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Gerardo de Alvear y Aguirre

Biografía

 

Alvear y Aguirre, Gerardo de. Castillo de Siete Villas (Cantabria), 7.XII.1887 – Madrid, 26.III.1964. Pintor.

Gerardo Pedro Marcelino Martín Alvear y Aguirre es el nombre completo del pintor Gerardo de Alvear, que nacerá en una solariega casa de finales del siglo XIX en la localidad cántabra de Castillo de Siete Villas. Su padre, Emilio de Alvear y de la Pedraja, fue juez en Torrelavega, diputado en Cortes por Santander y senador por espacio de veinte años, llegando a ser Magistrado del Tribunal Supremo. Su madre, Consuelo Aguirre Bassoco, era recordada por su hijo como una mujer sensible que inculcó en él su amor por la música.

A los dos meses de producirse su nacimiento su familia se traslada a Madrid, donde comenzará sus estudios en el colegio de San Miguel en la plaza del Príncipe.

Alternará Madrid con los veraneos en Castillo de Siete Villas y sus estudios en Valladolid, ciudad a la que también se trasladará su familia, para regresar a Madrid al cabo de unos años; entonces frecuentaba el Museo del Prado, donde acostumbraba hacer dibujos.

Comenzó Derecho en la universidad de la calle San Bernardo, siendo compañero de Ramón Gómez de la Serna, con quien volverá a relacionarse años después en Buenos Aires. Debido a su constante interés conseguirá el permiso familiar para estudiar con Emilio Sala, con la condición de no abandonar Derecho. Antes de ir al estudio de Emilio Sala fue un mes a pintar con Sorolla.

A partir de este aprendizaje Alvear abandonará Derecho para matricularse en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Compañeros suyos fueron José Gutiérrez Solana, Flavio San Román y Victorio Macho.

En 1910 se presenta por primera vez a la exposición Nacional de Bellas Artes, en la que expone tres obras: Camino de la feria, Retrato de niña y Retrato de Señora. Precisamente este año conseguirá del Estado español una bolsa de viaje, que le permitirá viajar a Francia e Italia.

Un año después, parte Alvear para Italia junto a los jóvenes Murga y Llanas. De Italia continuaron viaje por Suiza hacia París, donde permaneció dos meses.

Allí visitó al pintor Iturrino y conoció a Durrio, Uranga, Darío de Regollos y Picasso.

En 1912, tras la muerte de su padre, la familia se traslada a Castillo de Siete Villas. Allí pintó el retrato de su madre, de convecinos, familiares y conocidos.

Entre las obras allí gestadas están, Ya no va la niña por agua a la fuente, Familia aldeana, Interior, Aldeanas jugando a las cartas, Procesión de Lezo, Todos los Santos en la aldea, Tratantes de ganado, Leyendo el edicto, María Rosa, Recolección de manzanas, etc. Dos años más tarde volverá a Madrid, aunque su vinculación con Santander será total, ya que en 1914 será el responsable de la Sección de Pintura, Escultura y Grabado del Ateneo de Santander, lugar donde expondrá ese mismo año. Hacia esas fechas comienza a exponer de forma habitual en Santander (1918, 1922, 1923 y 1925 en el Ateneo) y Madrid, donde participa en las Exposiciones Nacionales de 1919, 1920, 1924, 1929, 1930 y 1934). En 1919 terminará de pintar el techo del teatro Pereda, obra destruida actualmente al demolerse el teatro.

En 1922 contrae matrimonio con Aurora Fernández Pujana, de cuya unión nacerá dos años más tarde Luz de Alvear (1926-2001), quien seguirá los pasos artísticos del padre y será una interesante pintora.

En 1927 expone en el Salón Nancy de Madrid, poco antes de trasladarse a Argentina para exponer en la Galería Zuretti de Buenos Aires y en la Sala Witcomb de Rosario. Entre las obras expuestas figuraban: Danza de primavera, La tala, Segadores, Cargando el carro, Roturando, Primavera, Otoño, Invierno, Pastoral, Pastores, Mañana de invierno, La feria de ganado, Puerto Chico, Acacias en invierno, Álamos en invierno, Sayando, Río Deva, Apunte (Asturias), Atardecer(Asturias) Castillo (Santander), etc. A su vuelta a España continúa pintando y exponiendo.

A su regreso a España expondrá en la Asociación de Artistas Vascos de Bilbao (1928), en Santander (1928 y 1929) y en Barcelona en la Exposición Internacional de Bellas Artes de 1929. En 1932 se presentará al examen para catedrático de Dibujo de Segunda Enseñanza, cargo que no llegará a ocupar a pesar de haber conseguido una plaza en Tarragona, ya que poco después volverá a Argentina, país al que le unían lazos familiares con el presidente, Marcelo Torcuato de Alvear.

En 1935 viajará por segunda vez a Buenos Aires.

