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Apolinar Sáenz de Buruaga Polanco

Biografía

Sáenz de Buruaga Polanco, Apolinar. Puerto Príncipe, Camagüey (Cuba), 9.VI.1890 – La Coruña, 26.VIII.1963. Aviador militar.

Hijo de Apolinar Sáenz de Buruaga Mateos, que llegaría a general de brigada de Estado Mayor, y de Concepción Polanco Mateos, optó por la carrera de las armas, ingresando en la Academia de Infantería de Toledo en julio de 1907. En el mismo mes de 1910, fue promovido a segundo teniente, siendo destinado al Regimiento de Infantería de León n.º 38 en Madrid.

Ascendido a primer teniente en julio de 1912, continuó en el Regimiento de León. El 1 de abril de 1913 marchó a Guadalajara para realizar prácticas de Aviación allí y en el aeródromo de Cuatro Vientos, volviendo a su destino el 2 de mayo. Aunque fue llamado en agosto para asistir a un curso de pilotos de aeroplano, hubo de interrumpir su instrucción a los pocos días por tener que marchar a África con su batallón. En noviembre del año anterior, España y Francia habían firmado un acuerdo por el que España aceptaba ejercer el protectorado sobre su zona de influencia en Marruecos. Aparte de sus plazas de soberanía (Ceuta y Melilla) y los peñones, España sólo dominaba las plazas de Larache, Alcázar y Arcila (ocupadas en 1911) y Tetuán (ocupada pacíficamente en febrero de 1913).

El joven teniente pisó tierra africana el 1 de octubre, fecha en que desembarcó en Ceuta. El alto comisario, general Marina, se dedicaba a pacificar las cabilas que no reconocían la autoridad del Sultán (representado en la zona española por el Jalifa). En la zona de Tetuán, Sáenz de Buruaga participó por primera vez en una operación real frente al enemigo (alturas de Beni Ider, 17 de diciembre).

El 28 de mayo de 1914 se incorporó al aeródromo de Tetuán, quedando “de servicio de explorador” en la escuadrilla allí basada desde fines del año anterior.

En agosto fue de nuevo llamado a un curso de pilotos de aeroplano, incorporándose el 8 de septiembre a Alcalá de Henares, en cuyo aeródromo recibió la instrucción correspondiente. Fue declarado piloto de aeroplano de segunda categoría con antigüedad de 6 de noviembre sobre biplano Maurice Farman MF.7.

En enero de 1915 pasó a Cuatro Vientos, donde obtuvo el título de piloto de primera categoría el 30 de abril, quedando en la situación B del Servicio de Aeronáutica (es decir, afecto al mismo para movilización y maniobras) y volviendo a su regimiento en Tetuán.

Una vez más fue llamado al Servicio de Aeronáutica, sirviendo en el aeródromo de Tetuán desde el 20 de agosto hasta final de septiembre.

Quedó de nuevo en situación B de Aeronáutica desde el 1 de octubre de 1915, fecha en que se incorporó a un nuevo destino: el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla n.º 1 (en Tetuán). Cuatro días después de su incorporación, tomó parte en la operación realizada para la ocupación de Dar Malalien.

Continuaron los servicios de campaña en la zona de Tetuán, destacando el combate librado el 29 de junio de 1916, que le valió una citación como distinguido por su comportamiento.

Por fin, sus aspiraciones como aviador comenzaron a cumplirse cuando por Real Orden manuscrita del 29 de enero de 1917 pasó a la situación de excedente en la 1.ª Región y en comisión en el Servicio de Aeronáutica Militar (situación A del Servicio), haciendo su presentación en Cuatro Vientos el 23 de febrero. Eran unos años difíciles para la rama de aviación, por causa de la Primera Guerra Mundial, que había cortado las importaciones de material de vuelo procedentes de los países ahora beligerantes. En junio, ascendió a capitán, con antigüedad de 9 de mayo, continuando en el mismo destino. En noviembre de 1918, fue designado profesor de aspirantes a pilotos de tropa, incorporándose al aeródromo de Alcalá de Henares. Se trataba de la primera promoción de pilotos de tropa de la rama de aviación, que fueron instruidos todavía en los anticuados Maurice Farman MF.7.

A mediados de 1919, el servicio estaba recibiendo los primeros aviones adquiridos de los stocks de guerra aliados. Desde enero, el general Dámaso Berenguer era alto comisario de España en Marruecos, y desde agosto recibió también la responsabilidad del mando directo del Ejército de África. Se pasaba a la acción, que había estado reprimida durante la Guerra Europea.

