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Carlos Rute Villanova

Biografía

Rute Villanova, Carlos. Zaragoza, 6.XI.1904 – La Granja de San Ildefonso (Segovia), 7.VIII.1977. Aviador militar, teniente general del Ejército del Aire.

Fue hijo de Francisco Rute Marta-García, teniente coronel de Estado Mayor, y de María Villanova Cabezas.

Siguiendo la tradición (su hermano Luis fue coronel del Estado Mayor), antes de cumplir los 16 años ingresó como alumno en la Academia de Infantería (13 de julio de 1920). Ascendió a alférez por promoción (1922) “tras brillantes estudios y conducta sobresaliente”, según consta en la 7.ª subdivisión de su Hoja de Servicios.

El 14 de febrero de 1923 marchó a Melilla con el batallón expedicionario de su regimiento, recibiendo el bautismo de fuego en los combates de Sidi Messuad, Tizzi Asa y Tifarauin. En 1924 estuvo al frente de la sección de ametralladoras, destacando en la retirada de Xauen y ascendiendo, por antigüedad, a teniente el 6 de diciembre. Con el Batallón Expedicionario del Regimiento de Asia n.º 55 participó en el desembarco de Alhucemas en 1925. Al año siguiente, pasó al de Savoya n.º 6 y en 1927, de nuevo a África, en el Grupo de Harcas de Larache.

La actuación africana del teniente Rute permitió anotar en su Hoja de Servicios el valor reconocido y la Medalla de Marruecos. Según la 5.ª subdivisión, “cursó el árabe y traduce francés”.

En la década de 1920, los oficiales de las Armas que solicitaban los cursos de vuelo eran destinados en comisión de servicio a la Aeronáutica Militar cuando eran nombrados alumnos. Rute fue llamado por Real Orden 26 de diciembre de 1927, formando parte de la 32.ª promoción. Fue ésta una promoción muy numerosa (52) en la que cabe destacar a los tenientes de Infantería Ignacio Ansaldo, Emilio Jiménez Ugarte, y José Muñoz Jiménez-Millas¸ de Artillería Angel Salas Larrazábal y, de Ingenieros, José Calderón Gaztelu, entre otros muchos que alcanzarían las más altas recompensas al valor y mandos importantes, con posterioridad.

Terminadas las prácticas correspondientes, con antigüedad de 14 de julio de 1928, obtuvo el título de observador de aeroplano, incorporándose a Sevilla afecto al Grupo 32, en cuya Base Aérea efectuó numerosos vuelos.

Al año siguiente, 1929, realizó el curso de piloto en Albacete, en cuya Escuela de Vuelos (mixta, en la época) se obtenía la calificación previa para optar al título superior militar. Durante ese año voló un total de 156 horas y 41 minutos, consignándose un vuelo de escolta (acompañamiento al raid Jesús del Gran Poder) y numerosos de fotografía (varios en Tetuán y Larache) En 1930, continuando en la 1.ª Escuadrilla del Grupo 22, obtiene el título de piloto militar de aeroplano (antigüedad 22 de octubre).

El 6 de abril de 1931 contrae matrimonio canónico con María de las Nieves Carrillo de Albornoz y Bravo-Ferrer. Poco después, tras la reorganización del Servicio de Aeronáutica militar, el teniente Rute, permanece en éste como oficial aviador, renunciando a regresar a su escala de origen (posibilidad que se les ofrecía durante 15 días, al suprimirse la escala y la Jefatura Superior del Aire.). Continuó, pues, prestando servicios como piloto en la escuadra n.º 2 (Sevilla) hasta que pasó a la situación “B” a finales de agosto de 1932. Esta situación, que suponía la baja en el servicio activo, podía obtenerse voluntariamente o decretarse por necesidades del servicio o como sanción.

Este fue el caso de Rute, y el de otros muchos aviadores de Tablada, que fueron procesados en la causa abierta por la rebelión militar del día 10 de agosto en Sevilla (la “sanjurjada”) Tras pasar por prisiones militares (30 de agosto), quedó en la situación de disponible gubernativo en la 2.ª división el resto del año.

