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Rafael Martínez Esteve

Biografía

Martínez Esteve, Rafael. Valencia, 17.II.1894 – Madrid, 23.IV.1965. Militar y aviador.

Hijo de Vicente Martínez Canut y de Salvadora Esteve Solves.

El 28 de agosto de 1911 ingresó como alumno en la Academia de Infantería, en la que fue promovido a 2.º teniente el 25 de junio de 1914. En julio fue destinado al Regimiento de Infantería Guipúzcoa n.º 53, al que se incorporó a la plaza de Orduña (Vizcaya), en noviembre del mismo año al Regimiento Cuenca de San Roque y en diciembre al Cuadro Eventual de Ceuta.

Martínez Esteve se personó en la plaza de Ceuta el 1 de diciembre de 1914 y empezó un largo período de estancia en Marruecos de cinco años y tres meses.

El 29 de diciembre se incorporó, en comisión, al tercer batallón del Regimiento Borbón n.º 17, al que fue destinado de plantilla el 22 de febrero de 1915 y en el que permaneció hasta que el 27 de junio de 1916 fue ascendido a primer teniente. En el año 1915 Martínez Esteve empezó a asistir a las clases de la Academia de Árabe de Ceuta, en las que mereció la calificación de muy bueno.

Por Real Orden Comunicada de 28 de julio de 1916 Esteve fue destinado al Regimiento Uad Ras n.º 50, con sede en Tetuán, en el que permanece ocho meses.

El 1 de abril de 1917 vuelve a Ceuta, al Regimiento de Infantería de esta denominación, n.º 60, y allí continuó durante dos años largos, hasta final de abril de 1919. Antes, en octubre de 1918, había terminado el tercer curso de Árabe, con la calificación de sobresaliente. Sus conocimientos de este idioma le valieron para ser destinado el 28 de abril de 1919 a las Fuerzas de Policía Indígena de Ceuta; en mayo se incorporó a la 1.ª Mía y en julio se hizo cargo de la oficina indígena establecida en el zoco el Jemis de Anyera, desde el que empezó a reclutar nativos de los territorios recién sometidos. Esta tarea la simultaneó con el apoyo a las fuerzas del Regimiento de Ceuta n.º 60, lo que le valió ser citado como distinguido en la orden del Cuerpo. En agosto dispersó un convoy enemigo, el 9 de septiembre acompañó y protegió la marcha del general de la zona de Tetuán y el 15 formó en la vanguardia del batallón de Barbastro que llevaba una batería artillera a una posición avanzada. El 18 de septiembre volvió a ser citado como distinguido en la orden del Cuerpo.

El 23 se internó en una kabila rebelde, con sólo cuatro policías a sus órdenes, para conferenciar con su Said, quien solicitaba una suspensión de hostilidades.

Y el 27 fue citado como muy distinguido. En octubre y noviembre continuó su eficaz actividad bélica, a pesar de haberse contusionado en la mano derecha por una caída de caballo.

El 8 de enero de 1920 Martínez Esteve se trasladó a Carabanchel para someterse en su Hospital Militar al reconocimiento médico reglamentario para ser aceptado al curso de piloto. A su regreso a Marruecos fue destinado a la Mía n.º 5, de nueva creación en Tetuán.

El 14 de febrero se incorporó en Los Alcázares al curso de pilotos, que continuó en Zaragoza de junio a noviembre y en Alcalá de Henares desde el 22 de dicho mes hasta el 23 de junio de 1921. Durante el curso, el 4 de marzo de este año, fue ascendido a capitán por antigüedad. Con fecha 30 de junio obtuvo el título de piloto de aeroplano, a finales de julio pasó al aeródromo de Guadalajara y el 13 de septiembre retornó a Alcalá.

Poco después, el 6 de octubre de 1921, se le concedió licencia para contraer matrimonio con Alicia Vizcondelas Gómez y el 3 de noviembre hizo su presentación en el aeródromo de Cuatro Vientos, desde donde pasó a Sevilla el 9 de marzo de 1922 y a Tetuán el 6 de mayo, un día después de la ocupación de Tazarut, residencia y punto fuerte del cabecilla rebelde Raisuni.

Aunque la base de su escuadrilla era Tetuán, una gran parte de sus servicios de guerra los llevó a cabo en el sector de Larache, lo que explica que el 16 de enero de 1923 se concediera al capitán Esteve la Medalla Militar de Marruecos, con pasador Larache.

Con anterioridad, el 29 de agosto de 1922, pasó de estar destinado en comisión en el Servicio de Aviación a serlo de plantilla.

Con motivo de la inauguración oficial de la Base Aérea de Tablada (Sevilla) y de la entrega de la bandera al Servicio de Aviación, Martínez Esteve voló el 9 de abril de 1923 hacia Sevilla, pero se vio obligado a tomar tierra en Medina Sidonia, si bien pudo continuar a Tablada el día 10.

