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Ricardo Burguete Reparaz

Biografía

Burguete Reparaz, Ricardo. San Sebastián (Guipúzcoa), 14.III.1899 – Madrid, 21.V.1933. Aviador militar, caballero laureado de San Fernando.

Hijo del general de Infantería Ricardo Burguete Lana, al servicio posteriormente de la Guardia Civil, vino al mundo en la Bella Easo. Es famosa y emocionante la fotografía, muy conocida entre los aviadores, en la cual se contempla al general Burguete, caballero laureado de San Fernando, condecoración ganada en Cuba, abrazando orgulloso a su hijo, también caballero laureado por su heroicidad en vuelo.

En la instantánea, ambos lucen sobre el uniforme la más preciada condecoración militar española. El general ocupó importantes puestos públicos, como los de alto comisario de España en Marruecos, director general de la Guardia Civil y presidente del Consejo Supremo de Guerra y Marina. Casó con Adela Reparaz Rodríguez-Báez.

Su hijo ingresó en la Academia de Infantería cuando acababa de cumplir quince años, en 1914, y en junio de 1917 fue promovido al empleo de segundo teniente por promoción y destinado al Regimiento de Infantería del Príncipe número 3, el antiguo Tercio Viejo de Milán, de guarnición en Oviedo. En junio de 1918, fue recalificado su empleo como alférez por cambio de denominación en las Armas. Solamente permaneció unos meses en aquel destino, ya que en noviembre del mismo año pasó a prestar servicio en las fuerzas de Infantería de Marina de guarnición en Fernando Poo, Guinea Ecuatorial. Pero únicamente estuvo en aquellas latitudes hasta el fin de febrero de 1919, con la 7.ª Compañía Alemana del protectorado del Camerún.

Debido a su débil naturaleza, el clima insalubre de la colonia le afectó de manera que tuvo que ser repatriado, y volvió a la Península en el vapor correo San Carlos. Disfrutó de dos meses por enfermo y para asuntos propios en la ciudad de La Coruña, y se encontraba a mediados de 1919 destinado en el Regimiento de Infantería de Melilla n.º 59, luego de haber sido destinado sucesivamente por breves días a otro regimiento de infantería y a un batallón de cazadores.

El 25 de junio de ese año ascendió a teniente y con esa unidad prestó servicio de campaña en las posiciones de Sidi Aixa, Batel y Afsó, esta última sobre los pozos de Ermila. Permaneció con el Melilla 59 hasta finales de diciembre de 1919.

Ya como teniente, en enero de 1920, pasó al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla n.º 2, incorporándose al mismo en Tistutin y recibiendo su bautismo de fuego el 7 de mayo en la ocupación y defensa de Tamasusit, kabila de Metalza. Días más tarde, fue citado como “distinguido” en el combate para la ocupación de Dar Driux y su fortificación. A continuación, combatió en Tafersit, protegió un convoy de heridos en Hamuda, participó en la conquista de Azib de Midar y culminó el año en los avances por la kabila de Beni Said.

En el año 1921 tomó parte en la conquista de Yebel Azrú y en la de Annual combatió en Abarrán, aunque se encontraba en la Península cuando se produjeron los tristes acontecimientos del verano, incorporándose, sin terminar su permiso, al Regimiento de Castilla n.º 16. Con éste, estuvo en la reconquista de Nador y de Tauima, lugar en el cual arriesgó su vida para rescatar el cuerpo de un hombre de su sección caído entre las dos líneas. En octubre del mismo año, volvió destinado a Regulares y fue gravemente herido el 22 de diciembre en el duro combate para liberar Tensalet, en la margen izquierda del Kert, acción en la cual la actuación de la aviación fue decisiva, resultando abatidos tres aviones. Burguete fue ascendido a capitán por los méritos de guerra adquiridos en esta acción de Tensalet, con fecha 31 de enero de 1922.

Después de pasar casi un año convaleciente en distintos hospitales de Marruecos y la Península, fue dado de alta para el servicio y se incorporó en otoño de 1922 al Curso de Observadores en el aeródromo de Cuatro Vientos, siendo a su término destinado a la Escuadrilla De Havilland-Rolls en el aeródromo de Nador. Llegó a la unidad en plena “campaña de desquite”, teniendo ocasión de participar en las operaciones para la conquista y ocupación de Bu Hafora, Tafersit, Tizzi Assa, Tizzi Alma y la Peña Tauarda.

