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Enrique de Queralt y Fernández-Maquieira

Biografía

Queralt y Fernández-Maquieira, Enrique. Conde de Santa Coloma (XI). Madrid, 13.VII.1867 – 13.I.1933. Político y ganadero de toros de lidia.

Hijo de Hipólito de Queralt y Bernaldo de Quirós, X conde de Santa Coloma, Grande de España de 1.ª Clase (Sevilla, 22.IX.1841 – Madrid, 12.VI.1877) y de Elvira Zenaida Fernández Ayanguren, natural de Valparaíso (Chile), donde había nacido en 1845.

Con apenas diez años quedó huérfano de padre, acumulando numerosos títulos nobiliarios en su haber: conde de Santa Coloma, de las Amayuelas, de Gerena, de Tahalú, de la Rivera, de la Cueva, de Escalante y de Villamayor, marqués de Vallehermoso, de Alconchel, de Valdecarzana, de Cañete y de Lanzarote, vizconde de Centenera y del Infantado, cinco veces Grande de España, cediendo además algunas de estas mercedes entre sus hermanos.

Casó el 4 de noviembre de 1909 en Zaráuz (Guipúzcoa) con Brígida Gil-Delgado y Olazábal, hija de Carlos Gil-Delgado y Tacón y de María Brígida de Olazabábal y Castejón, II marquesa de Berna. Fruto del matrimonio nacieron cinco hijos de los que sobrevivieron tres: dos varones y una mujer.

Inició una parca actividad política, limitada como Grande de España a su cargo de senador vitalicio, que juró el 1 de junio de 1903, cuya plaza le correspondía en sustitución de Antonio García Rizo y que se extendió hasta 1923. En este cargo le habían antecedido sus antepasados Juan Bautista Queralt Bucarelli y Juan Bautista Queralt y Silva. También desempeñó el puesto de vocal de la Junta de Aranceles y Valoraciones para el que fue nombrado en 1910.

Sin embargo su actividad más destacada fue la de ganadero de toros de lidia. En su familia confluyeron dos importantes y antiguos linajes españoles. El catalán linaje de Queralt-Santa Coloma, que no había tenido la más mínima relación con la cría de toros de lidia y el andaluz linaje Bucarelli-Vallehermoso, que aunque de origen florentino se había ennoblecido en Sevilla, donde había adquirido un gran patrimonio rústico, que hizo que en 1875 el condado de Santa Coloma apareciera como el 11º mayor propietario rústico de España. Dentro de este linaje Vallehermoso sí existieron remotos antecedentes en la cría del toro de lidia, ya que a mediados del siglo xviii los IV y V marqueses de Vallehermoso vendieron unos doscientos cincuenta toros a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, aunque posteriormente esta actividad ganadera desapareció en la familia.

El conde de Santa Coloma adquirió en 1905 a Manuel Fernández Peña la mitad de la ganadería de Eduardo Ibarra, que éste, a su vez, había comprado a Fernando Parladé. A este núcleo incorporó un lote propiedad de Rafael Rueda Osborne, marqués de Saltillo, procedente de la ganadería de José Picabea de Lesaca, ambas ramas derivaban de un mismo tronco: el de Vistahermosa. El experimento llevado a cabo por el conde de Santa Coloma dio excelentes resultados en cuanto a comportamiento y sus toros se situaron en la cima de la cabaña brava española, despertando la admiración de los aficionados y contando entre los ejemplares que las principales figuras del toreo, como Joselito y Belmonte, lidiaban en las plazas más importantes. En 1913 vendió los ejemplares más asaltillados de su ganadería a su hermano Hipólito, el marqués de Albaserrada, que formó otra vacada de la cual deriva el encaste que lleva su nombre. Los toros de Santa Coloma gozaron de un cartel extraordinario hasta finales de la década de 1920 y la ganadería se convirtió en un vivero de bravura, siendo una de las más influyentes en la constitución de la cabaña brava española y americana. Él mismo en persona dirigía todas las operaciones de su ganadería que pastaba en los cercados de las marismas del Guadalquivir en Sevilla, tierras en las que se habían criado algunas de las más prestigiosas ganaderías andaluzas de antaño.

Fue presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia entre 1927 y 1932, año este último en que la vacada fue comprada por el ganadero sevillano Joaquín Buendía Peña, continuando con pocas variaciones en manos de sus descendientes. Falleció al año siguiente en su casa-palacio de la calle Ríos Rosas de Madrid.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Senado, Expediente personal, HIS-0425-01.

M. Sánchez de los Santos, Las Cortes españolas. Las de 1910, Madrid, Tipografía Antonio Marzo, 1911, pág. 30; A. Vera, Orígenes e historial de las ganaderías bravas, Madrid, Artes Gráficas EMA, 1961; A. Rodríguez Montesinos, El toro de Santa Coloma, Madrid, Consejo General del Colegio de Veterinarios de España, 1997; F. Mira, Hierros y encastes del toro de lidia, Sevilla, Guadalquivir, 1998; R. Cabrera Bonet, “Nuevos datos en torno a Santa Coloma”, en Aula de Tauromaquia II, Madrid, Universidad San Pablo CEU, 2004, págs. 71-98; www.toroszgz.org/tauromaquia/toro/encastes/santacoloma.htm; www.elchofre.com/modificar/opinion/articulo_ 176.html.

 

Antonio Luis López Martínez