Rúa, Rodrigo de la. ?, ú. t. s. XV – Madrid, 21.IX.1529-13.X.1529. Contador de la Contaduría Mayor de Hacienda.
Hijo de Alonso González de la Rúa y de Elvira Velázquez, perteneció a la oligarquía local de la ciudad de Oviedo, habiendo desempeñado el oficio de regidor de la ciudad en la última década del siglo XV.
Casó con Mencía Fernández de León (muerta en 1526), miembro de la casa de Trasona. De este matrimonio sobrevivieron cuatro hijos: Gutierre González de Cienfuegos, heredero del mayorazgo fundado por su padre (casa de Cienfuegos), señor de Allande, regidor de Oviedo, corregidor de Burgos, Medina del Campo, Salamanca y Granada; Alonso González de la Rúa, regidor de Oviedo, contino de Carlos V y de Felipe II, caballero y fiscal de la Orden de Santiago, y heredero del mayorazgo de segundogenitura fundado por su madre; Elvira Velázquez, casada con Juan de Llano; y María Velázquez, que lo hizo con el capitán Lope de Estrada, señor del coto y mayorazgo de Olloniego, regidor de Oviedo.
Antes de su marcha a la Corte desempeñó ciertos oficios políticos y administrativos en el Principado de Asturias. Ejerció el oficio de regidor de Oviedo, por elección, en varios años de la década de 1490. Además fue designado comendero de la mitra episcopal ovetense en el occidente asturiano; en efecto, fue designado alcaide de la fortaleza y casa fuerte y tierra de Castropol, así como su alcalde y juez, debiendo enfrentarse a la nobleza belicosa local que ponía en tela de juicio su autoridad, llegando a ser amenazado de muerte (1495) y haber sufrido un atentado (1496).
Debió de haberse trasladado a la Corte en las postrimerías del siglo XV pues coincidió en su oficio administrativo como contador en época de la Contaduría Mayor desempeñada por Rodrigo Fernández de Coalla, que vino a sustituir al asturiano Alonso de Quintanilla en 1494. En 1507 se le documenta como teniente de contador y a partir del año siguiente como lugarteniente de contador mayor, con un sueldo anual de 129.650 maravedís, a los que se sumaban 8600 más en concepto de derechos de la moneda forera.
Las actividades propias de la contaduría fueron asumidas de hecho por los lugartenientes y como tal hubo de encargarse de tareas de gestión, control y distribución de las rentas de la Hacienda Real castellana, junto con otros tenientes. Ya que en esta tarea se requería conocimientos presumimos que Rodrigo de la Rúa hubiera cursado algún tipo de estudios universitarios ya que además en 1524 rubrica un documento con el título de licenciado.
Dada su privilegiada posición en la Corte y el desempeño del oficio de regidor de Oviedo por parte de sus hijos, fue utilizada la familia para interceder ante Carlos V y obtener ciertas mercedes de tipo económico con la finalidad de llevar a cabo la reconstrucción de la ciudad tras el incendio sufrido en la Nochebuena de 1521. De esta condición cortesana ya se había aprovechado con anterioridad al introducir a sus hijos (Gutierre y Alonso) como pajes de la Casa Real desde 1514. Por otro lado, Rodrigo de la Rúa fue comisionado por Carlos V, aprovechando su influencia con algunas de las familias más destacadas del Principado, para llevar a cabo una leva de dos mil hombres en Asturias, que serían destinados a luchar contra los comuneros.
Además del sueldo anual del que disfrutó, fue agraciado por la Corona con otras ayudas económicas por sus servicios: en 1510 recibió una ayuda de costa de 50.000 maravedís, en 1514 se le otorgó merced de un juro de 21.000 de renta, en 1522 una indemnización de 375.000 por las pérdidas (que superaban los 4000 ducados) que sufrió en la ciudad de Oviedo a raíz del incendio que asoló la ciudad. Todo ello, junto a la pingüe dote que recibió de su esposa, le permitió amasar una pequeña fortuna e invertirla, sobre todo, en bienes raíces; con ellos fundó el mayorazgo, previa Facultad Real dada en 1524, que habría de heredar su primogénito. Fueron valorados en unos 7.530.596 maravedís, e incluían las jurisdicciones de Allande (comprada en 1515 al conde de Luna), Muros y Puerto, 1000 ducados sobre las alcabalas de la vinagre de la ciudad de Segovia, un juro de 280.000 maravedís, bienes inmuebles en la ciudad de Oviedo, y raíces en los concejos de Oviedo, Pravia, Allande, Yernes y Tameza, Ribera y Lena.
La presencia de Rodrigo de la Rúa en la Corte pasó desapercibida, tan sólo se documenta una intervención de tipo político cuando se requirió su opinión sobre la posibilidad de aumentar el rendimiento de las alcabalas en 1518. Por otro lado, Francisco de Zúñiga, en su Crónica de Carlos V, hace breves alusiones a su persona destacando su obesidad. Testó en Madrid en 21 de septiembre de 1529 y el 13 de octubre se le documenta como fallecido.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Contaduría de Mercedes, leg. 110, n.º 15; Escribanía Mayor de Rentas, Quitaciones de Corte, leg. 15, fols. 580-582 y leg. 39, fols. 436-438; Registro General del Sello, 1493.08, fols. 52, 114, 123 y 178; 1494.07, fol. 359; 1495.03-1, fol. 1234; 1495.10, fol. 198 y 213; 1496.05, fols. 107 y 109; Archivo Municipal de Gijón, Fondo Marcenado, cajas 56 y 81.
J. Uría Riú, Notas para la historia de Oviedo. El contador Rodrigo de la Rúa, Oviedo, 1969, págs. 1-9; M. Cuartas Rivero, Oviedo y el Principado de Asturias a finales de la Edad Media, Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 1983; J. Martínez Milán (dir.), La corte de Carlos V (segunda parte) III. Los consejos y los consejeros de Carlos V, Madrid, Sociedad Estatal de Conmemoraciones, 2000, pág. 375; J. Díaz Álvarez, “Aproximación al patrimonio económico de la oligarquía municipal ovetense en el tránsito de los siglos XVI al XVII”, en La nobleza en la Asturias del Antiguo Régimen, Oviedo, KRK Editores, 2004, págs. 88-89.
Juan Díaz Álvarez
