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Juan Lladó y Sánchez-Blanco

Biografía

Lladó Sánchez-Blanco, Juan. Madrid, 14.III.1907 – 4.VII.1982. Empresario, banquero.

Hijo de José Lladó y Vallés y de Matilde Sánchez- Blanco, Juan Lladó y Sánchez-Blanco estudió las primeras letras en el Liceo Francés, y el bachillerato, en el colegio del Pilar de los padres marianistas. Fue uno de los estudiantes más brillantes de su promoción. Terminó el bachillerato en 1923 y entre ese año y 1927 cursó la licenciatura de Derecho, obteniendo Premio Extraordinario. Seguidamente opositó en 1930 a letrado del Consejo de Estado, logrando el número uno de la oposición. Como letrado del Consejo de Estado, participó activamente en la redacción de la Constitución de 1931.

Sus primeros pasos de vocación pública los inició en la Universidad, pues durante esos años presidió el movimiento estudiantil liberal Federación Universitaria de Estudiantes (FUE). Posteriormente, cuando su padre, en los años de la República, se presentó a las elecciones como diputado a Cortes por la provincia de Lugo, y durante la campaña electoral se puso gravemente enfermo, Lladó consideró un deber filial tomar a su cargo la prosecución de la campaña y logró la victoria para su padre, que fallecería al poco tiempo.

En la primavera de 1932, Juan Lladó empezó a trabajar en el Banco Urquijo como asesor y enseguida formó parte de la Comisión de Gestión, dirigiendo los destinos del Banco hasta el año 1936; dicha Comisión estaba integrada por él, Ramón Carande y Santiago Alba.

Durante la Guerra de 1936-1939, en la zona republicana el representante visible del Banco Urquijo en Madrid y posteriormente en Valencia y Barcelona pasó a ser Juan Lladó. Éste organizó la gestión del Banco adaptándola a las circunstancias. Al finalizar la guerra y entrar las tropas nacionales en Barcelona, estando él allí, el 18 de marzo de 1939 fue encarcelado.

Su gestión y estancia en la zona republicana al frente del Banco fueron consideradas delito por los vencedores: Lladó fue juzgado y condenado a doce años y un día de reclusión. La redención por el trabajo, varios indultos y numerosos testimonios sirvieron para la reducción de sus penas a poco más de un año, que pasó en la cárcel de Barcelona. Entre los testimonios a su favor, aparece el de la madre Maravillas —hoy santa—, reconociendo lo decisivo de su intervención al defender a la Comunidad de Religiosas del Cerro de los Ángeles, en Madrid, de 1936 a 1937. El 21 de marzo de 1940 salió de la cárcel.

Tras su salida, Juan Lladó regresó a Madrid y se incorporó a la dirección del Banco Urquijo. En junio de 1944, fue nombrado consejero-delegado del Banco, puesto que ocupó hasta 1977, siendo luego nombrado presidente.

Su gestión en una España deshecha tras la guerra consistió en convertir al Banco Urquijo en apoyo y promotor del necesario desarrollo industrial. El Banco Urquijo estuvo presente en la reestructuración de la minería, la siderurgia, la construcción naval, los bienes de equipo, los ferrocarriles, la industria de fertilizantes, la industria química, las fibras sintéticas, la producción de energía eléctrica, etc.

Para llevar a cabo esas tareas alcanzó un acuerdo con el Banco Hispanoamericano —Pacto de Las Jarillas—, por medio del cual el Banco Urquijo centraba su actividad en la promoción industrial y el Banco Hispano apoyaba con recursos. La tarea de promoción le llevó a la creación de los primeros Servicios de Estudios Financieros y a los primeros informes anuales sobre la economía española y la edición de la revista Moneda y Crédito, en los que participaron desde entonces los grandes economistas españoles y extranjeros.

