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Gil de Ronza

Biografía

Ronza, Gil de. ¿Ronse (Bélgica)?, c. 1483 – Zamora, 1523. Escultor.

Perteneciente a esa pléyade de artistas norteños que recalaron en España en torno a 1500, ha sido hace pocos años cuando se le ha podido atribuir un catálogo de obras relevante.

Aunque sujeto a revisión, es probable que llegara a Toledo para trabajar con su hermano Petijuan de Ronque en el retablo mayor de la Catedral Primada.

En torno a 1503 abandonó la Ciudad Imperial y pasó a integrarse en el taller del imaginario Juan de Bruselas, al que había conocido en su primer destino español.

Con Bruselas, pasó a la ciudad de Zamora, donde desde 1503 y hasta 1506 este maestro se ocupó de la sillería de la Catedral. Años después, se desplazó a Salamanca, donde en 1509 se le encargó una imagen de bulto de San Nicolás para el retablo de la Universidad.

En 1521 vuelve a estar en Zamora donde se avecindó.

Desde allí, atenderá frecuentes encargos en Salamanca y Zamora, algunos de ellos de gran magnitud.

Hacia 1521 ejecutó las historias que el deán Vázquez de Cepeda pensaba integrar en su capilla mortuoria del Convento de San Francisco, algunas de las cuales se han conservado. El conjunto se componía de varias esculturas y grupos que desarrollaban escenas de la Redención: Anunciación, Nacimiento, Negación de San Pedro, Ecce Homo, Crucifixión, Descendimiento, Santo Sepulcro, Resurrección, Ascensión, San Miguel y la Muerte y Juicio Final, además de un San Cristóbal. En 1524, desplazó el taller, en el que ya participaba su hijo Diego de Ronza, a Salamanca para participar en la decoración del hastial occidental de la Catedral Nueva, donde realizó el Calvario que remata la puerta principal y una multitud de imágenes que decoran las arquivoltas.

Todavía un nuevo encargo se le atribuye a Ronza en la ciudad del Tormes: los medallones de Salomón, Job e Isaac de la portada de San Esteban de Salamanca.

Terminados estos trabajos, el escultor regresó a Zamora, donde redactó testamento el 29 de septiembre de 1534. En su última voluntad menciona a su mujer, Catalina de Paz, ya difunta, y cinco hijos. Uno de ellos, Diego de Ronza, siguió el camino de su padre y fue escultor en Zamora hasta 1551, fecha de su muerte.

El estilo de Gil de Ronza repite muchos de los convencionalismos de la escultura flamenca goticista: anatomía esbelta en desnudos masculinos de anchas caderas (Crucificados y Yacentes); interés por la representación del sufrimiento en profusión de llagas, cardenales y rostros dolientes de perfil angulado (Ecce Homo del Convento del Corpus Christi de Zamora); gusto por lo macabro y el detalle sanguinolento (Muerte del Museo Nacional de Escultura de Valladolid) e inclinación hacia el canon alargado de las imágenes. Sin embargo, Gil de Ronza demuestra un cierto conocimiento de los nuevos usos llegados desde Italia, posiblemente conocidos a través del foco burgalés, de manera que sus esculturas de bulto se balancean con contrapostos elegantes y los paños presentan soluciones alejadas de las repetitivas uves de ángulos agudos y plegados de líneas paralelas característicos de la escultura flamenca.

 

Obras de ~: Cristo Yacente, Convento de Santa Clara, Zamora, 1522; La Muerte, Museo Nacional de Escultura, Valladolid, 1522; San Cristóbal, iglesia de San Sebastián de los Caballeros, Toro, c. 1525; Varias imágenes y Calvario de las portadas de los pies de la Catedral Nueva, Salamanca, 1524-1525; Ecce Homo, Convento del Corpus Christi, Zamora, 1533.

 

Bibl.: J. Martí y Monsó, “La capilla del deán D. Diego Vázquez de Cepeda en el monasterio de San Francisco de Zamora”, en Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones, III (1907-1908), págs. 18-22, 36-40, 62-68, 81-86, 114-120, 136-142 y 160-165; J. M. Azcárate, “El maestre Gil del retablo mayor de Toledo”, en Miscelanea de Arte (1982), págs. 52- 53; J. A. Rivera de las Heras, En torno al escultor Gil de Ronza, Zamora, Diputación, 1998.

 

Luis Vasallo Toranzo

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