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Alonso Ramírez de Prado

Biografía

Ramírez de Prado, Alonso. Zafra (Badajoz), 2.II.1549 – Móstoles (Madrid), 15.VII.1608. Consejero de Castilla y hombre de confianza del valido Lerma.

Procedía de una familia de hijosdalgo de ascendencia judeoconversa y oriunda de Extremadura. Su padre, Álvaro Sánchez de Prado, era un rico mercader de Zafra, y su madre, Isabel Ramírez, de Segura de León. Estudiaría Derecho probablemente en la Universidad de Salamanca. Contrajo matrimonio con María Velázquez, nacida en Zafra, hija de Luis González, un hidalgo también de Zafra, y de Lucía Velázquez, de Medellín. El matrimonio tuvo cinco hijos: Antonio, Lorenzo, Alonso, Marcos y Juan.

Excelente jurista, con apenas treinta años redactaría el considerado mejor estudio sobre la legitimidad de los derechos que correspondían a Felipe II al trono portugués. El propio Ramírez de Prado entregaría su informe personalmente al Monarca en Elvás el 6 de abril de 1581.

El 31 de marzo de 1590 es nombrado, sin haber todavía tomado posesión de una plaza del Consejo de Navarra, fiscal del Consejo de Hacienda y de los tribunales de la Contaduría Mayor, en sustitución del doctor Villagómez, promovido a oidor de esa Contaduría.

Seis años después fue desechado su nombramiento como consejero de Hacienda por su relación con el banquero Ambrosio Spínola y sus más que probables ascendientes conversos. Protegido del duque de Lerma, en los primeros años del reinado de Felipe III comienza su ascensión imparable, pasando a formar parte de diversos consejos y juntas.

A partir del 13 de octubre de 1599 cesa en el cargo de fiscal, percibiendo su nuevo salario de consejero de Castilla, consistente en la nada despreciable cantidad de 500.000 maravedís anuales. Desde 1600 era uno de los dos consejeros de Castilla adscritos al Consejo de Hacienda. El año anterior había formado parte de una Junta creada para tratar sobre la explotación de yacimientos mineros, y en el primer lustro del siglo xvii participará con su amigo y futuro procesado con él Pedro Franqueza en diversas Juntas: la Junta de Hacienda de Portugal, la Junta de Armadas y La Junta de Obras y Bosques.

En 1603 se crea la Junta del Desempeño, integrada, entre otros, por el valido Lerma, el confesor real, los presidentes de los consejos de Hacienda y de Castilla y el secretario de Estado, Franqueza. Como especialista en temas financieros, el zafreño, impulsor del proyecto, proponía un plan que acabaría en tres años con el endeudamiento que la Hacienda arrastraba desde años atrás. Para ello la Junta haría frente a los grandes pagos del Estado a través de diversos medios como el servicio de millones y el establecimiento de asientos con comerciantes. Casi siempre únicamente asistían a las reuniones de la Junta Ramírez de Prado y Franqueza, a los que en alguna ocasión les acompañaba el confesor real, resolviendo los asientos y arrendamientos con los hombres de negocios. Nuestro biografiado engañaría al Rey afirmando que había cumplido a finales de 1605 con el desempeño general, consiguiendo un superávit de casi quince millones de ducados.

No solamente no obtendría el desempeño, sino que gravaría a la Hacienda en más de veinte millones.

Como en la Corte se sospechaba de la conducta ilícita de Alonso, que se había enriquecido injustamente a costa de la Hacienda, se comisionaría el 22 de diciembre de 1606 a Fernando Carrillo, consejero de Castilla y miembro de la Cámara, para que averiguase cómo se había conducido en los asuntos referentes a la Hacienda real y si recibió dinero, objetos y joyas, y, en caso afirmativo, de qué personas y qué tipo de negocios esperaban éstas obtener a cambio.

Cuatro días después, Fernando Carrillo ordena su detención, que ejecuta el alcalde de Casa y Corte Madera.

Primero estuvo preso en la cárcel de la Alameda, después en Brihuega (en el castillo de la Piedra Bermeja), Uceda y, finalmente, Móstoles. Una vez detenido se registraría su casa, embargándosele bienes, dinero, objetos y joyas. El alcalde de Casa y Corte Vaca se encargó de encerrar a su mujer en la cercana casa del secretario Ibarra. Durante el proceso, todos le dieron la espalda, empezando por su amigo y cómplice de fechorías el conde de Villalonga.

Carrillo llegaría a formular un total de 165 cargos al zafreño. En ellos era acusado, entre otros delitos, de cohecho, malversación de caudales públicos, fraude, falsedad documental y prevaricación. Además, en diversas ocasiones transgrediría las leyes y ordenanzas que prohibían que los ministros de Hacienda tuvieran o adquiriesen juros. Su hijo Lorenzo fue quien preparó la defensa. El duque de Lerma propició la caída de su antiguo protegido y estuvo en todo momento informado de la marcha del proceso.