Se crearon igualmente Servicios de Estudios Eléctricos, Químicos, Industriales, y tras ellos aparecieron las primeras empresas de ingeniería en España, entre ellas: Eptisa, Técnicas Reunidas, Tecnatom, etc. Se promocionó la primera central nuclear en España, la venida del gas natural, la fabricación de automóviles, la fabricación de antibióticos, y se abrieron las puertas al capital extranjero: Altos Hornos de Vizcaya, Durofelguera, Energía e Industrias Aragonesas, Unión de Explosivos Río Tinto, Constructora Naval, Río Gulf, Vespa, SEAT, Catalana de Gas, Unión Eléctrica Madrileña, US Steel, Shering, Bayer, Westinghouse, Fiat, etc. La historia de estas empresas durante esos años está unida a la historia del Banco Urquijo y de Juan Lladó.

Paralelamente, su vocación cultural y liberal le llevó a la creación de la Sociedad de Estudios y Publicaciones, como impulsor de la actividad intelectual e instrumento discreto de mecenazgo, organizando seminarios, conferencias, publicaciones y becas dando apoyo, tanto a jóvenes como a consagrados, con insuficiente sustento de la sociedad del momento. En ese marco se encuadran los seminarios de Xavier Zubiri y la publicación de sus obras, así como las colaboraciones mantenidas con ilustres intelectuales como Emilio García Gómez, Dámaso Alonso, Camón Aznar, Jesús Pabón, Julián Marías, etc.

Los seminarios organizados en “La Casa de las 7 Chimeneas” fue una de las actividades a las que prestó especial atención. Al frente de ellos, profesores como Melchor Fernández Almagro, Joaquín Garrigues, Eduardo García de Enterría, Olegario González de Cardedal, Pedro Laín o Gonzalo Anes hacían posible que se dieran cita a docenas de estudiantes de gran cualificación en todas las materias: Filosofía, Historia, Derecho, Teología, Literatura..., buscando “palabras” y conocimiento que entonces no estaban a su alcance en las aulas de la Universidad española.

Xavier Zubiri fue nombrado director de dicha Sociedad de Estudios y Publicaciones y José Antonio Muñoz Rojas, secretario; este último colaboró también de manera especialísima en la extensión de su actividad. Ramón Carande publicó su obra Carlos V y sus banqueros en el marco de Moneda y Crédito primero y de la Sociedad de Estudios y Publicaciones en sus siguientes tomos. La Estructura Económica de España de Ramón Tamames vio por primera vez la luz gracias a la Sociedad de Estudios y Publicaciones.

La admiración y afecto que Juan Lladó sentía por José Ortega y Gasset, al que le unió una gran amistad en sus últimos años en Madrid, le llevó a apoyar la reedición de la Revista de Occidente. Al fallecer Ortega, Juan Lladó dio las ayudas necesarias para que su hija Soledad Ortega llevase adelante la Fundación con el nombre de su padre.

Desde la Fundación Ortega y con el apoyo del Instituto de Empresas se concede anualmente un premio con el nombre de Juan Lladó para fomentar el que los hombres de empresa se preocupen y ocupen, en el apoyo a la cultura y la investigación, siguiendo el ejemplo que de modo muy personal e imaginativo, y siempre pionero, dio Juan Lladó.

El día 8 de junio de 1966, Juan Lladó había casado con Mauricia Fernández-Urrutia en la capilla del colegio del Pilar de Madrid. De esta unión nacieron seis hijos: José, Juan, Mauricia, Ramón, Jesús y Pilar.

Juan Lladó murió el 4 de julio de 1982.

 

Bibl.: X. Zubiri, “Juan Lladó”, en Diario Ya (Madrid), 4 de agosto de 1982; J. A. Muñoz Rojas, “Juan Lladó en mi nostalgia”, en Amigos y maestros, Valencia, Pre-Textos, 1992, págs. 151-156; A. Gómez Mendoza, “Juan Lladó, un mecenas singular”, en Revista de Occidente, 180 (mayo de 1996), págs. 130-143; G. Anes y Álvarez de Castrillón y A. Gómez Mendoza, Cultura sin libertad. La Sociedad de Estudios y Publicaciones (1947-1980), intr. de J. A. Muñoz Rojas, Valencia, Pre-Textos, 2009.

 

Jesús Lladó Fernández-Urrutia

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