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Cayetano María de Borbón Dos Sicilias y Austria

Biografía

Borbón Dos Sicilias y Austria, Cayetano María de. Conde de Girgenti. Caserta, Nápoles (Italia), 12.I.1846 – Lucerna (Suiza), 26.XI.1871. Infante de Gracia por su boda con la princesa de Asturias, Isabel de Borbón y Borbón, hija de la reina Isabel II. Noble y militar.

Era hijo del segundo matrimonio de Fernando II, rey de las Dos Sicilias, con la archiduquesa María Teresa de Austria y medio hermano del heredero, Francisco II, que fue derrocado del trono. Tuvo seis hermanos más.

Vivió en Nápoles, donde siguió la carrera militar hasta 1860, en que cayó el reino familiar. Exiliado en Roma luchó con las tropas pontificias para defender el Vaticano y tomó parte en la batalla de Mentana, contra Garibaldi. Marchó a Austria, país de su madre, donde vivió en la corte imperial. En 1864 se alistó en el Ejército austríaco, del que llegó a ser capitán de Regimiento de Caballería. Luchó contra Prusia y obtuvo la cruz al valor militar. Llegó a ser coronel de Hulanos.

El 13 de mayo de 1868 se casó en Madrid con la entonces princesa de Asturias, Isabel de Borbón y Borbón, su sobrina segunda. No se ocultó que fuese un matrimonio de conveniencia para compensar a su familia del destronamiento del reino de las Dos Sicilias, hecho con el que Isabel II había estado de acuerdo. Además, el conde de Girgenti, por su matrimonio, recibió de la Reina títulos y honores: Caballero de la Orden del Toisón de Oro, las cruces de Isabel la Católica y de Carlos III, infante de España, y el nombramiento de coronel del Ejército español. El matrimonio partió en viaje de novios por Europa.

En septiembre de 1868 tuvo lugar la revolución, llamada “la Gloriosa”, contra Isabel II. Enterado el conde Girgenti, volvió a España; encontró la Familia Real en San Sebastián, pasó por Madrid, donde se unió al general Pavía, marqués de Novaliches, fiel a Isabel II, y tomó parte en la batalla de Alcolea el 28 de septiembre. Lucharon contra el general Serrano y, a pesar de su valentía, fueron vencidos. Al ser ya inútil su intervención en la lucha, volvió a París junto a la Familia Real, que ya estaba en el exilio.

El 25 de septiembre de 1870, el conde Girgenti presenció, como testigo, la lectura del decreto de abdicación que Isabel II hacía en favor de su hijo Alfonso XII para su restauración en el trono español.

El estado depresivo del conde Girgenti hizo que el matrimonio emprendiese varios viajes por Europa. En el invierno de 1869 se trasladaron a Gran Bretaña, pero la salud de Cayetano empeoraba y, para no preocupar a su esposa, le ocultaba que padecía crisis de epilepsia. A principios de 1870 se instalaron en Alemania, donde Cayetano consultó a los mejores especialistas en el mal que padecía; éstos le advirtieron de que su enfermedad era incurable y de que la manera de retardar sus crisis era llevar una vida muy tranquila, por lo que en el verano se fueron a vivir a la ciudad de Lucerna en Suiza, con dos domésticos y dos ayudantes de campo del conde. Allí se encontraban dos hermanos de Cayetano, el conde de Caserta y el conde de Bari. La enfermedad se acentuaba; Isabel presenció uno de los ataques en que Cayetano quedó inconsciente.

Al volver en sí, su esposa le quitó importancia pero desde entonces le vigilaba constantemente. Las crisis se hacían frecuentes, el conde pasaba por momentos de desesperación y a veces parecía desquiciado mentalmente. En septiembre de 1871 Isabel tuvo un aborto, lo que aumentó en su esposo el estado depresivo.

No veía una solución, estaba preocupado por el estado de inquietud de su esposa, llegando a escribir que pensaba suicidarse. En una primera ocasión sus criados llegaron a tiempo para impedir que se tirase por la ventana, pero el 26 de noviembre, tras una mañana en que fueron a misa a la catedral, por la tarde salieron de paseo y por la noche tenían la intención de ir al teatro, pero Girgenti tuvo otra crisis de epilepsia, tras la cual se encerró en su habitación sin que Isabel y sus ayudantes pudiesen evitarlo, y con su pistola se disparó un tiro en la sien. Abierta la puerta, Isabel y los ayudantes vieron al conde en el suelo. No había muerto, avisaron a varios médicos pero falleció al cabo de algunas horas. El cadáver del conde Girgenti fue enterrado en la catedral de Lucerna. En noviembre de 1877 sus restos fueron llevados a España, al Panteón de Infantes en el monasterio de El Escorial. Se le hicieron los honores de príncipe e infante de España, como su rango lo merecía.

Su viuda, Isabel de Borbón, llevó luto el resto de su vida y nunca volvió a contraer matrimonio.

 

Bibl.: P. García Louapre, Paz de Borbón. Princesa de Baviera. Escritora y Pacifista, Madrid, Compañía Literaria, 2000; A. de Ceballos-Escalera y Gila (dir.), La insigne Orden del Toisón de Oro, Madrid, Palafox & Pezuela, 2000; M. J. Rubio, La Chata. La Infanta Isabel de Borbón y la corona de España, Madrid, La Esfera de los Libros, 2003.

 

Pilar García Louapre