Aunque obtuvo la libertad provisional el 19 de enero de 1933, la causa no fue sobreseída por la sala 6.ª del Supremo hasta avanzado el mes de abril (Orden Judicial, día 27) Rute fue absuelto, como la mayoría, y pasó a disponible forzoso. La participación activa que pudo tener en el levantamiento, vistas las actas de su proceso, no va más allá de los posicionamientos que se atribuían, dada la profunda división existente entre los aviadores —mucho más acusada que en las otras Armas—, ante las reformas de Azaña (este escribe en su Diario el 3 de septiembre de 1933: “Se ha reunido una Junta para hacer listas de los que deben de salir del servicio por desafectos al régimen y evitar situaciones como la mañana de 10 de agosto en la Base de Sevilla. A los señores que componen esa junta se les ha ocurrido llamar, sin mi autorización, al Comandante Franco para que los asesore... no se ha resignado aún a no mangonear la aviación... Más de la mitad del personal tendría que cesar”). Sanjurjo fue amnistiado, pero el episodio abona lo que sucedería después. Por lo demás, consta en el expediente de Rute que “no he pertenecido, pertenezco en la actualidad ni perteneceré mientras esté en activo o reserva a agrupación o sociedad que revista carácter político, sindical o societario” (declaración de 17 de octubre, a raíz de la llamada Revolución de Asturias, en la que tuvo una actuación destacada).El 8 de octubre de 1934, el teniente Rute se trasladó a León, en un Fokker de la LAPE, para formar parte de una patrulla de Breguet XIX de la escuadra n.º 2 enviada a reforzar las operaciones en el Principado. Volando como observador, realizó varias misiones de apoyo y abastecimiento a las columnas enviadas a reprimir la sublevación. La más señalada, el 11 de octubre, acompañando al teniente Manuel Tomé Laguna, en un servicio de aprovisionamiento de víveres a los cercados Cuarteles de Pelayo, en Oviedo. El avión fue alcanzado por el fuego antiaéreo de los sitiadores.

Con el piloto gravemente herido, Rute consiguió volver a la base utilizando el asta de una bandera de señales como palanca de mando (que había sido retirada para facilitar la carga), “tras un vuelo de 1 hora 48 minutos en tan difícil situación”. Por este hecho les fue concedida la Medalla Militar Individual a ambos aviadores).

El día 18 efectúa el vuelo León-Madrid, “en sesquiplano” y el 22 continúa a Sevilla .

El 14 de mayo de 1935 ascendió a capitán de Infantería por antigüedad. Fue destinado a la Escuela de Tiro y Bombardeo de los Alcázares, en la que permaneció hasta finales de noviembre. Acabados los cursos, regresó a su destino de la escuadra n.º 2.

En julio de 1936, el capitán Rute continuaba en Sevilla, prestando servicios de vuelo en la Base de Tablada, donde se unió a los alzados. El 19 de julio se trasladó a Tetuán en el Fokker n.º 3 y, al día siguiente, participó con un Breguet en el bombardeo al crucero Libertad. Igualmente en Breguet, el día 21, a los astilleros de La Carraca, que se repiten los días 26 y 27.

El 29 y 31, en Douglas, bombardeos nocturnos sobre Andújar. Totalizó 23 horas 20 minutos de vuelo en diez servicios de guerra.

En agosto, se produjeron más bombardeos sobre Andújar y aprovisionamientos al Santuario de Santa María de la Cabeza, así como, nocturnos, a los aeródromos de Barajas y Getafe. Formando parte de la 3.ª Escuadrilla del Grupo Junkers participó en numerosas acciones en diversos frentes, alcanzando el mando de la 1.ª del propio 1-G-22 a mediados de diciembre.

En total, durante el primer año de guerra: más de 250 horas en 142 vuelos.

