Moragues y Mas, Josep. San Hilario Sacalm (Gerona), 1669 – Barcelona, 1715. Militar.
Nacido en una familia de payeses acomodados, a partir de 1694 se convirtió en guerrillero y en oficial de una compañía de voluntarios durante las campañas de la Guerra de los Nueve Años (1689-1697) contra las tropas francesas. Contrajo matrimonio con Cecilia Regàs, hija de Joan de Regàs, ciudadano honrado de Girona emparentando con el dirigente austracista de Manlleu Carles Regàs y Cavallería. Moragues se encuadró en las milicias populares a las órdenes del veguer de Vic Ramon Sala y Sassala y combatió con éxito a los invasores franceses dirigidos por el duque de Noailles en la Garrotxa, las Guilleries y la Selva. Fue entonces cuando reforzó sus vínculos con el grupo de “vigatans” (propietarios de la zona de Vic comprometidos plenamente en la lucha contra los franceses) entre los que se hallaban Josep Mas de Roda, Bac de Roda, los hermanos Antoni y Francesc Puig y Sorribes, hijos de Jaume Puig de Perafita, así como Carles Regàs y Antoni de Cortada de Manlleu. También con el príncipe Jorge de Hessen Darmstadt que llegó a Cataluña en 1695 al frente de una compañía de dos mil hombres para expulsar a los franceses del territorio catalán.
La francofobia, la amistad y los vínculos familiares que se establecieron entre ellos en aquellos difíciles años cohesionaron al grupo de los “vigatans” que se hicieron merecedores de un notable prestigio entre los catalanes hasta el punto que se erigieron en el brazo armado del alzamiento catalán de 1705 contra Felipe V y a favor del archiduque Carlos de Austria que llegó acompañado por el príncipe de Darmstadt. Dos años antes, Moragues y los “vigatans” se habían enfrentado violentamente al común de Manlleu porque éste quería construir un molino y así eludir el monopolio de Carles Regàs. El episodio constituyó, sin duda, una primera muestra de su fuerza y un flagrante desafío al virrey.
En mayo de 1705 los “vigatans”, unos doscientos hombres, ya controlaban la ciudad de Vic. El día 17 mantuvieron una reunión en la ermita de Sant Sebastià del término de aquella ciudad y otorgaron poderes, en nombre de Cataluña para materializar con el representante de la reina Ana de Inglaterra, el comerciante Mitford Crow, el llamado pacto de Génova (20 de junio de 1705) que significó la consolidación del partido austracista gracias al apoyo de las potencias aliadas.
Una vez tomada Barcelona, Carlos III el archiduque premió a los “vigatans” integrándoles en la Real Guardia catalana. Moragues fue ascendido a coronel y jefe de regimiento y, al cabo de dos años, fue nombrado gobernador de Castellciutat y jefe de las fronteras de la Seo de Urgel. El 1709 ascendió al grado de general. Enfermo, se retiró al pueblo de Sort a principios de 1714.
Poco después tuvo que entrar en acción para liberar a su familia que había sido secuestrada por los felipistas en Balaguer (después de la muerte de Cecilia, Moragues casó en segundas nupcias en 1710 con Magdalena de Giralt, de la población de Sort). En junio de 1714 se incorporó a la actividad militar en una lucha de guerrillas sin cuartel y en el mes de julio intentó romper el cerco del asedio borbónico de Barcelona.
Dominada la ciudad por el duque de Berwick, Moragues y sus hombres se refugiaron en el castillo de Cardona hasta que se vieron obligados a capitular. A pesar del indulto que le concedían las capitulaciones de Cardona, Moragues recibió órdenes de comparecer ante el capitán general en Barcelona. Informado sobre la represión que sufrían los jefes militares austracistas decidió embarcarse con sus hombres para Mallorca el 10 de marzo de 1715 (aún bajo dominio imperial) pero fueron abandonados por el capitán de la embarcación al pie de la montaña de Montjuic. El día 22 fueron detenidos y, al cabo de cinco días, ejecutados.
En una muestra inequívoca de la voluntad represiva de Felipe V, Moragues fue sentenciado a ser arrastrado vivo por un caballo, y posteriormente degollado y descuartizado. Su cabeza fue encerrada en una jaula de hierro, tal como se practicaba con los malhechores, colgada en el Portal de mar de Barcelona, con un rótulo latino que recordaba la pertinacia del dirigente austracista. Según el felipista catalán Gregorio Matas aquella sentencia tuvo un indiscutible carácter ejemplarizante. Desde Viena, a instancias de la viuda Magdalena de Giralt, Ramon de Vilana Perlas (marqués de Rialp), insistió al embajador imperial en Madrid Königsegg que convenciera a Felipe V para que mandara descolgar la cabeza. Al final, el 24 de febrero de 1727 el embajador pudo comunicar al marqués de Rialp que el capitán general de Cataluña había dado cumplimiento a la orden dictada por el Rey.
Bibl.: A. Pladevall, El general Josep Moragues. Heroi i mártir de Catalunya, Gerona, Diputació, Ajuntament de Sant Hilari Sacalm, 1988; A. Muñoz González y J. Catà Tur, Repressió borbònica i resistència catalana (1714-1736), Barcelona, Muñoz Catà editors, 2005.
Joaquim Albareda i Salvadó