En esta ocasión irá comisionado por el Gobierno de la Segunda República para impartir una serie de conferencias sobre arte. Los temas sobre los que disertará son: los comienzos de la pintura hasta Manet; los comienzos del Impresionismo; el Postimpresionismo; la pintura catalana medieval; el Greco, Velázquez y Goya. Poco antes de comenzar la Guerra Civil española llegarán a Buenos Aires la esposa e hijas de Alvear, donde permanecerán junto al pintor en un exilio voluntario que duró más de veinte años.

Todos los años que permanece en la Argentina Alvear trabajó de modo incansable, siendo un pintor que gozaba de renombre como retratista de la burguesía. Compaginó la creación plástica, patente en sus numerosas exposiciones (1935, Galería Vian y Zona; 1937, Galería Witcomb; 1938, Galería Müller; 1944, Galería Witcomb; 1955, en Buenos Aires) con la docencia (fue profesor en la Escuela Manuel Belgrano) y la escritura, ya que son varios los artículos que publicó sobre arte, en los que se aprecia una formación exquisita y juicios de gran valor.

Sin lugar a dudas su mejor exposición es la celebrada en 1944 en la Galería Witcomb de Buenos Aires bajo el título genérico de “Luz de Buenos Aires”.

Para esta muestra realizó varios paisajes urbanos desde su estudio, situado en el piso decimotercero, que suponen unas obras de moderna concepción al mostrarnos tomas en contrapicado. Entre los óleos expuestos figuran Sol de invierno en la mañana, Sol mañanero a través de la bruma, Día Gris, Sol de atardecer, Sol plomizo, Hora luminosa, Mañana de luz límpida de gris, o Nubes cambiantes de otoño. A pesar del éxito que posee en Buenos Aires, no soporta la lejanía de su país.

En 1956 vuelve definitivamente a España, estableciéndose en Madrid. A partir de este momento compagina sus estancias en la capital con sus estadías veraniegas en Santander, donde pinta incansablemente la bahía en lienzos plagados de lirismo. Expondrá en Santander y Madrid, como venía siendo habitual en él (1959 en el Ateneo de Santander, 1960 en la Galería Sur de Santander y 1962 en las Salas de la Dirección General de Bellas Artes de Madrid). En 1962 concluye sus Memorias, de las que se han publicado algunas partes, gracias al interés y dedicación de José Ramón Saiz Viadero.

En 1963 se le tributará una exposición homenaje en el Ateneo de Santander, exposición que le llenó de alegría. Moría un año después en Madrid. En 1982 se inauguraba en el Museo Municipal de Bellas Artes una sala dedicada a su obra.

Gerardo de Alvear se preocupó durante toda su vida, pero especialmente desde la década de los treinta, de un modo casi obsesivo por la captación de la luz, sobre todo por la luz que ilumina y crea imágenes diferentes en la bahía de Santander.

 

Obras de ~: Los pasiegos, 1925-1930; Interior con niña, 1930; Bañistas y veleros en la playa de Santander, 1934; Bañistas, 1936; Buenos Aires lluvioso, 1940-1950; Buenos Aires con cúpulas grises, 1940-1950; Bahía de Santander, 1950; Marina, 1950-1960; La dársena, 1950-1960; Cinco poetas montañeses, 1956.

Escritos: “Goya y la pintura francesa del siglo xx”, en Pensamiento Español, Buenos Aires, 1941; “Del sensualismo de Tiziano al misticismo del Greco”, en Pensamiento Español, Buenos Aires, 1941; “Felipe II y el Greco”, en Pensamiento Español, Buenos Aires, 1941; “José Gutiérrez Solana”, en La Prensa, Buenos Aires, 1949; La Morila. Tragedia rural en cuatro actos. Inédita (1950-1960); “Gerardo de Alvear; las memorias inéditas del pintor de la bahía”, en El diario montañés, Santander, 2-12-79, págs. IV-V; “Curiosos sucesos de aldea...”, en Historias de Cantabria, n.º 2, Santander 1992; Estampas aldeanas, Edición y notas de J. R. Saiz Viadero, Santander, 1995; Santander en mi memoria, Ayuntamiento de Santander (ed., introd. y notas de José Ramón Saiz Viadero, 2001, pág. 216.

 

Bibl.: M. Ealo de Sá, Gerardo de Alvear. Primer Centenario de su nacimiento. Santander, Diputación Regional de Cantabria, 1989; VV. AA., La pintura del siglo XX en Cantabria. Tradición y vanguardia, catálogo de exposición, Santander, Museo de Bellas Artes de Santander, 1991; S. Carretero Rebés, “Alvear, Gerardo”, y E. López Sobrado, “Boceto para una pintura regionalista”, en VV. AA., Historias de Cantabria, Santander, Tantin, 1992; J. M. Saiz Viadero, “Gerardo de Alvear con Iturrino en París”, en Bilbao (Bilbao), n.º 105, mayo de 1997; “Gerardo de Alvear sobre pintores y escritores vascos”, en Bilbao, diciembre de 1998; M. Aznar Soler y J. R. López García (eds.), Diccionario biobibliográfico de los escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939, vol. 1, Sevilla, Renacimiento, 2016, págs. 123 – 124.

 

Esther López Sobrado