La decidida actuación de los aviadores fue capital en alzar el cerco de la posición Afrau, rechazando la agresión a Tizzi Assa, logrando que pasara el convoy a la posición, a costa de duros combates. En esta operación fueron derribados cuatro aviones.

Ricardo Burguete realizó el curso de piloto en 1923 con la Promoción 18 en Cuatro Vientos; incorporó al obtener el título al 4.ª Grupo de Melilla, equipado con aeroplanos Bristol. Con este tipo de avión tomó parte en numerosas misiones de reconocimiento y bombardeo en el Yebel Uddia, trincheras de Issen Lassen, cosechas y zocos de Beni Buyari y valle del Nekor, costa de Alhucemas y poblados del Guis, en una dura campaña cuyo objetivo era alejar a las kabilas de la influencia de Abd el Krim.

En septiembre de 1924, la escuadrilla de Burguete se trasladó a la zona occidental para reforzar a las Fuerzas Aéreas de aquella región, al desplegar el enemigo gran actividad en las kabilas de Beni Arós y Sumata, ligadas ambas estrechamente al Raisuni.

Solicitó permiso para contraer matrimonio el 30 de mayo de 1923 con María Ayala Balcázar de cuya unión nacieron en años posteriores un varón llamado como indicaba la tradición de la familia, Ricardo Burguete Ayala en 1926, una hija llamada María en 1928, y posteriormente Eduardo y Coral, nacida después del fallecimiento del comandante.

El 9 de octubre, las comunicaciones entre las posiciones de Mexerah, Teffer y Taatof habían sido cortadas por el enemigo; para atacar a los rifeños despegó de Auámara el biplano Bristol n.º 57, tripulado por el capitán Burguete y el teniente Vicente Sintes, dirigiéndose a Yahyuka, donde se sabía que estaba la harka.

Al llegar sobre el objetivo, descendió Burguete con el aeroplano y en pasadas rasantes sobre la maleza, fue lanzando las bombas una tras otra, mientras Sintes iba vaciando los tambores de la ametralladora. Quedaban únicamente dos bombas por largar cuando una bala de fusil hirió al piloto en el vientre y un instante después otra que rebotó en el blindaje por dentro, le perforó la fosa ilíaca, produciéndole un gran desgarro.

El teniente Sintes, alertado por la sangre que corría por el suelo de la cabina, sugirió regresar, pero Burguete no abandonó el objetivo hasta haber arrojado las dos bombas restantes y saber que ya no quedaba munición de ametralladora; entonces, ya al borde de la inconsciencia, aterrizó junto a la posición de Taatof, sin causar averías al aeroplano, del que fue sacado en estado gravísimo. Después de una penosa evacuación, llegó con vida al Hospital Militar de Larache.

Evacuado posteriormente a Ceuta, permaneció en el Hospital Militar de aquella plaza hasta que estuvo en condiciones de ser trasladado al de Madrid, donde en febrero de 1925 fue dado de alta.

Había estado convaleciente en el Hospital de la Cruz Roja San José y Santa Adela y más tarde en Badajoz, pero al poco tiempo tuvo que ser ingresado de nuevo el 29 de mayo de ese año para ser operado otra vez y dado de alta el 10 de septiembre de 1925.

En noviembre de 1924, se había ordenado por el jefe del ejército de África la apertura de juicio contradictorio para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al capitán Burguete, la cual le fue concedida e impuesta tres años más tarde.

Luego de pasar brevemente por la Escuadra de Instrucción volvió a Marruecos, al Grupo de Melilla, donde tomó el mando de la 2.ª Escuadrilla Bristol, con la que participó intensamente en las operaciones de aquella zona, preparatorias del desembarco que se iba a realizar en la costa de Alhucemas. Durante las mismas se distinguió en la acción de Sidi Ali Bu Rokba, en la cabecera del Uad Kert, y en el territorio de responsabilidad francesa al realizar misiones de cooperación en las operaciones de aquella zona.

El primero de octubre de 1925 fue ascendido por méritos de guerra al empleo de comandante de Infantería.