Destinado por orden del general Echagüe, nuevo director del servicio, al aeródromo de Tetuán, Sáenz de Buruaga dejó Alcalá y, el 14 de agosto, salió en vuelo de Cuatro Vientos, como observador, en el primer bimotor de bombardeo Farman F.50 enviado a Marruecos. Tras hacer escalas en Valdepeñas y Sevilla, el aparato aterrizó el día 18 en Tetuán, donde el capitán Sáenz de Buruaga se incorporó a la 1.ª Escuadrilla de África, que disponía de unos pocos biplazas Barrón W, pronto sustituidos por Sousa Mixtos y Breguet 14.

Sáenz de Buruaga se hizo con los mandos del F.50, con el que realizó sus primeras misiones de guerra en el mismo mes de agosto, en apoyo de las operaciones que culminaron con la ocupación del Fondak de Ain Yedida en octubre. Este mismo mes recogió en Cuatro Vientos otro F.50 que llevó en vuelo a Tetuán.

En febrero de 1920, Sáenz de Buruaga fue nombrado jefe de la Escuadrilla. Berenguer continuó sistemáticamente sus operaciones de ocupación y pacificación de las cábilas. En junio se tomó Ben Karrix y en octubre la ciudad santa de Xauen. Pero los medios de las escuadrillas de Tetuán y Larache eran reducidísimos.

En primavera recibieron unos pocos de Havilland, que sustituyeron a los Mixtos. Por los días en que se ocupó Xauen, la Escuadrilla de Tetuán sólo tenía en vuelo un Farman F.50, un Breguet 14 y dos de Havilland. La de Larache disponía de cuatro de Havilland.

Mientras tanto, los franceses, que acababan de ocupar Uazan en su zona, contaron para ello con seis escuadrillas.

En 1921 siguieron las operaciones de Berenguer y las quejas de éste por la insuficiencia de recursos de Aviación. El 4 de febrero, el alto comisario escribía al ministro de la Guerra, refiriéndose a las pasadas operaciones: “La aviación no pudo rendir todo lo que de ella se podía esperar, porque generalmente es muy escaso el número de aparatos en vuelo; la munición, defectuosa y escasa; este año no hemos podido disponer de bombas incendiarias. Las escuadrillas, especialmente la de Tetuán, incongruentes; en seis aparatos que posee hay tres modelos distintos. En el mismo modelo Havilland los hay de dos sistemas que no pueden intercambiar sus piezas”.

En cualquier caso, y no obstante las dificultades, la actuación de Sáenz de Buruaga fue reconocida, siendo citado en la Orden General del Ejército de 20 de febrero de 1921 como distinguido y se dice de él que “ha desarrollado una brillante labor, revelando condiciones especiales de energía, tacto, valor frío y prudencia”.

Para remediar algo la situación de material, se adquirieron más Breguet 14, ahora de la versión con motor Fiat. Algunos de éstos se enviaron desmontados a Tetuán, siendo puestos en vuelo en mayo-junio.

Por otra parte, en junio comenzaron a llegar a la Escuadrilla nuevos pilotos, pertenecientes a la promoción de un centenar que terminaba por entonces su formación.

El Desastre de Annual en la Zona Oriental (21 de julio) trastornó la positiva marcha de las operaciones.

Melilla se vio asediada, perdiéndose la 2.ª Escuadrilla de África. Cercado el aeródromo de Zeluán, a partir del día 29 actuó desde el campo de la Hípica un solitario Bristol Tourer llegado de Madrid y tripulado por los capitanes Manzaneque y Carrillo.

En la Península no había ninguna escuadrilla que pudiera mandarse a Melilla, de modo que se formó una en Tetuán a base de cinco de Havilland DH.4 (llamados Havilland Rolls por el tipo de motor que usaban) que pudieron reunirse entre Tetuán y Larache.

El 2 de agosto, esta escuadrilla, mandada por el capitán Sáenz de Buruaga, que llevaba de observador al jefe del Grupo de África, comandante Aymat, se trasladó en vuelo directo a Melilla, aterrizando en la Hípica.

Los dos años que siguieron al Desastre de Annual fueron importantísimos para la Aviación Militar española.

En la Zona Oriental del Protectorado se gestó un nuevo estilo de acción aérea adaptada a las muy particulares condiciones del enemigo y el terreno.