De los JU-52, el capitán Rute pasó a los Savoia-79 en 1937, uno de los cuales trajo en vuelo desde Roma en el mes de julio, tras haber sido nombrado jefe de la 1.ª Escuadrilla del Grupo 3-G-28. En esa Unidad obtuvo varias felicitaciones, actuando en los frentes del Sur y, especialmente, en Guadalajara, Morella y Teruel, tanto en bombardeos como en reconocimientos fotográficos. Voló los “settantanuove” hasta que en el mes de julio de 1938 fue destinado a la Escuela de Pilotos de El Copero (Sevilla) como jefe de la misma y donde permaneció hasta el final de la contienda.

Fue propuesto para el ascenso por méritos de guerra a solicitud del comandante del 1-G-22 por los méritos contraídos desde el 18 de julio al 31 de diciembre de 1936 y por los que recibió su 2.ª Medalla Militar Colectiva. En la propuesta definitiva se resumen las “actuaciones bélicas del Capitán Rute: Vuelos de Guerra, 536 horas, 53 minutos; 206 bombardeos; alrededor de 30 combates aéreos; 50 servicios con fuerte artillería antiaérea; avión inutilizado 3 veces por la caza enemiga...”.

Al constituirse el nuevo Ejército del Aire, el capitán Rute fue nombrado comandante de su escala, por méritos de guerra, con antigüedad de 26 de marzo de 1937, continuando en su destino de El Copero. El 24 de abril de 1940 sufrió un accidente de vuelo en el que resultó herido menos grave y le hizo merecedor de la Medalla de Sufrimientos por la Patria. En 1942 pasó a mandar la Escuela de pilotos del Aeródromo Haya, en Jerez de la Frontera, donde ascendió a teniente coronel (enero de 1943) y donde permaneció hasta su nombramiento como jefe de todas las escuelas del Grupo Sur y del Sector Aéreo de Cádiz en enero de 1945. A finales de ese año, el teniente coronel Rute totalizaba 2049 horas, 31 minutos de vuelo, cifra notable si se tienen en cuenta las carencias de la época, que obligaban a mantener los aviones en tierra por falta de combustible.

El 28 de junio de 1947, Rute fue nombrado agregado aéreo de la Embajada de España en Londres.

Allí recibió la Placa de San Hermenegildo y tuvo la ocasión de presenciar algunas misiones del famoso Puente Aéreo de Berlín (11 y 12 de julio de 1949).

Al cumplir en Inglaterra la permanencia reglamentaria, fue destinado al Estado Mayor del Aire (junio 1951), donde ascendió a coronel (22 de abril de 1952). Al año siguiente fue nombrado director de la Revista de Aeronáutica. Durante ésta época llevó a cabo varias comisiones de servicio entre las que cabe destacar una estancia en el portaaviones Midway, de la 6.ª Flota de los Estados Unidos y otra en Marruecos.

En 1954 fue dado de baja en vuelo por reconocimiento médico, pero su espíritu aeronáutico le llevó a solicitar y conseguir la continuación en el servicio “por tener las deficiencias superadas”.

El 26 de enero de 1955 obtiene el mando de la Base Aérea de Getafe y poco después (18 de junio) del Ala de Transporte n.º 35 de la que fue comandante hasta el 9 de enero de 1957.

En el Ministerio Lacalle (1962-1969) pasó a la Dirección General de Protección de vuelo, donde se agrupaban diversas competencias que luego pasarían a la Subsecretaría de Aviación Civil, participando como representante español en la Comisión internacional de Límites (25 de mayo de 1957).

Durante ésta época de reformas, el coronel Rute formó parte de numerosos comités especializados de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), familiarizándose a fondo con la aeronáutica civil española, que dependía entonces del Ejército del Aire. Permaneció en el citado puesto hasta su ascenso a general de brigada (23 de diciembre de 1960), empleo que le permitió volver a Sevilla como jefe del Estado Mayor de la Región Aérea del Estrecho. El nuevo traslado a su tierra de adopción duró poco menos de un año, pues el 21 de diciembre de 1961 regresó al Ministerio como presidente de la Junta Central de Adquisiciones y Enajenaciones de la Dirección General de Servicios.