A finales de aquel año de 1925 y después de realizar el Curso de Caza, fue clasificado en la nueva organización de la Aviación Militar como jefe de escuadrilla y destinado al aeródromo de Auámara, en la comandancia de Larache, al Grupo de Escuadrillas de la Zona Occidental. Entre los oficiales clasificados en Aviación, un pequeño grupo de aviadores calificados como jefes de escuadrilla solicitaron en forma razonada su asignación como jefes de grupo y uno de ellos como jefe de escuadra. Entre los solicitantes, además de Burguete, se encontraban Joaquín González Gallarza y Rafael Botana Salgado, pero la calificación fue desestimada por el coronel Alfredo Kindelán el 29 de noviembre de 1927.

En julio de 1927, le fue concedida la Laureada de San Fernando para la cual había sido propuesto por su heroísmo en la posición de Taatof. En el Real Decreto de concesión de la Laureada se citaban entre otros los siguientes méritos: “El día 9 de octubre de 1924 el Capitán de Infantería D. Ricardo Burguete Reparaz, del Servicio de Aviación, al recibir orden de salir con toda urgencia a precisar la situación del enemigo que, según referencias, se hallaba a la derecha de la cuneta que va desde Alcázar al sector de Maxherat, lo efectuó tripulando un aparato blindado (y por lo tanto sin doble mando de pilotaje para el observador) llevando ocho bombas y dos tambores de ametralladoras.

Al llegar al Campamento n.º 1 de dicho sector descubrió al enemigo que estaba situado en los poblados de Gayucar y Demma y en las lomas que dominan estos poblados y para conseguirlo hubo de efectuar el reconocimiento volando muy bajo, pues la espesura de la maleza impedía descubrir la verdadera situación de aquél. Fijada ésta, comenzó el bombardeo y una vez terminado descendió aún con el aparato para hacer más eficaz el tiro de ametralladora.

Estando tirando el último tambor de éstas, recibió el Capitán Burguete una herida en el costado izquierdo y no obstante tal herida, consideró el Capitán que podía seguir volando, como así lo hizo, en dirección al macizo enemigo de Alí-Xenif, hasta que el aparato recibió un balazo por dentro del blindaje que al rebotar hirió en el vientre al interesado [...] terminada la misión que se le había confiado [...] decidió con esfuerzo supremo de voluntad y no obstante su gravísimo estado, salvar el aparato y al observador virando en dirección a las posiciones no sitiadas [...] Al tomar tierra hubo de ser sacado por el observador [...] presentando una herida con orificio de entrada y de salida y otro desgarro muy grande en la región abdominal”.

La insignia de la Cruz Laureada de San Fernando le fue impuesta al comandante Burguete por Alfonso XIII en el campamento de Dar Riffien el 5 de octubre de 1927. Como ya se ha citado, por esos mismos días había sido ascendido a comandante por méritos de guerra y pasó destinado a la Escuadra de León por poco tiempo. En 31 de enero de 1928, sin duda molesto por aquella clasificación realizada meses atrás, fue destinado a la Mehal-la Jalifiana de Melilla n.º 2, en un destino típico de Infantería y al año siguiente pasó de nuevo al Servicio de Aviación. En mayo y junio, había estado en comisión de servicio en el Grupo de Hidroaviones n.º 10 junto con el capitán Tasso y poco después fue destinado a la base de El Atalayón, como jefe de ésta y de la escuadrilla de hidros. Por esos años, tenía anotada en su hoja de servicio que había cursado el idioma árabe y traducía el francés.

