Marcet Poal, Antonio. Tarrasa (Barcelona), 5.VII.1878 – Montserrat (Barcelona), 13.V.1946. Monje benedictino (OSB), abad de Montserrat.
De familia acomodada, ingresó en la Escolanía de Montserrat en 1886. En 1894 vistió el hábito monástico en el propio monasterio y profesó en él en 1895 (profesión simple) y 1900 (profesión solemne).
Siguió la carrera eclesiástica en el colegio de San José de Esparreguera y en Montserrat y recibió la ordenación sacerdotal en 1902. Con sus compañeros Buenaventura Ubach y Gregorio Suñol, se entusiasmó por el canto gregoriano, en cuya introducción en Montserrat tuvo una parte importante. Después de ocupar varios cargos en Montserrat e intervenir en la creación de la Revista Montserratina, de la que fue redactor, en 1907, en verano del mismo año fue nombrado consultor del abad general de la Congregación de Subiaco, por lo que tuvo que instalarse, hasta 1912, en el Sacro Speco de Subiaco, sin olvidar el contacto con su monasterio: publicó en la Revista Montserratina una serie de artículos sobre historia monástica, y otros de tono más literario, que demuestran su talla intelectual y su interés por los temas culturales. En diciembre de 1912 la comunidad de Montserrat le eligió abad coadjutor, con plenos poderes y con derecho a sucesión del abad José Deás. Tomó posesión de su nuevo cargo en enero de 1913 y llevó a cabo una fecunda acción de gobierno, en la línea de sus antecesores Miguel Muntadas y José Deás, insistiendo en el aumento del nivel cultural de la comunidad y de la mejora de los edificios monásticos.
Se preocupó especialmente por el aumento de la biblioteca, del archivo, de la pinacoteca y del museo bíblico, favoreció los estudios de los monjes en el extranjero y fue un mecenas de las publicaciones que surgieron en el monasterio, muchas de ellas procedentes de la imprenta que él mismo había instaurado.
Hay que mencionar especialmente las revistas Vida Cristiana, Analecta Montserratensia, Catalonia Monastica y Montserrat. Butlletí del Santuari, diversas colecciones de libros religiosos y la “Bíblia de Montserrat”, dirigida por Buenaventura Ubach. Su protección a la cultura catalana le atrajo la animadversión del general Miguel Primo de Rivera y de las autoridades de la dictadura, que le consideraban, sin ningún fundamento, “separatista”.
En julio de 1936 tuvo que huir, protegido por la Generalidad de Cataluña, a Italia, desde donde escribió y difundió algunas cartas en italiano y en latín explicando la triste situación de su monasterio, saqueado por las turbas, aunque salvado de la destrucción gracias a la acción constante de los delegados de la Generalidad que se había incautado de él. A principios de 1939 pudo volver a Montserrat, donde inició una etapa muy difícil de restauración: el monasterio y el santuario habían sido convertidos en hospital, veintitrés de sus monjes habían sido asesinados, otros habían muerto o habían abandonado la vida monástica a consecuencia de las vicisitudes de la guerra, y las circunstancias políticas y religiosas habían cambiado enormemente. En 1941 obtuvo un abad coadjutor con derecho a sucesión, Aurelio María Escarré, que ya era su prior desde 1939, y llevó una vida retirada hasta su fallecimiento.
Bibl.: J. Tarín-Iglésias, L’abat Marcet. Mig segle de vida montserratina, Barcelona, Aedos, 1955; T. Moral, “Marcel, A.”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, pág. 1411; J. Massot i Muntaner, Els creadors del Montserrat modern, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 1979; Església i societat a la Catalunya contemporània, Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2003.
Josep Massot Muntaner, OSB
