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Blas María Royo de León

Biografía

 

Royo de León, Blas María. Conde de Solsona (I). Aguaviva (Teruel), 3.II.1800 – Santa Magdalena de Pulpís (Castellón), 10.IX.1854. Mariscal de campo, carlista.

En enero de 1823 entró como voluntario en la fuerza realista mandada por el coronel Rafael Sempere que luchaba en Valencia contra los liberales. Sempere le nombró su secretario y pagador. Participó en numerosas acciones en las provincias de Valencia y Castellón. Alcanzó el grado de teniente y en 1826 pasó a la situación de ilimitado. En marzo de 1827 obtuvo el destino de ayudante del batallón de voluntarios realistas de Torreblanca (Castellón de la Plana). Participó en la represión de los agraviados que operaban en el Maestrazgo (septiembre de 1827 y julio-septiembre de 1828). Fue ascendido a segundo comandante de la misma unidad. En 1831 era comandante de armas de Alcalá de Xivert. En 1832 ascendió a coronel.

Al empezar la I Guerra Carlista se alistó en la fuerza del barón de Hervés, pero en diciembre pasó a Navarra. Zumalacárregui le nombró gobernador de su cuartel general. A la muerte de Zumalacárregui fue nombrado ayudante general de Estado Mayor General. En agosto de 1835 fue nombrado jefe del Estado Mayor de la Expedición Guergué que fue a Aragón y Cataluña. En diciembre de 1835 fue ascendido a brigadier. En mayo de 1836 pasó a Cataluña como jefe de Estado Mayor, a las órdenes del capitán general Maroto, y cuando éste abandonó su cargo (en octubre de 1836) Royo le sustituyó como comandante general de Cataluña. Royo se preocupó de crear con los combatientes carlistas catalanes un ejército moderno. Los organizó en veintitrés batallones agrupados en cuatro divisiones, procuró imponer la disciplina y la unidad. Organizó la intendencia del ejército, sustrayendo a los cabecillas y jefes de partida la facultad de cobrar impuestos e imponer exacciones y fijó las retribuciones de los combatientes, aunque estas medidas chocaron con la falta de recursos y la indisciplina de muchos. Dirigió la conquista de Solsona, en el curso de la cual derrotó a Niubó, al que causó cerca de mil bajas, entre muertos y heridos (mayo de 1837). Pactó con el barón de Meer, capitán general de Cataluña, la aplicación aquí del Convenio Eliot.

En junio de 1837, cuando la Expedición Real llegó a Cataluña las autoridades carlistas expusieron a Don Carlos duras críticas contra Royo. Aunque se le recriminaban incluso supuestas o reales faltas de índole moral, lo que les separaba era la estrategia de Royo, que buscaba la destrucción del ejército enemigo mediante la guerrilla, la sorpresa y el dominio del territorio, mientras que la Junta Superior Gubernativa quería la conquista inmediata de poblaciones. Don Carlos escuchó las quejas, concedió a Royo la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando y puso en su lugar a Urbiztondo (junio de 1837). Royo fue agregado al cuartel general como ayudante de Don Carlos y siguió en la expedición. Al regresar la Expedición a las provincias del norte, se le encargó la organización de los batallones navarros y más tarde fue nombrado gobernador de Estella. En este cargo debió cumplir la ejecución, por orden de Maroto, de los que se conocen como “fusilamientos de Estella” (17 de febrero de 1839). El 31 de enero había sido ascendido a mariscal de campo. Al firmarse el Convenio de Vergara emigró a Francia.

A poco de iniciarse la Segunda Guerra Carlista, Royo fue nombrado comandante general de las fuerzas carlistas de Extremadura y La Mancha. A finales de junio entró en España procedente de Portugal por Alburquerque (Badajoz) y el 3 de julio de 1848 llegó a Villanueva de la Serena, donde firmó un manifiesto dirigido a los manchegos, extremeños y toledanos en el que llamaba a luchar por los derechos de Carlos (VI). Estando en Campanario fue atacado por fuerzas enemigas. Derrotado, regresó a Portugal y se presentó a indulto. El gobierno de Isabel II le reconoció el grado de mariscal de campo. A principios de 1849 desempeñó una misión reservada en el extranjero y en junio quedó en situación de cuartel, primero en Madrid y después en Palma de Mallorca.

En una fecha desconocida, Carlos (V) le había concedido el título de conde de Solsona.

 

Bibl.: J. M. de Arizaga, Memoria militar y política sobre la guerra de Navarra, los fusilamientos de Estella, y principales acontecimientos que determinaron el fin de la causa de D. Carlos Isidro de Borbón, Madrid, Imprenta de D. Vicente de Lalama, 1840; A. Pirala, Historia de la Guerra Civil y de los partidos liberal y carlista, Madrid, Felipe González Rojas, 1889-1891; M. Ferrer, Historia del tradicionalismo español, Sevilla, Madrid, Editorial Católica, 1941-1979.

 

Josep Maria Mundet i Gifre