Este estilo agresivo exigía volar muy bajo, el “vuelo a la española”. En cuanto al material, el número de escuadrillas se incrementó hasta constituir un apoyo apreciable para las fuerzas de tierra.

Pero lo primero que era necesario hacer, al llegar la escuadrilla de Sáenz de Buruaga a Melilla, era atender a las posiciones cercadas por el enemigo. Se trataba de abastecerlas lanzando desde los aeroplanos vituallas, medicinas y munición. Este tipo de servicio, que sería muy peculiar de la Aviación Militar española en la guerra de Marruecos, exigía, cuando se trataba de posiciones de área reducida, volar a muy baja altura sobre el terreno, por lo que los aviones eran frecuentemente alcanzados por los disparos de fusil del enemigo.

Desgraciadamente, el aeródromo de Zeluán hubo de abandonarse al día siguiente de la llegada de la escuadrilla. El día 6, el comandante general de Melilla, general Sanjurjo, voló como observador de Sáenz de Buruaga para reconocer la ruta hasta Monte Arruit y la situación general. El día 9 cayó Monte Arruit.

La campaña para recuperar lo perdido en el Desastre comenzó en septiembre. Este mes, la escuadrilla cooperó en los combates para la reconquista del Zoco el Arbaa, Nador y Tauima, siempre operando desde el reducido campo de la Hípica. En octubre se sucedieron las acciones: Sebt, Segangan, Gurugú, Zeluan y Monte Arruit. Gracias a los aviones donados al servicio por las provincias españolas, la escuadrilla dejó de estar sola este mes: el día 13 llegó de la Península una segunda escuadrilla DH.4 Rolls. Desde el día 18 se utilizó un nuevo aeródromo, en Nador (Tauima), y a primeros de noviembre llegó una tercera escuadrilla, constituyéndose el que sería glorioso Grupo Rolls.

Continuaron los combates del Ejército con apoyo de los aviones: Meseta de Iguerman, Yazanen y Tifasor (primer empleo de la ametralladora de observador), Ras Medua, Tauriat Hamet. En diciembre, Tauriat Zag y Ras Tikermin. En esta última operación, realizada el día 22, todos los aviones actuaron por primera vez con la táctica de vuelo bajo, con relevos. Un piloto de la 1.ª Escuadrilla, la mandada por Sáenz de Buruaga, resultó herido.

El capitán Sáenz de Buruaga dejó Melilla el 24 de enero de 1922, siendo destinado a Cuatro Vientos.

Su ausencia de África no iba a ser larga. En la Península se preparó y envió a Melilla un nuevo grupo, inicialmente compuesto por dos escuadrillas de biplazas Bristol F.2B y denominado Grupo Ligero. A este grupo debía añadirse una tercera escuadrilla equipada con aparatos de Havilland DH.9A (motor Napier de 450 cv) cuyo mando se encomendó a Sáenz de Buruaga. Éste llegó a Melilla el 11 de junio pilotando uno de estos potentes aviones.

Este mes de junio, Sáenz de Buruaga fue citado dos veces como distinguido en la Orden General de la Alta Comisaría de España en Marruecos. La primera citación cubría el período del 1 de noviembre de 1920 a 31 de julio de 1921, en Tetuán. La segunda, el período del 23 de julio de 1921 a enero de 1922, en Melilla. En ésta se significaba que poseía grandes dotes de mando, laboriosidad y entusiasmo, siendo uno de los pilotos con más servicios de campaña realizados. Señalaba particularmente la incorporación en vuelo con su escuadrilla de Tetuán a Melilla y los aprovisionamientos a Monte Arruit en agosto de 1921 en condiciones de baja altura en algunos de ellos, por lo que fue citado como distinguido por el jefe de las Fuerzas Aéreas de Marruecos.

Las misiones de bombardeo y reconocimiento se sucedieron en el verano de 1922. En julio, el general Burguete sucedió al general Berenguer en la Alta Comisaría. El 17 de agosto, dieciséis aviones de Melilla atacaron la cábila de Alhucemas, siguiendo vuelo a Tetuán. Como observador de Sáenz de Buruaga voló el coronel Soriano, jefe de las Fuerzas Armadas de Marruecos. El 28 de octubre, el Ejército tomó Tizzi Assa, posición inadecuada para estabilizar el frente precisamente cuando el Gobierno decidió interrumpir el avance hacia el corazón de la insurgencia. Los servicios de Aviación siguieron, no obstante, el resto del año.

