Palomo Aguado, Emilio. Santa Cruz de la Zarza (Toledo), 1898 – ?, m. s. XX. Periodista, ministro, diputado y gobernador civil.
Emilio Palomo Aguado nació en Santa Cruz de la Zarza, en la provincia de Toledo, en el seno de una familia de clase obrera. Tras trabajar como funcionario de Correos en los primeros años de su vida laboral, se dedicó al periodismo y a la política en el delicado contexto de la Segunda República, Guerra Civil y posguerra españolas.
Palomo Aguado combinó la labor de periodista y escritor con la de político. En los primeros años de la década de 1930 fue redactor de La Lucha (Barcelona) y Mas (Madrid) y director de El Liberal (Barcelona); también colaboró en la publicación quincenal Cuadernos de Cultura, dirigida e impulsada por Marín Civera Martínez, con un opúsculo titulado Uso y abuso de la tierra (1930). Tras la instauración de la República el 14 de abril de 1931, dos días más tarde fue nombrado gobernador civil de Madrid, período durante el cual tuvo como secretario a Luis Lavín Gautier. Su carrera política estuvo ligada al Partido Republicano Radical (PRR) de Lerroux. En esa legislatura pasó a formar parte del Congreso al ser elegido diputado por Toledo entre julio de 1931 y octubre de 1933. Durante el verano de este año se produjo la caída en desgracia del presidente Manuel Azaña, tras la cual, Diego Martínez Barrio, miembro también del PRR, fue elegido presidente del Consejo de Ministros con el fin de disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. En este lapso de tiempo, entre octubre y diciembre de 1933, Emilio Palomo ocupó la cartera de ministro de Comunicaciones dentro del gabinete presidido por Martínez Barrio.
Desde su fundación, el PRR sufrió numerosas escisiones. Martínez Barrio protagonizó una de ellas y junto con Félix Gordón Ordás creó, en septiembre de 1934, un nuevo partido: Unión Republicana. Por otra parte, tras el III Congreso del Partido Republicano Radical Socialista (otra escisión del PRR que se había producido en julio de 1929), se fundó en abril de 1934 Izquierda Republicana, una fusión entre el Partido Republicano Radical Socialista Independiente (escisión del PRRS), Acción Republicana (AR) y la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA). Emilio Palomo Aguado se decantó por la militancia en Izquierda Republicana, partido al que permaneció adscrito durante esos años y también durante su posterior exilio en Hispanoamérica.
En las elecciones del 16 de febrero de 1936, Palomo Aguado se presentó con su partido dentro de la coalición del Frente Popular. Entre ese mes y febrero de 1939, fue diputado por Toledo. Al terminar la Guerra Civil, en el exilio francés del Gobierno, se le eligió como miembro de la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE). Esta junta nació como competidora del Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE) fundada por Negrín en marzo de 1934 y dirigida y monopolizada por él desde entonces.
La pugna política entre Juan Negrín e Indalecio Prieto llevó a este último a promover la fundación de la JARE constituida en París el 26 de julio de 1939 por la Diputación Permanente de las Cortes en el Exilio, presidida por Luis Nicolau D’Olwer. Tenía como objetivo hacerse cargo de los recursos y bienes para el auxilio de los defensores de la República. Esta junta, con sede en México, se apoyaba fundamentalmente en tres personas: Indalecio Prieto, José Andreu y Emilio Palomo. No obstante, poco después de comenzar su trabajo, Emilio Palomo fue expulsado de su cargo cuando se le sorprendió incautándose de joyas por valor de 55.000 pesos; fue sustituido por José Giral y Carlos Esplà.
No se tiene constancia de la fecha exacta de su llegada a Cuba pero, a través de su participación en organizaciones políticas de ese país y su colaboración en el mundo periodístico, se sabe que vivió en La Habana, por lo menos desde 1941, pues en enero de ese mismo año pronunció un discurso junto a otros exiliados como María Zambrano, durante la inauguración de una nueva sede para el programa radiofónico La Voz de España.
Cuba, igual que España, y muchos otros países hispanoamericanos, experimentó, durante los años previos y posteriores a la Guerra Civil española, una efervescencia política sin precedentes en la que la propaganda y las organizaciones políticas cobraron una importancia vital. Ya durante el desarrollo de la contienda, existían en la isla caribeña agrupaciones republicanas y falangistas que ejercieron una intensa militancia durante ese período. Organizaciones como el Círculo Español Socialista (CES), el Círculo Republicano Español (CRE) o Izquierda Republicana (IR) intensificaron su labor incluyendo la publicación de revistas, la emisión de programas radiofónicas, la celebración de actos públicos y la recaudación monetaria y de productos, como campaña de solidaridad con los exiliados y contra Franco. Los conflictos entre grupos republicanos y falangistas en la isla alertaron a las autoridades cubanas que, en diciembre de 1937, decidieron clausurar las actividades del CRE, CES, IR y Falange Española.
De la mano de estas organizaciones, se produjo un gran desarrollo de la labor periodística, pues uno y otro bando apoyaron su ideología en la publicación de diarios, revistas, etc. Uno de los representantes de este avance en el mundo editorial fue Emilio Palomo Aguado, quien, tras instalarse en Cuba, dedicó gran parte de su tiempo a la colaboración en todo tipo de publicaciones. Fue director del periódico Alerta y formó, junto a Eduardo Ortega y Gasset, parte del equipo directivo del periódico El Mundo. Además, participó en el espacio radiofónico La Voz de España, vinculado a las actividades del Círculo Republicano Español, que se trasmitía cada noche por la emisora CMCH y CMCX.
Además de su labor como periodista, durante sus años en el exilio cultivó también el género literario. En 1941 escribió su primera novela, Éxodo, una obra que puede considerarse representativa del exilio republicano español en la que, a través de su protagonista, Palomo repasa la vida de aquéllos que tuvieron que abandonar España por motivos políticos y las dificultades que implica el desarraigo social y el choque cultural que se produce en esas circunstancias. Su segunda novela, En pecado mortal, que vio la luz un año después, abandonó por completo el tema de su primer libro y se presentó como una radiografía y crítica de la sociedad española de principios del siglo XX.
Los datos sobre su segunda publicación son los últimos que se conocen tanto de su vida como de su labor profesional. No se sabe el lugar y la fecha exactos de su muerte.
Su hijo, Eduardo Palomo Rodríguez, llegó a ser presidente de la Diputación de Toledo en 1936, coincidiendo con el asedio al Alcázar, y murió fusilado en Ocaña en 1940.
Palomo Aguado fue un hombre que dedicó su vida a la militancia política y al desarrollo del periodismo y la literatura durante la primera mitad del siglo XX.
Obras de ~: Uso y abuso de la tierra, Madrid-Valencia, Cuadernos de Cultura, 1930 (n.º 17); Éxodo [Cuba], M. Altolaguirre, 1941; En pecado mortal [Cuba], La Verónica, 1942.
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Diccionario Biográfico Español