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Bartolomé Roig Soler

Biografía

Roig Soler, Bartolomé. Agramunt (Lérida), 16.II.1900 – Cadaqués (Gerona), 19.X.1954. Militar y caballero Laureado de San Fernando.

Fue llamado a filas el 1 de agosto de 1921, ascendiendo a cabo el 1 de marzo de 1923. Se le destinó en 2.ª compañía del Batallón de Cazadores de Llerena n.º 11, quedando al mando del blocao denominado Magó n.º 1. Tras el Desastre de Annual, durante los primeros meses de 1924, Abd-el-Krim, ensoberbecido por su aplastante victoria, tuvo el control militar de Marruecos en sus manos. Atacó la posición avanzada de Tizu-Azza, llevando a cabo otras ofensivas hacia el occidente en la región de Xauen, en la primavera, mientras el general Miguel Primo de Rivera, al parecer, llegaba a plantearse una retirada general hacia Melilla, con un Ejército desorganizado, sin apenas poder ofensivo, y reducido a mantener sus líneas defensivas apoyadas en blocaos, cada vez más difíciles de mantener.

El blocao Magó n.º 1 se encontraba situado en la falda del monte del mismo nombre, en el resalto de un elevado acantilado y a la izquierda del camino de Xauen a la posición de Miskrela, estando dominado muy de cerca por los moros. Su acceso era sumamente dificultoso y los convoyes para racionarlo debían ser transportados a lomos de mulos hasta la base del monte y luego a hombros de soldados. Esta operación se realizaba cada ocho días y su única comunicación con el exterior era el teléfono.

El día 23 de junio de 1924 el blocao, defendido por el cabo Roig Soler con ocho soldados a sus órdenes, comenzó a ser hostilizado por los moros, intensificándose los ataques a partir del 20 de septiembre, cuando fueron cercadas casi todas las posiciones. El último convoy que había llegado a Magó n.º 1 había sido diez días antes y, por tanto, las provisiones y sobre todo el agua escaseaban alarmantemente.

El 10 de octubre se formalizó el asedio. Atacaron el puesto con fuego de fusiles y bombas de mano, lo que causó la muerte del soldado Francisco Martínez Lucas y resultaron heridos todos los demás. El cabo Roig Soler resultó alcanzado levemente en la región deltoidea derecha, cara dorsal del pie izquierdo, región costal, dorso de la nariz y región frontal; quedó ciego, pero consiguió telefonear a Xauen e informar de la situación: “El enemigo ayer noche nos mató a Francisco Martín Lucas y todos los ocho restantes nos encontramos heridos, teniendo el blocao que no podemos parar, porque nos entran los tiros por todas partes y se nos va a caer en cuanto se repita del sitio más peligroso. Ruego a V.S. haga lo posible por arreglarnos de tal situación porque no es imposible defendernos [...] necesitamos auxilio cuanto antes porque estamos indefensos”.

El techo de la fortificación se había hundido a causa del impacto de una gran piedra, por lo que la defensa desde el interior se hizo imposible. Se fortificó con piedras, colchonetas y morrales desde el exterior, y aquí se agiganta la historia de este soldado, pues estando herido y ciego organizó la defensa, con su gran disposición y temple, animando y elevando el espíritu de sus compañeros sin permitirles desfallecer a pesar de la desesperada situación en que se encontraban; eran atacados durante el día con tiros e intentaban cada noche dos o tres asaltos, siendo todos rechazados por este puñado de heridos.

En la desorganización militar que caracterizó esta guerra, en Xauen, a pesar de haber recibido esta información y de llevar cuatro días sin noticias del blocao, nadie estaba preocupado ni se interesaba lo más mínimo por él, dejándolo abandonado a su suerte, no por malicia, obviamente, sino por el caos imperante en el puesto de mando.

Así, la situación en el blocao, con hombres heridos y consumidos por la fiebre, sin apenas comer ni beber ni casi dormir, con la línea telefónica cortada desde el principio del asedio, el día 14, ante la imposibilidad de seguir manteniendo la defensa, el soldado Anastasio Pachá Serrano se ofreció voluntario para intentar salir en busca de refuerzos; a pesar de encontrarse casi deshidratado y herido en un hombro, pudo llegar a Xauen, donde dio parte de la situación y solicitó auxilio.

Inmediatamente se formó una columna, pero al llegar a unos dos mil metros de su objetivo hubo de entablar un duro combate y sólo al amanecer del día 15 pudo alcanzar el blocao y liberar a los sitiados.

El cabo Roig Soler fue hospitalizado durante treinta y un días. No tardó en recuperar la visión, siendo su hazaña merecedora de la Cruz Laureada de San Fernando.

Si toda la guarnición fue heroica, únicamente la actuación del cabo fue reconocida, siendo absolutamente injusto el olvido del soldado Pachá Serrano, como se reconoció el 15 de noviembre de 1932, pero sin que se llevara a cabo ningún acto de desagravio a su favor.

El 1 de enero de 1925 fue ascendido a sargento en 2.ª situación e ingresó en Carabineros el 21 de octubre de 1925, cuerpo con el que participó en la Guerra Civil en el “bando nacional”. El 15 de marzo de 1940 pasó a la Guardia Civil, al fusionarse ambos cuerpos.

Ascendió a cabo el 27 de diciembre de 1947, y a sargento el 27 de diciembre de 1954.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), doc. sobre la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando al cabo B. Roig Soler.

V. Cabanellas Ferrer, De la campaña de Yebala en 1926 y defensa de Xauen, Madrid, Imprenta Latina, s. f.; F. Hernández Mir, Del Rif a la Yebala, Madrid, Librería Fernando Fe, 1927; E. Mola Vidal, Obras completas, Valladolid, Librería Santarén, 1940, págs. 108 y ss.; T. Garcia Figueras, Marruecos. La acción de España en el Norte de Africa, Madrid, Fe, 1944, págs. 200-201; J. L. I sabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Infantería), vol. II, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001, págs. 591-592.

 

Juan Blázquez Miguel