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Juan José Cancela del Río

Biografía

Cancela del Río, Juan José. Santiago de Compostela (La Coruña), 20.X.1803 – 31.I.1886. Pintor y profesor de Dibujo.

Juan José Cancela es el artista de mayor renombre del panorama artístico gallego de la época que le tocó vivir, lo que habla de la situación del arte en Galicia, y lo que indica que la pintura va a ejercer una total preponderancia, por el hecho de que las demás artes están en plena decadencia.

Tras finalizar los estudios de bachillerato, Cancela del Río inicia los de Filosofía, aunque no pasa de segundo curso, que compagina con las enseñanzas que recibe en la Escuela de Dibujo de la Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago de Compostela, donde tiene como profesores a Domingo Antonio Duguet, un excelente miniaturista, y a Villaamil, padre del gran paisajista del romanticismo español.

Su pasión por la pintura y sus problemas de convalidación de estudios, que le impiden pasar de Filosofía a Derecho por no tener cursados los tres años obligatorios por normativa, hacen que, en 1824 y merced al mecenazgo del comisario de la Santa Cruzada Manuel Fernández Varela, Cancela del Río pueda trasladarse a Madrid e ingrese en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde es discípulo de Vicente López, de Manuel Inclán Valdés, profesor de Arquitectura, y de Manuel Rodríguez, profesor de Perspectiva.

Su etapa formativa se cierra en 1834, momento en el que retorna a su ciudad natal para hacerse cargo de la docencia de la Escuela de Dibujo compostelana reabierta precisamente en ese año, tras diez de haber permanecido cerrada, gracias a la ayuda prestada por Fernández Varela, que, además de elegirlo como profesor por su valía —méritos que le serán reconocidos por el propio Vicente López así como por diversas instituciones como la Academia de Arqueología Española, que le concede el título de socio de mérito y correspondiente, la Academia Científica de Profesores de Instrucción Primaria de Santiago que lo nombra individuo de mérito, o el Liceo de la Juventud de esta misma ciudad, que lo nombra socio de mérito de primera clase y presidente de la sección de Pintura, etc.—, dotará a la academia de un local apropiado en el Colegio de Fonseca.

Además de las clases impartidas en este centro, también enseña desde la cátedra de Dibujo creada por la universidad compostelana el 20 de octubre de 1848, aunque al no ser ésta una asignatura apropiada para la titulación es suprimida en 1857, momento en el que comienza a dar clase en el Instituto de Segunda Enseñanza, sin olvidar la docencia de su academia de dibujo y pintura abierta, primero en el pazo de Altamira, lugar que se vio obligado a abandonar en 1870 (por venta de sus propietarios al ayuntamiento para que allí pudiera levantarse la plaza de Abastos de la ciudad), y posteriormente en su domicilio de la calle de los Loureiros.

Surge así el pintor-profesor, una figura que a partir de estos momentos se convierte en una constante en el arte gallego, al tener que acudir el artista a este modo de vida para poder aliviar su precaria situación económica, dada la escasez de encargos en aquellos años.

Cabe mencionar como una de las obras más destacable de este primer momento, el Retrato del arzobispo fray Rafael de Vélez (Seminario Mayor de Santiago de Compostela, 1830), obra en la que ya se pone de manifiesto su increíble facilidad para el dibujo, véase si no el tratamiento que le da a las luengas barbas, a la bien ejecutada pluma, a las bocamangas del alba o a la cantonera del libro. Todo en él contribuye a presentar un cuadro singular y excelente desde el punto de vista artístico y extraordinario como documento humano.

El segundo período está ocupado, al igual que el primero, por la pintura religiosa y por el retrato. De temática religiosa destacan los dos lienzos que, por encargo del obispo Manuel de Sanlúcar, pinta en 1848 para el retablo de la Virgen de la Soledad que cerraba el trascoro de la basílica compostelana; lienzos en los que no son las figuras que le dan nombre, el Ecce Homo y la Dolorosa, las que permiten hacer una valoración de su pintura, ya que éstas fueron notablemente alteradas al ser retocadas por un pintor llamado Somoza. Lo meritorio de estas pinturas son los pequeños tondos que actúan como encuadramiento fingido de las figuras mencionadas; unas miniaturas en las que el pintor compostelano muestra su faceta más característica. Como ejemplo de las que se refieren a la temática del retrato puede destacarse el Autorretrato del pintor con su esposa (colección particular).

A partir de 1860, se abre un tercer período, y es entonces cuando la pintura de temática religiosa —Santa Teresita del Niño Jesús (Museo do Pobo Galego, Santiago), Santiago sedente (colección particular), etc.— pierde su importancia para dejar su primacía al retrato, género en el que cabe destacar el cuadro de Josefa García (Museo de Pontevedra, 1857); obra realizada por medio de la acuarela y el gouache, y en la que Cancela evidencia su talento como retratista además de fijar la personalidad de la modelo sobre el papel con maestría merced a un trazo fino y firme dotado de una gran seguridad.

Pero lo significativo de este tercer momento es la aparición de las escenas mitológicas, como en Diana Cazadora (colección particular), y los paisajes: Paisaje con río y majos a la puerta de una posada (colección particular), Paisaje con lago (colección particular) etc.; aunque estos últimos están plasmados con un gusto ecléctico e inducen a afirmar que Cancela fue romántico por la época y neoclásico por profesión y por temperamento.

