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Juan López Freire

Biografía

López Freire, Juan. El Mayor. Santiago de Cereixo (La Coruña), 28.III.1731 – Santiago de Compostela (La Coruña), 30.VI.1801. Maestro de obras.

Juan López Freire el Mayor, así conocido para diferenciarlo de su hijo, que, como él, adoptó los dos apellidos paternos, desarrolló la práctica totalidad de su labor en Santiago de Compostela, y, aunque su actividad proyectual se vio en varias ocasiones y por diversos motivos frustrada, su participación se constata a lo largo del último tercio del siglo xviii en un considerable número de obras, frecuentemente como director de las mismas, beneficiándose de la renovación edilicia que se estaba produciendo en la ciudad.

No se poseen datos sobre dónde o junto a quién habría aprendido el oficio, pero lo cierto es que, a juzgar por la categoría de las primeras obras en cuya ejecución se documenta su presencia, el período de formación debe considerarse entonces ya completado. La primera de ellas es la del convento de la Enseñanza o Compañía de María, en el que desde 1765 sustituyó en la dirección a Clemente Sarela, responsable del proyecto, y permaneció en el cargo hasta 1778, pues las obras avanzaron con lentitud e incluso sufrieron alguna paralización. En lo que respecta a la iglesia conventual, ésta quedó por el momento inacabada, tan sólo se dejó construido el tramo correspondiente a la capilla mayor y el crucero cupulado, que, por otra parte, revela total fidelidad a las trazas de su antecesor, apreciándose rasgos característicos del citado arquitecto barroco. Más notable aún parece su participación en la primera fase de construcción del palacio de Rajoy, el monumental cierre de la plaza del Obradoiro, destinado a albergar el seminario de confesores, el ayuntamiento y las cárceles, y que es sin duda una de las obras cúlmenes del Neoclasicismo en Galicia. Fue en 1767 cuando, conjuntamente con el maestro de obras Alberto Ricoy, firmó con el arzobispo que financiaba la empresa, Bartolomé Rajoy y Losada, las condiciones que regirían su intervención, que, siguiendo el plan del ingeniero francés Carlos Lemaur, se limitaría a la erección del edificio hasta la altura de la plaza, al existir un desnivel de dos plantas entre la parte posterior y la fachada principal.

A lo largo de toda la década de 1770 se le observa contratando diversas obras en la ciudad, como la reedificación de la nave de Santa María del Camino, en 1771, diseñada por Miguel Ferro Caaveiro y en la que trabajó con Tomás del Río; con el mismo maestro colaboró al año siguiente en la capilla de los Dolores de la iglesia de San Miguel dos Agros; también en 1772 reedificó la capilla de Santa Teresa en la iglesia de Santa María Salomé y, ya en torno a 1776, se enmarca su actuación junto a José Pérez Machado en el complejo proceso de construcción del edificio de la Universidad, en ese momento bajo la dirección de Ferro Caaveiro, para ejecutar el ala norte del edificio, proyectada por este arquitecto, pero pronto las desavenencias surgidas entre los tres, los apartó de la ejecución y supervisión de la obra.

Prosiguiendo con igual ritmo y diversidad en los encargos, las dos últimas décadas de la centuria resultan mucho más interesantes, en cuanto a que el maestro ensayó en varias ocasiones su capacidad proyectual. Una de las primeras oportunidades se le presentó al contratar sus servicios la Cofradía General de Ánimas, que decidida a construir una capilla propia y en busca de solar adecuado, le encargó en 1782 un reconocimiento del viejo hospital bajomedieval, situado en la plaza de Casas Reales, finalmente demolido. Imbuido, pues, en esa primera fase de la empresa, presentó, hacia finales de ese mismo año o quizás principios del siguiente, un proyecto para la nueva edificación, reto nada fácil, dada la irregularidad del terreno, así como la imposibilidad de ubicar la fachada principal a los pies de la iglesia, problema que no fue solventado hasta avanzada la construcción. Respecto a su proyecto, Singul le atribuye la traza de plan central, que, sin firmar, se expone hoy en el sotocoro de la capilla. Fue, sin embargo, otro el diseño escogido, el firmado por Miguel Ferro Caaveiro, y hubo de contentarse el maestro, con la dirección de las obras, que asumió en 1784.

Igualmente destacada fue su participación en la renovación urbana que hacia finales de la centuria trató de llevarse a cabo en Compostela: un ambicioso proyecto orquestado en torno a las ordenanzas de policía urbana de Santiago de 1780, y en cuyo contexto ha de contemplarse el pormenorizado plano conocido como el de la “Compostela Neoclásica”, fechado en 1783 y cuya paternidad se ha atribuido a López Freire. Colaboró, así, en algunas tareas para reformar los servicios infraestructurales, como el pavimentado, sobre el que habría formado un presupuesto a finales de la década de 1770, pero cuyo elevado coste lo hizo ser desestimado, y el alcantarillado, que dirigió a partir de 1785, viéndose en este caso envuelto en el pleito que desde el siguiente año, mantuvieron el Ayuntamiento y el convento de San Francisco a causa de los trabajos del abastecimiento de aguas. En atención a las citadas ordenanzas, que establecían también una serie de criterios para la arquitectura doméstica (alineación de las fachadas, preferentemente de plano recto, diseño sobrio, uniformidad de los huecos y simetría en su disposición, etc.), se conservan en el Archivo Histórico Universitario los planos de las viviendas n.os 2 y 3 de la plaza del Campo —hoy Cervantes— firmados por López Freire y fechados en 1799.

