Oriol y Urigüen, José Luis de. Bilbao (Vizcaya), 4.XI.1877 – Madrid, 15.IV.1972. Empresario.
Se formó en un contexto familiar que expresaba la dualidad de la España decimonónica, ya que mientras su madre, Dolores de Urigüen y Urigüen, procedía de una familia liberal vizcaína, su padre, José María de Oriol y Gordo, descendía de una familia burguesa francesa que se asentó en Cataluña y que se alineó con el Carlismo, lo que le supuso tener que exiliarse a Francia al final de la Tercera Guerra Carlista. Por esta razón, José Luis de Oriol desarrolló la mayor parte de su formación académica en el vecino país, unos estudios que orientó hacia la Arquitectura —disciplina en la que obtuvo el número uno de su promoción—, quedando profundamente imbuido por los conceptos urbanísticos que había desarrollado el barón Hausmann en París.
A pesar de esta sólida formación, no dedicó a la arquitectura y al urbanismo mucho tiempo de su vida profesional. Fue su matrimonio con Catalina de Urquijo y Vitórica —con la que tuvo ocho hijos nacidos entre 1905 y 1924— lo que determinaría que se dedicase a la actividad empresarial al entrar en contacto con su suegro Lucas de Urquijo. Comenzó así su relación con el entorno del Banco de Vizcaya, que por entonces estaba comenzando a formar su grupo industrial, y muchas de sus inversiones se dirigieron hacia el sector eléctrico, que iniciaba una clara expansión.
Aunque con una menor dedicación de la que tuvo con el mundo empresarial, José Luis de Oriol también se interesó por la vida política del país, iniciada con la fundación del periódico El Pensamiento Alavés, desde donde defendió posiciones políticas muy tradicionales, y que se vio continuada con su presencia en el hemiciclo de las Cortes en 1918 y durante la Segunda República. Esta posición política se mantuvo en el momento de la sublevación militar de Franco, en la que participó activamente desde Vitoria junto con el general Varela. Pese a todo, una vez finalizada la Guerra Civil no volvió a desempeñar una actividad política directa.
Su actividad empresarial se inició en el sector eléctrico, donde formó parte de los consejos de administración de relevantes empresas como la Cooperativa Electra Madrid, Hidroeléctrica Española, Unión Eléctrica de Cartagena, Hidroeléctrica Ibérica o Electra del Viesgo.
En 1942 se embarcó en lo que terminaría por convertirse en su principal contribución empresarial: la creación de Patentes Talgo S.A. La empresa, que se constituyó el 28 de octubre del año 1942, se iba a convertir en la primera firma española que nacía con el propósito explícito de desarrollar su propia tecnología en la construcción de material remolcado, una tecnología que, además, mostraba numerosas innovaciones con respecto a las tradicionales unidades de coches que circulaban por nuestros ferrocarriles. La idea básica que impulsaba este proyecto, construir un tren ligero, sustituyendo los clásicos coches por una sucesión de cajas cortas con un novedosos sistema de apoyos que permitía su circulación a grandes velocidades a pesar de la complicada orografía de la red ferroviaria nacional, era idea del ingeniero militar, Alejandro Goicoechea Omar, quien acudió a José Luis de Oriol y Urigüen en busca del apoyo económico requerido para poder llevar adelante una propuesta tan arriesgada.
Fue José Luis de Oriol quien convirtió este proyecto ingenieril en el principal éxito empresarial de la industria ferroviaria española. Desde que en 1949 comenzaron a prestar servicio los primeros trenes Talgo, éstos no han dejado de evolucionar hasta constituir en la actualidad una de las empresas ferroviarias de referencia en el mundo.
José Luis de Oriol falleció en Madrid en 1972, legando a sus hijos una empresa que treinta años después de su constitución continuaba siendo uno de los referentes tecnológicos de la industria española.
Bibl.: A. Goicoechea, El tren español. Nueva orientación ferroviaria, Tetuán, Imprenta del Majzen, 1950; R. Sierra, “Un patricio Vascongado”, en ABC (Madrid), 20 de abril de 1972, pág. 23; F. Cayón y M. Muñoz Rubio, “José Luis de Oriol y Urigüen”, en E. Torres (dir.), Los 100 empresarios españoles del siglo xx, Madrid, Lid, 2000, págs. 255-258.
Francisco Cayón García y Miguel Muñoz Rubio