoz

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