Otra reciente atribución ha sido la de la casa para los Canónigos de la colegiata de Santa María de Iria Flavia (Padrón, La Coruña), empresa promovida por el arzobispo Alejandro Bocanegra en 1781 y para cuya construcción, dado su emplazamiento en línea con el Camino Real y, por tanto, de competencia estatal, se habría recurrido a Fernando Gaber; sin embargo, a la luz de nuevas investigaciones, parece más que probable que la autoría del diseño, que por cierto se conserva, aunque sin firmar, se deba a López Freire, y que la labor del ingeniero militar se hubiera limitado a las cuestiones de demarcación del terreno. El edificio se compone de ocho viviendas iguales que se acomodan en una estructura longitudinal, austera y sobria en su diseño, aunque hoy su alzado se vea discretamente dignificado por una especie de tímpano sobresaliente y semicircular, y por el característico enmarque acodado de los vanos, cuya distribución ha variado respecto al proyecto original. Suyos también son los diseños para la iglesia de Santa María de Ons (Brión, La Coruña) y la parroquial compostelana de Santa María de Marrozos.

De nuevo en la ciudad de Santiago, ideó y construyó la escalera principal del convento de San Agustín (1791) y en 1795 formó proyecto para la iglesia parroquial de San Benito del Campo; para este templo de origen medieval, cuya total reedificación se contempla ahora, propuso un esquema habitual en el barroco dieciochesco gallego, una cruz latina inscrita en un rectángulo con cúpula sobre el crucero, y apostó por una reducción del espacio eclesial, privilegiando con ello la plaza que la edificación preside, que ganó en amplitud y regularidad. Esta vez, aun contando con el pertinente permiso arzobispal e incluso con un informe favorable emitido por el arquitecto municipal, sería la falta de titulación del ya anciano maestro, lo que frenaría que su proyecto prosperase, pues tales circunstancias, ante la prescripción legal de remitir las trazas a la Real Academia de Bellas Artes, asegurarían su rechazo por parte de la institución, por lo que pareció más conveniente encargar nuevo proyecto al joven Melchor de Prado y Mariño, por aquel entonces alumno de San Fernando.

 

Obras de ~: Casa de los Canónigos de la colegiata de Santa María de Iria Flavia, Padrón (La Coruña), ¿1781? (atrib.); Planos para la capilla general de Ánimas, sotocoro de la capilla general de Ánimas, Santiago de Compostela, ¿1782-1783? (atrib.); Plano de la “Compostela Neoclásica”, pazo de Rajoy, Santiago de Compostela, 1783 (atrib.); Iglesia de Santa María de Ons, Brión, La Coruña, ¿1788?; Escalera principal del convento de San Agustín, Santiago de Compostela, 1791; Iglesia de Santa María de Marrozos, Santiago de Compostela, ¿1780- 1790?; Planos para la iglesia de San Benito del Campo, Archivo Municipal de Santiago, Libro de Consistorio de 1795; Planos de las casas n.os 2 y 3 de la plaza del Campo, Archivo Histórico Universitario de Santiago, sección mapas y planos, 1799.

 

Bibl.: J. Consuelo Bouzas, Galicia artística en el siglo xviii y primer tercio del xix, Compostela, Imprenta Librería y Encuadernación del Seminario, 1932; M.ª S. Ortega Romero, “Noticias sobre la construcción del Ayuntamiento de Santiago de Compostela”, en Cuadernos de Estudios Gallegos, XXI (1966), págs. 81-101; M.ª T. Ríos Miramontes, “López Freire, Juan”, en Gran Enciclopedia Gallega, t. XIX, Santiago, Silverio Cañada, 1974, págs. 153-154; M.ª S. Ortega Romero, “En torno a la construcción del Palacio de Rajoy de Santiago de Compostela”, en Museo de Pontevedra, XXXVII (1983), págs. 325-330; J. García-Alcañiz Yuste, Arquitectura neoclásica en Galicia. S. xviii al xix. (Historia y estética), tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, Servicio de Reprografía, 1986, 2 vols.; M.ª C. Folgar de la Calle, “Los conventos”, en Santiago de Compostela, La Coruña, Xuntanza, 1993, págs. 422-428; J. M. López Vázquez y I. Seara Morales, “Arte Contemporáneo”, en VV. AA., Galicia. Arte, t. XV, La Coruña, Hércules, 1993, págs. 76-77; R. Yzquierdo Perrín, J. M. López Vázquez y A. Barral Iglesias, “Los templos parroquiales”, en Santiago de Compostela, La Coruña, Xuntanza, 1993, págs. 149-264; J. Morenas Aydillo, “La ciudad reconstruida en el siglo xix”, en Santiago de Compostela: la ciudad histórica como presente, Santiago, Consorcio y Ediciones Serbal, 1995, págs. 108-122; M.ª C. Folgar de la Calle, “O edificio da Universidade”, en VV. AA., O patrimonio histórico da Universidade de Santiago de Compostela. Estudios, Santiago de Compostela, Universidade, 1996, págs. 44-54; E. Cebreiros Álvarez, El municipio de Santiago de Compostela a finales del Antiguo Régimen (1759-1812), Santiago, Xunta de Galicia, 1999; A. Vigo Trasancos, “Caminos de Iria Flavia: De la vía romana del Itinerario Antonino al real plantío del arzobispo Malvar (1784-1795)”, en El Extramundi y los papeles de Iria Flavia, XVIII, separata (1999); F. Singul Lorenzo, Santa María del Camino, Ánimas y San Benito del Campo. Al final del Camino de Santiago, Xunta de Galicia, 2000; M. Taín Guzmán, “Trazas para Iria Flavia”, en Archivo Español de Arte, 289, separata (2000), págs. 23-44.

 

Irene Mera Álvarez

Relación con otros personajes del DBE

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