Como indicación del prestigio que la Aviación había logrado a partir del Desastre, conviene señalar la concesión (por Real Orden Circular de 3 de noviembre) del distintivo de la Medalla Militar a los Grupos de Melilla, por su cooperación en las operaciones desde el 29 de junio de 1921 al 28 de septiembre de 1922.

En enero de 1923, un alto comisario civil sucedió al general Burguete. Por Orden de la Jefatura de Aviación del 31 de este mes, Sáenz de Buruaga fue nombrado jefe del 4.º Grupo de Escuadrillas (Grupo Ligero), sin dejar el mando directo de su 3.ª Escuadrilla (Napier). En febrero, el general Vives, antiguo coronel director de Aeronáutica Militar, se hizo cargo de la Comandancia General de Melilla. El 7 de marzo, Vives voló de observador de Sáenz de Buruaga para reconocer el frente. El 17 de mayo, el general Vives concedió la Medalla Militar individual a tres aviadores de Melilla: Luis Moreno Abella, Apolinar Sáenz de Buruaga y Mariano Barberán.

Como era de esperar, el enemigo aguardaba su ocasión para atacar Tizzi Assa. El 28 de mayo, día en que debía salir un convoy pacífico para abastecer la posición, el capitán Barberán, observador y jefe de la 1.ª Escuadrilla Bristol (del 4.º Grupo) descubrió varios miles de indígenas acechando cerca de Tafersit.

Los aviones actuaron enérgicamente, produciendo desbandada y numerosas bajas al enemigo. El 3.er Grupo perdió una tripulación, varios aparatos resultaron derribados y otros muchos fueron tocados por las balas. Los combates siguieron en días sucesivos. Los aviones abastecieron Tizzi Assa hasta el día 5 de junio, en que el Ejército realizó una operación ofensiva en regla. La batalla fue encarnizada. El teniente coronel Kindelán, jefe de las Fuerzas Armadas de Marruecos, fue herido volando de observador del capitán Rafael Llorente, jefe de la 2.ª Escuadrilla Bristol. También fue herido y derribado el capitán Carrillo, jefe del 3.er Grupo (Rolls). El nuevo comandante general de Melilla, general Martínez Anido, concedió la Medalla Militar individual a Carrillo y Llorente. Una vez confirmadas por Reales Órdenes, las concesiones, se celebró la imposición de las condecoraciones en Tauima el 22 de julio a los capitanes Moreno Abella, Sáenz de Buruaga, Carrillo, Llorente y Barberán. Estos fueron los primeros aviadores que recibieron la preciadísima recompensa.

A principios de 1920, Aviación Militar no tenía unidades de fuerzas aéreas más que en Marruecos.

En 1922, el general Echagüe estableció las bases de una estructura que incluía una división territorial en cuatro zonas llamadas Bases Aéreas (Madrid, Zaragoza, Sevilla y León, aunque la de Zaragoza nunca tuvo realidad). Coincidía esto con la salida en serie del biplaza de Havilland DH.9 fabricado por La Hispano en Guadalajara. Las Bases de Madrid y Sevilla se establecieron en 1922, y la de León a fines de 1923.

Por Orden de la Jefatura de Aviación de 9 de octubre, el capitán Sáenz de Buruaga fue destinado al Grupo de Escuadrillas de León. El día 14 dejó el mando del Grupo Ligero y su Escuadrilla Napier y salió de Melilla.

Así terminaban los largos años de campaña en Marruecos de este oficial (unos dos y medio en Infantería y unos cuatro en Aviación). En Madrid, tomó el mando de la Base Aérea de León y de su Grupo de Escuadrillas.

Por no estar disponible aún el aeródromo de León, la Base estaba sólo sobre el papel y el Grupo en el aeródromo de Getafe.

En octubre de 1924 se incorporó al primer Curso de Mandos que se hizo en Aviación Militar (hasta entonces, los jefes de grupo y escuadrilla se formaban sólo en la dura experiencia de África). El curso (para jefe de grupo en su caso) terminó el 3 de febrero de 1925 y en él obtuvo el título de observador con antigüedad del día 4. Por Real Orden de 27 de julio fue ascendido a comandante por méritos de guerra, con antigüedad de 31 de enero de 1922.

En julio de 1926, al crearse la Escala Inicial del Servicio de Aviación, fue clasificado en la categoría de jefe de grupo. Las Bases Aéreas pasaron a ser Escuadras.