Una vez que Carrillo instruya la causa son nombrados los jueces que, a la vista de los cargos imputados a Ramírez, dicten sentencia. Los miembros de esta Junta fueron: el confesor real Javierre; los consejeros de Castilla Fernando Alarcón, Francisco de Contreras, Gil Ramírez de Arellano, el propio visitador Carrillo así como los consejeros de Indias Molina de Medrano y Villagutierre Chumacero. El 28 de mayo de 1608 la Junta comenzaría a actuar. Prácticamente dos meses después muere Ramírez y aquélla continúa trabajando hasta que el 30 de agosto del mismo año sentencie. Después de su fallecimiento se vieron los cargos referentes al palo del Brasil embargado en Portugal a Juan Núñez Correa y los del asiento de la avería tomado al propio Correa. Los miembros de la Junta opinaban que era tal su culpabilidad que de estar vivo hubiera recaído pena de muerte.

La sentencia condenaba a restituir a la Hacienda real más de 360.000 ducados, de cuya ejecución se encargaría el visitador Carrillo. Góngora dedicará dos sonetos satíricos a la caída en desgracia del consejero.

El 2 de agosto de 1608 Carrillo recibiría nueva comisión para averiguar la complicidad de su mujer María Velázquez y de su hijo Antonio en sus negocios poco lícitos. El 30 del mismo se expide cédula nombrando los jueces que han de integrar la Junta que sentencie los cargos formulados a la mujer e hijo de Alonso Ramírez de Prado. Son los mismos que conocieron la causa de éste, excepto el confesor Javierre. A su hijo Antonio, fiscal del Consejo de Cruzada, se le imputaban cuarenta y cuatro cargos referidos a cohecho, a recibir de distintos hombres de negocios dinero, objetos de valor y regalos, y a haber percibido cantidades procedentes de juros. En cuanto a María Velázquez, se formulan treinta y tres cargos, entre ellos aceptar regalos, joyas y dinero de particulares, asentistas, arrendadores, litigantes y pretendientes a pagas y consignaciones de la Real Hacienda, así como la comisión de cohecho. El 7 de abril de 1609 se dictan las sentencias.

Antonio Ramírez es condenado a la pérdida de su oficio de fiscal del Consejo de Cruzada y a destierro de la Corte y treinta leguas alrededor durante diez años, en tanto que su madre padecerá destierro perpetuo en los mismos lugares. No obstante, más tarde, a propuesta de la Junta, el Rey ayudará a superar la precaria situación económica en que había quedado la familia al conceder un juro de 500 ducados a Antonio y una pensión anual de 60 ducados a sus hermanos.

Se ha señalado que Ramírez —y también el conde de Villalonga— serían procesados no sólo por los delitos que cometieron sino por el estruendoso fracaso de la Junta del Desempeño.

A pesar de este proceso sonoro a Alonso Ramírez de Prado, dos de sus hijos accederán a puestos importantes de magistratura durante el reinado de Felipe IV. Lorenzo, que preparó la defensa de su padre, será consejero sucesivamente de Hacienda (1619), de Indias (1626) y de Castilla (1645). Otro hijo, Alonso, ocupará plazas de oidor de las Audiencias de Sevilla y de Granada, consejero supernumerario de Hacienda (1648), de Indias (1653) y de la Cámara también de Indias (1664).

A su mujer se le alzaría la pena de destierro; falleció en Madrid el 1 de octubre de 1631, siendo enterrada en la bóveda de la capilla nuestra señora de la Anunciación, sita en el convento de las monjas franciscanas llamado de Constantinopla.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Cámara de Castilla, leg. 2796; Quitaciones de Corte, leg. 6.

L. Cabrera de Córdoba, Relaciones de las cosas sucedidas en la corte de España, desde el año 1600 en adelante, Madrid, 1857; J. Juderías, “Los favoritos de Felipe III: don Pedro Franqueza, conde de Villalonga, Secretario de Estado”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, XIX y XX (1908 y 1909), págs. 307- 327 y págs. 16-27 y 223-240, respect.; E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, t. I, Sevilla, Universidad, 1935; J. de Entrambasaguas, Una familia de ingenios. Los Ramírez de Prado, Madrid, Revista de Filología Española-Anejo XXVI, 1943; J.-M. Pelorson, Les Letrados, juristes castillans sous Philippe III, Le Puy-En-Velay, 1980; J. Fayard, Los miembros del Consejo de Castilla (1621-1746), Madrid, 1982; Los ministros del Consejo Real de Castilla (1621-1788). Informes biográficos, Madrid, Hidalguía, 1982; J.-M. Pelorson, “Para una reinterpretación de la Junta de Desempeño General (1603-1606) a la luz de la “visita” de Alonso Ramírez de Prado y de Don Pedro Franqueza, Conde de Villalonga”, en VV. AA., Actas del IV Symposium de Historia de la Administración, Madrid, 1984, págs. 612-627; D. J. Martín Gutiérrez, La Junta de Hacienda de Portugal, Pamplona, Newbook Ediciones, 1996; J. F. Baltar Rodríguez, Las Juntas de Gobierno en la Monarquía Hispánica (Siglos xvi-xvii), Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1998; J. M. de Francisco Olmos, Los miembros del Consejo de Hacienda en el siglo xvii, Madrid, Castellum, 1999; A. Feros, El Duque de Lerma. Realeza y privanza en la España de Felipe III, Marcial Pons, Madrid, 2002.

 

Ricardo Gómez Rivero

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