Es en esta etapa cuando su paleta muestra la amplia gama de verdes que ofrece el paisaje gallego, así como su característico gris plomizo, y también su temática se enriquece con la presencia de escenas cotidianas en las que se mezclan gentes y animales, configurando unos paisajes costumbristas, que más tarde pueden encontrarse en la obra de Dionisio Fierros, Ramón Gil Rey, Vicente Valderrama Mariño, Leopoldo Villaamil, etc.

A través de su obra, Cancela revela su carencia de inspiración. En cambio se muestra como un buen dibujante y un hábil pintor, un artista con conciencia del oficio, aunque es en la miniatura donde su valía se hace patente. La sinceridad de su pincel, la seguridad en el dibujo, el afán de perfección, que le habían inculcado en las clases de la escuela patriótica de dibujo de la Sociedad Económica de Santiago, primero, y después, y sobre todo, de Vicente López, se confunden con la pobreza de su “seca” paleta. Cancela es por encima de todo un excelente dibujante. El Dibujo es su preocupación, su obsesión, hecho que se va a poner de manifiesto en todas sus obras, maravillosamente dibujadas aunque no todas ellas puedan juzgarse como obras apreciables.

 

Obras de ~: Retrato de Fray Rafael Vélez, 1830; Retrato de Josefa de la Torre, “La Santa de Gonzar”, 1840; Retrato de caballero, 1842; Ecce Homo, 1848; La Dolorosa, 1848; Retrato de López Gómez de Marzoa, 1852; Retrato de Josefa García, 1857; Aves, 1875; Flores, 1875; Oráculo, 1875; Atenea, 1875; Cupido, 1875; Apóstol, 1875; El Apóstol Santiago sedente, 1878; Autorretrato, s. f.; Autorretrato con su esposa, s. f.; Retrato de Carlos María Isidro de Borbón, s. f.; Retrato de Andrés Castro Freire, s. f.; Retrato del Arzobispo Vélez, s. f.; Retrato de señora, s. f.; Retrato del señor Pego, s. f.; Retrato de Antonio Ferreiro Torreiro, s. f.; Retrato del señor Piñeiro, s. f.; Retrato de Bartolomé Murillo, s. f.; Retrato de Vicente López, s. f.; Retrato de Isabel II, s. f.; Carolina Neira, s. f.; Niña con cerezas, s. f.; Niña con un pájaro, s. f.; Bodas de Eros Psique, s. f.; La carroza luminosa, s. f.; Diana cazadora, s. f.; Adoración de la Hostia, s. f.; País con río y escenas de majos a la puerta de una posada, s. f.; País con lago, s. f.; Santa Teresa de Jesús, s. f.; La Virgen de los Dolores, s. f.; La negación de San Pedro, s. f.; El Niño Jesús dormido sobre la Cruz, s. f.; San Francisco, s. f.; San Pablo, s. f.; Nuestra Señora del Rosario, s. f.

 

Bibl.: J. Couselo Bouzas, La pintura gallega, Santiago de Compostela, Porto y Cía., 1950; M. Chamoso Lamas, “Pintores compostelanos en los siglos xviii y xix”, en VV. AA., Catálogo homenaje a pintores compostelanos, La Coruña, Diputación Provincial, 1981; X. Costa Clavell, “La pintura gallega de los siglos xvii, xviii y xix”, en M. Colmeiro Guimarás (coord.), Plástica Gallega, Vigo, Caja de Ahorros Municipal, 1981; X. Filgueira Valverde, “Dos pintores compostelanos del siglo xix: Gil Rey y Cancela”, en Catálogo homenaje a pintores compostelanos, La Coruña, Diputación Provincial, 1981; “La pintura gallega desde el barroco hasta la posguerra”, en Galicia Eterna, vol. V, Madrid, Nauta, 1984; J. M. López Vázquez, “Pintores compostelanos”, en Catálogo homenaje a pintores compostelanos, La Coruña, Diputación Provincial, 1981; M.ª L. Sobrino Manzanares, “La edad contemporánea”, en Historia del arte gallego, Madrid, Alhambra, 1982; J. M. López Vázquez, “El Neoclasicismo y el siglo xix”, en Enciclopedia temática de Galicia, vol. V, Barcelona, Nauta, 1988; E. Fernández Castiñeiras, “Plástica Neoclásica”, en VV. AA., A Arte Galega, Estado da cuestión, La Coruña, Xunta de Galicia, 1990; Un siglo de pintura gallega: 1750-1850, Universidade de Santiago, 1992; “La pintura neoclásica en Galicia”, en VV. AA., Experiencia y presencia neoclásicas, Universidade da Coruña, 1994; J. M. López Vázquez y Y. Seara Morales, Arte contemporáneo. Galicia-Arte, vol. XV, La Coruña, Hércules, 1995; E. Fernández Castiñeiras, “Juan José Cancela del Río”, en VV. AA., Artistas galegos pintores. Ata o Romanticismo, Vigo, Nova Galicia, 1999; E. Fernández Castiñeiras, “Pintura neoclásica y romántica”, en R. Otero Pedrayo (dir.), Gran Enciclopedia Gallega, Silverio Cañada, vol. XXV, Santiago de Compostela, Gran enciclopedia gallega [1974]-2000.

 

Enrique Fernández Castiñeiras

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