Moreno García, Andrés. Madrid, 18.II.1895 – Alejandría (Egipto), 2.I.1960. Banquero.
Andrés Moreno García es el prototipo de hombre hecho a sí mismo. Nació en Madrid, en el seno de una familia modesta. Estudió con beca en las Escuelas Pías de San Antón, la antigua y prestigiosa institución calasancia creada en el siglo xviii. Con quince años marchó a trabajar a Londres, donde terminó sirviendo en el Midland Bank, la mayor entidad bancaria del mundo en ese momento. En 1919, Moreno se casó con Ivy Tozer Holloway, de quien nació Pilar Moreno Tozer.
En el Midland progresó hasta llegar a senior official, en sus oficinas de Old Broad Street, encargado de recibir a banqueros de todo el mundo, y en especial del área latinoamericana.
El buen hacer de Moreno llegó a oídos del Banco Hispano Americano (BHA) y, en 1929, fue fichado por esta entidad para ejercer de director general. Con Moreno se terminó definitivamente la etapa en que la gestión fundamental del BHA era llevada por las comisiones del consejo de administración, y se inició otra donde una dirección general profesionalizada asumió esa función, convirtiendo a la entidad en una verdadera empresa moderna. Para ayudarse en su tarea, Moreno creó una Dirección Central, con departamentos a los que asignó funciones bien definidas. Otro cambio que introdujo fue la regionalización de la operatoria. El éxito de Moreno en sus orientaciones le valió ser elevado, a principios de 1935, a consejero. Al filo de la Guerra Civil, el BHA era el líder indiscutible del sistema financiero español.
Acabada la contienda, la política liberal y proclive a la banca comercial —el “modelo inglés”— que tanto apreciaba Andrés Moreno, fue puesta a prueba por los requerimientos intervencionistas e industrialistas del nuevo estado. Al ser la primera entidad bancaria del país, el BHA no pudo mantenerse al margen de estas corrientes, y encontró la solución en el Pacto de Las Jarillas con el Banco Urquijo, firmado en el verano de 1944. De acuerdo con este pacto, el Banco Urquijo actuaría en íntima relación con el BHA, especializándose en las operaciones industriales. Moreno fue promovido a consejero delegado en 1947 y expuso su lema “No somos un banco alegre, pero somos un banco seguro”.
Este conservadurismo impidió, a la postre, que el BHA aprovechara las oportunidades que el primer franquismo brindaba al desarrollo de la banca industrial o mixta, y la entidad perdió el liderazgo.
En 1949, Moreno entró en contacto con banqueros y congresistas norteamericanos para favorecer la aceptación de la dictadura de Franco por Estados Unidos.
Fruto de esta actividad sería el lugar de honor que ocupó el BHA en los préstamos concedidos a España por el Export Import Bank. La intensa actividad desplegada por Moreno pudo ser el origen de un derrame cerebral en el mismo 1949. Se recuperó y en 1954 pudo celebrar sus bodas de plata con el banco. Pero en 1955 tuvo una recaída y se vio obligado a pasar largas temporadas alejado del puesto de mando.
La muerte le sorprendió el 2 de enero de 1960, cuando viajaba a bordo de un barco por aguas de Alejandría (Egipto). Muchos estarían de acuerdo con Luis de Usera, su sucesor, cuando llamó a Moreno “maestro de los banqueros españoles”. Entre las distinciones que recibió destaca la Encomienda de Isabel la Católica.
Bibl.: A. R. Holmes y E. Green, Midland. 150 Years of Banking Business, London, BT Batsford, 1986; L. Francia, “Andrés Moreno García (consejero delegado del BHA): un banquero moderno”, en Letras de Cambio, 13 (1997), págs. 73-80; G. Tortella y J. L. García Ruiz, Una historia de los Bancos Central e Hispano Americano. Un siglo de gran banca en España, 1999 (ms. inéd.).
José Luis García Ruiz