Vivió durante mucho tiempo en la isla La Española; luego pasó a Honduras, donde ocupó el cargo de gobernador de Higueras y cabo de Honduras. Cuando estaba en esos territorios, en 1528 fue enviado por Pedrarias Dávila y los oidores de Santo Domingo, a Nicaragua para que “tuviese en paz y sosiego aquella tiene hasta que su majestad proveyese de Governador”. Después de cometer tropelías y hechos de sangre en el camino, López de Salcedo y sus hombres llegaron a León. Ahí, se encontraron con la sorprendente noticia de que otro capitán, Pedro de los Ríos, gobernador de Castilla del Oro, se había proclamado gobernador de la provincia de Nicaragua, con el apoyo de los Cabildos de Granada y León, criterio que cambiaron poco después en favor de López de Salcedo, posiblemente atemorizados por la presencia de este fiero capitán y sus soldados, según dice el historiador Obregón Loria. [...]