Solicitó tomar parte en el vuelo en hidroavión alrededor del mundo que fue anunciado en Orden del 19 de enero de 1929. Poco tiempo después, fue destinado al Sáhara, donde tomó el mando del aeródromo de cabo Juby y de la escuadrilla de Breguet XIX, encontrándose en el aeródromo de Villacisneros en abril de 1930. En el desierto corrió una incómoda aventura en mayo de 1930, cuando en un vuelo entre villa Cisneros y cabo Juby, tuvo que tomar tierra a algunos kilómetros de cabo Bojador por avería del motor. Volaban una pareja de Breguet XIX, el comandante Burguete, el capitán Núñez Maza, y el mecánico Ferrer, cuando al quedarse sin agua en el radiador uno de los aviones tuvo que tomar tierra y el otro le acompañó en el aterrizaje, quedando ambos averiados. Fueron apresados por indígenas de diferentes kabilas que los mantuvieron cautivos durante diez días hasta que fueron liberados. Se organizó una búsqueda intensa en la cual participaron todos los aviones disponibles en la zona, siete aeroplanos militares, el avión trimotor de CLAASA y también los franceses del Correo Aeropostal. Finalmente aparecieron entre el 27 y el 31 de mayo, fecha en la cual el comandante Burguete fue entregado por la kabila de Ait el Hafen sin condiciones. Fue liberado a bordo del cañonero Canalejas en el puesto costero de El Corral, al sur de cabo Bojador. En otras informaciones, también posibles, se habló de haberse pagado un importante rescate por él y por sus compañeros.

En los meses previos a la intentona revolucionaria de Jaca en diciembre de 1930, debió participar en algunas reuniones con amigos militares, por lo cual fue señalado, abriéndosele una causa, que iniciada con un arresto leve, fue luego sobreseída el 5 de enero de 1931. La razón aducida era el no haberse presentado a la autoridad militar en un viaje privado a Zamora y Madrid entre el 27 de noviembre y primeros de diciembre.

En mayo de 1931, fue destinado al aeródromo de Los Alcázares como jefe de la Escuela de Combate y Bombardeo Aéreos, cargo que ostentó hasta que decidió hospitalizarse en Madrid el 27 de febrero de 1933, enfermo de hepatitis y al resentirse de las heridas recibidas en África en 1924. Cuando se encontraba aparentemente repuesto y comenzaba a disfrutar una licencia de dos meses, el 21 de mayo de 1933 falleció repentinamente en Madrid como consecuencia de las secuelas que le habían dejado las graves heridas sufridas en campaña. En su memoria, se dio su nombre en 1934 al aeródromo de Los Alcázares y poco tiempo después figuraba a la cabeza del Escalafón de los Comandantes del Servicio de Aviación. Había recibido numerosas condecoraciones ganadas en combate desde la Cruz de 1.ª clase al Mérito Militar en 1921, hasta la María Cristina en 1926 y la de Oficial de la Corona de Italia en 1931.

La familia creada por Ricardo Burguete Reparaz sufrió algunas alternativas muy relacionadas con los episodios que los aviadores militares vivieron en aquellos años anteriores y posteriores a la Guerra Civil. La esposa de Burguete, María Ayala, se casó en segundas nupcias con un aviador que había sido subordinado y amigo del comandante, Fernando Hernández Franch, cuya actuación fue muy destacable y se demostró muy activo durante la contienda en la Aviación de la República.

Como consecuencia sin duda de aquellas vicisitudes, los cuatro hijos de María, ya que no tuvo descendencia con su segundo esposo, fueron embarcados para Rusia mediada la Guerra Civil. El viejo general Burguete, que tenía un cargo en la zona republicana como presidente o representante de la Cruz Roja, voló literalmente hacia Barcelona para que no se embarcaran, pero llegó tarde. Esa presencia en Rusia de los cuatro chicos Burguete alteró sus vidas de forma radical.

Luego de Rusia la familia se reunió en México, donde vivieron muchos años. Dos hijas se casaron con alemanes que habían conocido en Moscú, asentándose en la Alemania del Este y los dos varones universitarios terminaron afincándose en México uno de ellos, Eduardo, y el otro, luego de vivir también en Cuba y en Rusia, finalizó su vida en Madrid como profesor emérito de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Este último falleció en mayo de 2004.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico del Ejército del Aire (Villaviciosa de Odón, Madrid), exp. personal comandante Ricardo Burguete Reparaz.

J. Gomá Orduña, Historia de la Aeronáutica Española, pról. del Infante D. Alfonso de Orleans y de Borbón, Madrid, Prensa Española, 1946, 2 vols.; E. Herrera Alonso, Heroísmo en el cielo: Laureados de San Fernando en el Museo del Aire, Madrid, Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire, 1999; Cien Aviadores de España, Madrid, Ministerio de Defensa. Centro de Publicaciones, 2001.

 

Rafael de Madariaga Fernández

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