Martínez, Juan. Quintanilla de la Mata (Burgos), 9.V.1675 baut. – Oña (Burgos), 4.II.1733. Monje benedictino (OSB) y arquitecto.
Nada se sabe de los primeros años de Juan Martínez; parece ser que nació el día 6 de mayo, pero otros autores ignoran este dato y sólo ofrecen el día 9 de mayo como fecha de su bautismo. Desde niño, según confesión propia, tuvo un gran amor por las matemáticas, pero no hay noticia de él hasta su ingreso en el monasterio benedictino de San Pedro de Cardeña (Burgos), en 1697, ignorándose dónde aprendió el oficio de arquitecto. Profesó como lego el 8 de diciembre de 1698, cambiando su nombre de pila por el de Pedro.
Conociendo sus cualidades, el abad Juan de Agüero (1697-1701) le encomendó la realización de un tabernáculo para el altar mayor de la abadía caradignense, trasladado pocos años después al monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria), donde hoy se conserva. El abad José Ladrón (1705-1709), por su parte, dispuso que ideara un nuevo retablo mayor (hoy desaparecido), que causó la admiración de sus contemporáneos. En el abadiato de Luis Álvarez (1709-1712) llevó a cabo los altares de Nuestra Señora y San Benito, pero sobre todo comenzó la obra del llamado cuarto principal, en el solar de las casas del Cid, con lo que se cerraba uno de los claustros del monasterio. En los años siguientes prosiguió mejorando su abadía con otras obras menores, diseñando además los retablos de San Miguel, Santa Gertrudis y San Sisebuto.
También realizó otros trabajos en los prioratos de Cardeña, como la casa de San Martín del Río y los molinos de Rezmondo.
Fray Pedro compaginó estas obras con otras realizadas para monasterios de la Congregación de San Benito de Valladolid, a la que Cardeña pertenecía, e iglesias diocesanas. Desde 1701 trabajó en la catedral de Burgos, donde son suyos los diseños de los púlpitos de bronce y las rejas del crucero, terminados en 1718, y la capilla de Santa Catalina, cuyas obras comenzaron en 1711. En atención a sus méritos fue nombrado en 1702 maestro mayor y veedor de las obras del Arzobispado de Burgos, por lo que se le atribuyen las trazas de muchos retablos de las parroquias de la diócesis. En 1714 reconoció la obra de la catedral nueva de Salamanca, pero rehusó el ofrecimiento del Cabildo, que lo quería nombrar maestro de obras de la misma. Para la catedral de Valladolid proyectó la terminación de la torre, pero sin que se llevara a cabo.
En el Monasterio de San Benito de Valladolid es suya la escalera principal; en el de Santo Domingo de Silos (Burgos) trazó la escalera de los leones y el claustro barroco en 1702, aunque reformó el proyecto en 1729, que fue cuando se comenzaron a edificar. Pero su obra más destacada en Silos es la nueva capilla de Santo Domingo de Silos, construida en 1732 sobre la antigua sala capitular, aunque no es suyo el retablo- baldaquino, levantado veinte años después de su muerte y que algunos estudiosos le han atribuido.
También dejó su huella en otros monasterios de su Congregación, acabando la fachada de San Pedro de Eslonza (León) y levantando de nueva planta la de la vicaría del monasterio de monjas benitas de San Pelayo de Oviedo. Desde 1729 hasta su muerte trabajó en la construcción de un nuevo claustro y dependencias anejas en San Salvador de Oña (Burgos). Suyo es también el tercer claustro y fachada del monasterio jerónimo de Nuestra Señora de Prado (Valladolid).
Fray Pedro trabajó también para iglesias parroquiales de Burgos y La Rioja, dirigiendo asimismo la terminación de las obras de la colegiata de Peñaranda de Duero (Burgos) desde 1728 hasta 1732. Y aún dedicó parte de su tiempo a obras civiles; además de los molinos antes citados, construyó otros en Mansilla de las Mulas (León) y proyectó una fábrica de tejidos en Valladolid, que no llegó a hacerse realidad.
Matemático eminente, inventó un instrumento al que llamó archímetro, capaz de medir longitudes, latitudes y profundidades, y un compás para hacer elipses del que hizo un ejemplar en bronce. Hasta la exclaustración, se conservaron en San Pedro de Cardeña muchos planos salidos de su mano, su selecta biblioteca y varias obras suyas manuscritas; pero todo ello se perdió en 1835 y de los libros que escribió apenas se conservan nada más que los títulos, que son índice de su afición matemática: Obras matemáticas, Anotaciones matemáticas, Perspectiva, Geometría, Arquitectura hidráulica, Fragmentos matemáticos, El curioso arquitecto y un diálogo entre dos interlocutores, uno de ellos Vitrubio, donde criticaba los excesos de los churrigueristas de su tiempo. Como arquitecto (más que como tracista de retablos), fray Pedro destaca por su sobriedad y clasicismo, siendo considerado como un antecesor del academicismo ilustrado español.
Murió en el monasterio benedictino de San Salvador de Oña (Burgos), donde dirigía las obras del nuevo claustro, y fue allí enterrado.
Obras de ~: Tabernáculo para el altar mayor de la abadía (conservado en Santo Toribio de Liébana), San Pedro de Cardeña (Burgos); Retablo mayor, altares de Nuestra Señora y San Benito, cuarto principal, San Miguel, Santa Gertrudis y San Sisebuto, San Pedro de Cardeña (Burgos); Casa de San Martín del Río y molinos de Rezmondo, San Pedro de Cardeña (Burgos); Capilla de Santa Catalina, catedral, Burgos, 1711 y post.; Púlpitos de bronce y las rejas del crucero, catedral, Burgos, 1718; Escalera principal, monasterio de San Benito, Valladolid; Escalera de los leones y el claustro barroco, monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos); Nueva capilla de Santo Domingo de Silos, monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos), 1732; Nuevo claustro y dependencias anejas, San Salvador de Oña (Burgos); Tercer claustro y fachada, monasterio jerónimo de Nuestra Señora de Prado (Valladolid).
Escritos (todos desaparecidos): Obras matemáticas; Anotaciones matemáticas; Perspectiva; Geometría; Arquitectura hidráulica; Fragmentos matemáticos; El curioso arquitecto.
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Miguel Carlos Vivancos Gómez, OSB