En el caso de la de León, Sáenz de Buruaga continuó al mando, pero cesando en la jefatura directa del Grupo de Reconocimiento (ahora Grupo n.º 23), que seguía en Getafe. Además se estableció este año, en Burgos, un embrión del que sería un 2.º Grupo de Reconocimiento de la Escuadra de León, el Grupo n.º 33. El 19 de diciembre de 1927, se concedió a Sáenz de Buruaga la categoría de jefe de escuadra en la Escala del Servicio de Aviación.

El 3 de mayo de 1928, Sáenz de Buruaga contrajo matrimonio en Madrid con Raquel Dans Losada. Finalmente, el Aeródromo de León quedó listo para el servicio, y Sáenz de Buruaga, con el Grupo n.º 23, se trasladó a él en vuelo el 26 de octubre, quedando allí destinado.

Como consecuencia de la sublevación republicana que tuvo lugar en Cuatro Vientos en diciembre de 1930, Aviación Militar recibió una reorganización “de castigo” en enero de 1931, afectando a todas las unidades, aunque no hubieran participado en la sublevación, y pasando las Escuadras a ser llamadas Batallones. La de León se convirtió en 3.er Batallón de Aviación, cuyo mando se dio al teniente coronel Aymat, antiguo jefe de Sáenz de Buruaga en Tetuán.

Éste fue nombrado jefe del 1.er Grupo (antes Grupo n.º 23).

Al proclamarse en abril la Segunda República, Sáenz de Buruaga fue puesto al mando del 3.er Batallón, que unos días después era otra vez rebautizado, ahora como Escuadra n.º 3 de Aviación. En este destino continuó hasta que por Orden Circular del 21 de noviembre cesó en la Escuadra n.º 3 y fue nombrado jefe de la Escuadra n.º 1 (Getafe), de la que se hizo cargo el 9 de diciembre. En febrero de 1933 fue nombrado jefe de las Tropas de los Servicios de Material e Instrucción y jefe del Servicio de Instrucción, haciéndose cargo de estos destinos el 4 de marzo en Cuatro Vientos.

El 1 de octubre de 1934, Sáenz de Buruaga fue nombrado jefe de Aviación, haciéndose cargo del Arma precisamente en las difíciles circunstancias de la Revolución de Asturias. En enero de 1935 fue ascendido a teniente coronel, con antigüedad de 10 de diciembre de 1934. En noviembre de 1935 cesó como jefe de Aviación y fue destinado otra vez a mandar la Escuadra n.º 1, si bien por breve tiempo, porque en febrero de 1936, como consecuencia de los cambios introducidos por el Frente Popular, pasó a desempeñar el cargo de jefe de Material.

El 14 de julio de 1936, el teniente coronel Sáenz de Buruaga marchó de Madrid para disfrutar el permiso de verano en Galicia. Iniciada la Guerra Civil, se incorporó al “bando nacional” en León el día 20.

Nombrado jefe de las Fuerzas Aéreas del Norte, permaneció en dicho cargo hasta fin de septiembre, en cuya fecha fue nombrado jefe del Estado Mayor del Aire. La incorporación a este destino, en Salamanca, la realizó el 1 de octubre. Este mismo día fue habilitado para desempeñar el empleo de coronel.

En 1937, se encargó desde el principio de la organización de la Primera Brigada Aérea, sin dejar el cometido de jefe de Estado Mayor. El 22 de octubre, por orden del jefe del Aire, general Kindelán, cesó como jefe de Estado Mayor y pasó a mandar dicha brigada, que era el grueso (no el total) del contingente hispano de la Aviación de los “Nacionales” (en paralelo con la Legión Cóndor alemana y la Aviazione Legionaria italiana). La brigada comprendía las escuadras n.os 1 (Eduardo González Gallarza), 2 (José Lacalle Larraga) y 3 (infante Alfonso de Orleans y Borbón). La escuadra n.º 1 comprendía dos grupos de Junkers Ju 52; la n.º 2 constaba de dos grupos de Savoia S.79 y la n.º 3 era mixta de S.79 y Heinker He 70. Además, la escuadra incluía el Grupo 2G3 de caza (Ángel Salas Larrazábal) y, desde 1938, el 3G3 (José Ibarra Montis).