La actividad aérea en la zona occidental de Marruecos fue muy intensa en junio de 1923 y algo menor en julio y octubre, operando principalmente a oriente del río Lau (Tiguisas, Talambot, etc.) y en la ruta de Xauen a Tetuán (Dar Acoba, etc.).

Entre el 8 y el 20 de enero de 1924 formó parte de la expedición de tres Breguet Br XIV y un hidroavión Dornier Wal, que enlazaron las bases españolas en Marruecos con las Islas Canarias. En el Wal volaron los capitanes Ramón Franco y Alejandro Mas de Gaminde, el comandante Guillermo Delgado, jefe de la expedición, y el fotógrafo Leopoldo Alonso. Los pilotos de los Breguet fueron los capitanes Martínez Esteve, Joaquín Pardo y Juan Martínez de Pisón, y sus acompañantes los tenientes Rexach y Félix Bermúdez y el mecánico Juan Bosch.

Los aparatos terrestres partieron de Tetuán e hicieron escala en Larache, Casablanca, Mogador, Agadir y Cabo Juby. En este aeródromo los Breguet tuvieron que esperar cinco días al Dornier, que estuvo retenido en Mogador a causa del fuerte oleaje reinante. En la etapa Cabo Juby-Las Palmas, efectuada el día 18, las cuatro aeronaves sobrevolaron los doscientos veinte kilómetros de mar en formación de conjunto. El 20 de enero siguieron hasta Santa Cruz de Tenerife, donde Martínez Esteve y los Breguet finalizaron el raid, pues volvieron a su base por vía marítima.

El capitán Esteve retornó a su escuadrilla Breguet Br XIV el 7 de marzo, y en ella permaneció hasta el 4 de abril, fecha en la que se incorporó en Los Alcázares al curso de jefes de grupo y de escuadrilla, que terminó en Cuatro Vientos en marzo de 1925. En su tiempo de asistencia al curso una orden general del Ejército de España en África le citaba como distinguido en el noveno período de operaciones.

Retornó Martínez Esteve el 7 de mayo al aeródromo de Tetuán, en el que siguió actuando hasta el 26 de octubre, día en el que ingresó en el Hospital Militar de Tetuán por enfermedad, y desde el último día de 1925 al 8 de marzo de 1926.

El 11 de dicho mes fue destinado a los Servicios Técnicos para participar en los preparativos del proyectado viaje a Filipinas. Este raid había sido propuesto en octubre de 1924 al general Soriano, director de Aeronáutica a la sazón, por Esteve y Loriga, que pensaban hacerlo en dos de los treinta Breguet XIX comprados a Francia.

La mayor parte de estos aviones fueron empleados en septiembre de 1925 en apoyo al desembarco de Alhucemas, pero los dos últimos dotados de un motor de superior potencia y de depósitos de gasolina de mayor capacidad, quedaron en Cuatro Vientos.

Cuando en diciembre de 1925 se autorizaron los viajes a Buenos Aires, Manila y Guinea Ecuatorial, Esteve estaba en convalecencia de su larga enfermedad y fue sustituido por Eduardo González Gallarza.

En marzo de 1926 se autorizó la ampliación de los aviones expedicionarios a tres, con la adición del Breguet n.º 4, que estaba desmontado en Cuatro Vientos y hubo que prepararse a toda prisa. Este tercer avión se asignó a Esteve y al mecánico Calvo.

Los tres Breguet de la Escuadrilla Elcano partieron de Cuatro Vientos el 6 de abril y efectuaron la primera cuarta parte del viaje, hasta El Cairo, de cuatro mil trescientos kilómetros de distancia y veinticinco horas de duración, sin mayores contratiempos.

En la etapa El Cairo-Bagdad, la más larga y dificultosa del viaje, dos de los aviones tuvieron que tomar tierra en el desierto, pero Gallarza pudo reanudar el viaje y Esteve no. Para llamar la atención de los pilotos ingleses, Esteve y Calvo hicieron una gran fogata y humareda con el aceite del motor y desplegaron un gran lienzo blanco, pero los aviones que los sobrevolaron a primera hora de la tarde y poco antes del crepúsculo del 11 de abril, y en varias ocasiones el 12, no repararon en sus señales.

Al atardecer del 12 Esteve decidió buscar su salvación a pie, dejó en el avión notas en inglés, árabe, francés y español, y, junto a Calvo, emprendió la marcha hacia occidente. Caminaron toda la noche del 12 y las horas diurnas del 13, descansaron en la noche del 13 y reanudaron la marcha el 14; Esteve y Calvo siguieron separados el camino los días 15 y 16. Esteve fue avistado por dos aviones ingleses en la tarde del 16 y Calvo fue encontrado a mediodía del 17.

Esteve, quien pidió permiso a Madrid para continuar el raid, lo que le sería denegado el 21 de abril, retornó de Egipto a España por vía marítima. El 26 de mayo de 1926 se le concedió la Medalla de Ultramar por su participación y actuación en el viaje Madrid- Manila y el 10 de agosto la Cruz de la Orden del Mérito Militar de María Cristina, por los distinguidos servicios prestados en Marruecos entre el 1 de agosto de 1924 y el 15 de octubre de 1925.