Al año siguiente, el 20 de septiembre de 1962, fue nombrado director general de Aviación Civil en tanto se reorganizaba la subsecretaría. El nuevo organismo, bajo el mando del general de división Javier Laviña, recogía las funciones de la antigua dirección general y creaba las de Navegación Aérea, Infraestructura y Transporte Aéreo. A finales de año, se materializaba otra importante reforma: la creación de la Aviación Táctica y de la Aviación de Transporte, cuyos mandos recayeron en Carlos Rute y Carlos Pombo respectivamente.

El general Rute, tomó posesión de su jefatura en diciembre de 1963 en la que continuó tras su ascenso a general de división (10 de julio de 1964). Dos años después (10 de junio de 1966) pasa a las órdenes del ministro y es nombrado jefe de la Zona Aérea de Canarias y África Occidental. Permaneció en Las palmas hasta su ascenso a teniente general (23 de febrero de 1968), fecha en que es nombrado presidente del Consejo de Gobierno de la Asociación Mutua Benéfica del Aire, cargo que desempeñó brevemente ya que, a primeros de diciembre (9 de diciembre) consiguió un nuevo mando operativo: jefe de la 3.ª Región Aérea.

Durante su mando, en Zaragoza, tuvo lugar el 1.er secuestro aéreo de un avión español: un Convair ECATG de la compañía Iberia, el 7 de enero de 1970. El intento fue frustrado al inutilizarse el avión en el suelo, por las enérgicas órdenes directas del general Rute. El joven secuestrador frustrado fue condenado a seis años y a pagar a la compañía 17.117 pesetas en concepto de responsabilidad civil, seis meses más tarde. Unos meses después de la sentencia, que debió hacer firme el mismo general Rute como jefe de la Región Aérea, fue nombrado subsecretario de Aviación Civil (23 de octubre de 1970), en sustitución del general Pombo, que había fallecido como consecuencia de una caída de caballo. El nuevo destino llevaba aparejado el pase a la situación de “servicios especiales, grupo de cargos civiles”, por lo que continuó en el mismo pese a cumplir la edad reglamentaria y pasar al Grupo B el 6 de noviembre de 1970 De su paso por la subsecretaría hay numerosos testimonios gráficos de congresos e inauguraciones de líneas aéreas y aeropuertos. Merece especial mención la gestación y organización de la Escuela Nacional de Aeronáutica (ENA), en Salamanca, para la formación de pilotos civiles, aunque su creación formal (29 de mayo de 1974) fue firmada por su sucesor, el general Arturo Montel, que le sucedió en el cargo por razones de edad.

Tras cesar en la subsecretaría (7 de mayo de 1974) y en la situación de servicios especiales (10 de mayo), aún pudo ser nombrado director del Museo de Aeronáutica y Astronáutica (14 de mayo) hasta su pase a la reserva el 9 de noviembre de 1974.

El teniente general Rute falleció en La Granja de San Ildefonso (Segovia) a los setenta y dos años, con un total de servicios efectivos de cincuenta y siete años y veinticuatro días. Estaba en posesión de numerosas condecoraciones entre las que cabe destacar, aparte de la Medalla Militar Individual, la Gran Cruz del Mérito Civil, tres Grandes Cruces, dos Medallas Militares colectivas, la Orden del Mérito USA, la legión de Honor francesa, etcétera.

Como piloto, su cartilla de vuelos registra 3523 horas y 50 minutos.

No existen trabajos literarios dignos de mención, pese al gran impulso que infundió a la Revista Aeronáutica y Astronáutica donde sólo firmó un artículo sobre la Aviación de Transporte en el n.º 197 (1957), siendo director de la misma.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Central del Cuartel general del Aire (Madrid), Exp. personal.

J. Goma Orduña, Historia de la Aeronáutica española, t. II, Madrid, Gráficas Huérfanos Ejército del Aire, 1951; VV. AA., Historia de la Aviación española, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Aeronáuticas, 1988; M. Azaña, Diarios 1932-1933, Barcelona, Crítica, 1997.

 

José Ramón Marteles López