El famoso as de la caza Joaquín García Morato fue designado jefe de operaciones de la brigada. Sáenz de Buruaga, que en noviembre de 1937 había ascendido a coronel de Infantería, continuó al mando de la Primera Brigada hasta después de terminar la batalla del Ebro (16 de noviembre de 1938). Para entonces, la superioridad aérea de los “nacionales” era clarísima.

El 4 de diciembre dejó la brigada, siendo nombrado inspector de las Fuerzas Aéreas y Aeródromos.

Terminada la guerra el 1 de abril de 1939, la Aviación española se encontraba con una abundancia de material que difícilmente hubiera imaginado tres años antes. Para el general Kindelán, era el momento de establecer el Aire como tercer componente de las Fuerzas Armadas, en paralelo con el Ejército y la Marina e independiente de éstos. En julio, Sáenz de Buruaga fue designado por Kindelán para encabezar la 4.ª Región (Pirenaica).

El Ministerio del Aire fue creado el 8 de agosto, pero el ministro que se nombró no fue Kindelán, sino el general Juan Yagüe Blanco, que no era aviador. Dos decretos del 1 de septiembre dieron la estructura provisional del Ministerio y la nueva organización territorial aérea. El 8 de septiembre, Sáenz de Buruaga fue nombrado inspector de las 3.ª y 4.ª Regiones Aéreas y de las Fuerzas Aéreas de Baleares. Al establecerse en febrero de 1940 las Escalas de Aire y Tierra del Arma de Aviación, figuró en la del Aire con el n.º 2, a continuación de Joaquín González Gallarza, con el empleo de coronel. El 21 de junio fueron ascendidos a general de brigada J. González Gallarza, Apolinar Sáenz de Buruaga y el infante Alfonso de Orleans. Al mes siguiente, Sáenz de Buruaga fue nombrado subsecretario del Aire, en cuyo cargo permanecería casi diez años. Durante ellos, ascendió a general de división (septiembre de 1943) y a teniente general (marzo de 1950). El puesto de subsecretario fue de gran importancia en la organización del Ministerio.

Baste indicar que comprendía las Direcciones Generales de Personal, Industria y Material, Infraestructura y Aviación Civil. El general Juan Vigón Suerodíaz, que había sucedido en junio como ministro a Yagüe, tampoco era aviador. Por ello, desde su cargo de subsecretario, Sáenz de Buruaga, como profesional más caracterizado, aportó al recién creado Ministerio sus conocimientos y experiencia de índole aeronáutica.

Como cargos colaterales, en 1944 fue nombrado vicepresidente del Patronato del INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica) y en 1945 consejero de Estado.

En junio de 1950 cesó como subsecretario, pasando a mandar la Región Aérea de Levante. En febrero de 1953, dejó este destino para desempeñar el de jefe de la Región Aérea Central, cargo que ocupó hasta fin de junio de 1956, en cuya fecha pasó al “Grupo B” por haber cumplido la edad reglamentaria.

Se ha escrito que Sáenz de Buruaga fue el aviador militar español que acumuló más servicios de guerra.

No se conocen datos oficiales que lo confirmen, pero es indudable que figura entre los primeros en este concepto.

Apolinar Sáenz de Buruaga falleció en La Coruña el 27 de agosto de 1963 a los setenta y tres años de edad.

Entre sus condecoraciones más importantes, destacan diez Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo; de ellas, ocho ganadas en Marruecos (tres en Infantería y cinco en Aviación) y dos en la Guerra Civil.

Recibió, además, la Medalla Militar individual, concedida por el comandante general de Melilla en Orden de la Comandancia General de Melilla de 17 de mayo de 1923 y confirmada por Real Orden Circular de 7 de junio del mismo año y Real Orden de 1 de septiembre de 1927. También recibió la Cruz, Placa y Gran Cruz de San Hemenegildo, la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Gran Cruz del Mérito Naval, la Gran Cruz del Mérito Militar y la Gran Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo blanco.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico del Ejército del Aire, Hoja de Servicios del teniente general D. Apolinar Sáenz de Buruaga; Partes del Aeródromo de Melilla, 1921 a 1923.

J. Gomá Orduña, Historia de la Aeronáutica española, pról. de S.A.R. el infante D. Alfonso de Orleans y de Borbón, Madrid, Prensa Española, 1946, 2 vols.; D. Berenguer, Las campañas en el Rif y Yebala, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1948; J. Salas Larrazábal, La guerra de España desde el aire: dos ejércitos y sus cazas frente a frente, Barcelona, Ariel, 1969.

 

José Warleta Carrillo

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