Desde finales de noviembre de 1926 hasta el 21 de enero de 1927 disfrutó de dos meses de licencia por Francia, Portugal, Alemania e Inglaterra, y el 9 de abril fue promovido al empleo de comandante de Infantería por méritos de guerra contraídos en el noveno período de operaciones En el mes de junio fue destinado al Grupo 33 de la Escuadra de León, con sede en el aeródromo burgalés de Gamonal, y se hizo cargo del mando de su 1.ª Escuadrilla y accidentalmente de la jefatura del grupo en ausencia de su jefe natural.

En febrero de 1928 fue trasladado al Grupo n.º 5 de Getafe, que en el mes de julio fijó su residencia en el aeródromo de Recajo (Logroño). Desde el 1 de septiembre hasta el 18 de diciembre Esteve asistió en Los Alcázares al curso de hidroaviones; cuatro días antes de acabar dicho curso se le había concedido la categoría de jefe de grupo en la escala del Servicio de Aviación y esto le permitió acceder al mando de la base de hidros de Atalayón (Melilla).

En abril de 1929 causó baja en el Servicio de Aviación, al que se reincorporó en mayo de 1930, a la escuela de reentrenamiento primero y al Grupo 23 de la Escuadra de León después.

En febrero de 1931 volvió a causar baja en Aviación y en abril, ya reingresado, fue destinado a la Escuadra n.º 1 (Getafe), en donde se hizo cargo del Primer Grupo (luego Grupo 31) y accidentalmente de la Escuadra.

Entre finales de mayo y de septiembre de 1932 disfrutó de una comisión de servicio para Francia (Estado Mayor de la 2.ª División Aérea francesa) y Suiza.

En noviembre de este año se le destinó a los Servicios de Instrucción, agregado a la Oficina de Mando, en su negociado de Instrucción.

Entre marzo y octubre y desde septiembre a fin de noviembre de 1934 desempeñó dos comisiones reservadas por orden de la presidencia del Consejo de Ministros.

En mayo de este año pasó voluntario a las Fuerzas Aéreas de África, cuya jefatura ejerció accidentalmente en julio-agosto y diciembre de 1934 y en julio de 1935. En diciembre de este año fue declarado apto para el ascenso a teniente coronel de Infantería.

En 1936 se le confirió el mando de la Escuadra n.º 2, en plaza de superior categoría, en marzo en comisión y en junio en propiedad. El 18 de julio Martínez Esteve no quiso sumarse al levantamiento, pero se negó asimismo a dar la orden de bombardear la parte de Sevilla dominada por el general Queipo de Llano, como le pedían desde Madrid.

En la noche del 18 al 19 de julio entregó el mando al 2.º jefe, pasó a prisiones militares y fue procesado y condenado a muerte en octubre de 1936. Esta sentencia fue conmutada al mes siguiente, el 27 de noviembre de 1936, por otra de veinte años y un día de reclusión mayor.

Esta pena se rebajó el 27 de julio de 1943 a veinte años de reclusión menor, momento en que se concedió a Martínez Esteve el beneficio de prisión atenuada, que comenzó a disfrutar el 1 de octubre de 1943.

En una nueva revisión efectuada el 18 de diciembre de 1954 la pena se redujo finalmente a doce años de prisión mayor, con la accesoria de separación del servicio.

 

Bibl.: J. Gomá, Historia de la Aeronáutica de España, pról. de A. Kindelán Ouani, t. II, Madrid, Gráficas Huérfanos del Ejército del Aire, 1950; J. Salas, La Guerra de España desde el Aire, Esplugues de Llobregat, Ediciones Ariel, 1970; R. Salas, Historia del Ejército Popular de la República, t. 1, Madrid, Editora Nacional, 1973; E. Herrera, “El Primer Raid de la Aviación Española” y J. Salas, “Madrid-Manila en Breguet XIX. La Escuadrilla Elcano”, en Seminario de Estudios Históricos Aeronáuticos, Grandes Vuelos de la Aviación Española, Madrid, Espasa Calpe, 1982; J. Salas y J. Warleta, “El Ejército del Aire”, en M. Hernández Sánchez-Barba y M. Alonso Baquer (dirs.), Historia Social de las fuerzas armadas españolas, pról. de A. Barahona Garrido, Madrid, Editorial Alambra, 1986; Instituto de Historia y Cultura Aérea (IHYCA), Historia de la Aviación Española, Madrid, IHYCA, 1988; J. Salas, La Ingeniería Aeronáutica de España y Ultramar, Madrid, Tabapress, 1993; Guerra Aérea, 1936/39, Madrid, IHCA y Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire (SHYCEA), 1998-2003, 4 vols.

 

Jesús María Salas Larrazábal

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