Félix de Toledo. ?, m. s. vii – Toledo, c. 702. Obispo y escritor.
El primer dato seguro que se tiene sobre el personaje es su nombramiento como obispo de Sevilla hacia 688. En general, se cree que antes debió de desarrollar su carrera eclesiástica en Toledo, lo que explicaría su posterior elevación a la cátedra episcopal de esta ciudad en 693. Así, se atribuyen a este mismo personaje las suscripciones que bajo el nombre de Félix se encuentran en los concilios XIII (4 de diciembre de 683), XIV (14 de noviembre de 684) y XV (11 de mayo de 688) de Toledo. En el primero de ellos, Félix de Toledo ejercía como abad o arcipreste (los códices oscilan en la dignidad que debe atribuírsele), mientras que en los dos últimos, el Félix firmante (sin duda, el mismo personaje) es arcipreste.
Cuando en 693 el rey Égica (687-702) descubrió la conjura urdida contra él por varios miembros de la nobleza y de la jerarquía eclesiástica, depuso y encarceló al obispo Sisberto de Toledo, nombrando como su sucesor a Félix. Éste fue confirmado a continuación en su cargo por el Concilio XVI de Toledo (2 de mayo de 693). Félix ocupó la cátedra de Toledo hasta su muerte, acaecida verosímilmente en 702, pues la Chronica Muzarabica anno 754 (López Pereira, 1980: cap. 48) señala que aquél celebró varios concilios durante la corregencia de Égica y Witiza (694/695-709), probable alusión a los Concilios XVII y XVIII de Toledo, de 694 y 702, respectivamente. A ello se suma el que, en el códice más antiguo que ha preservado la citada Chronica (London, British Library, Egerton 1934; Madrid, Boletín de la Real Academia de la Historia, 81, del siglo ix), se fecha el renombre alcanzado por el sucesor de Félix en la sede toledana, Gunderico, en ese mismo año 702.
Fue autor de una Vita sancti Iuliani, una breve noticia bio‑bibliografica sobre Julián de Toledo (fallecido en 690), escrita como continuación del tratado De uiris illustribus de Ildefonso de Toledo (fallecido en 667), ampliado ya éste, a su vez, con la noticia que Julián de Toledo dedicó a su predecesor Ildefonso, conocida como el Elogium beati Ildefonsi. Ello sugiere que la Vita s. Iuliani, elaborada con posterioridad a la muerte de Julián, hubo de ser redactada una vez que Félix regresó a Toledo en calidad de obispo en 693. Un segundo dato que confirma esta tesis es que, en este opúsculo, Félix demuestra tener un buen conocimiento de todas y cada una de las obras de Julián, sólo explicable en alguien que tiene acceso directo a ellas, algo posible únicamente en Toledo. En fin, el propósito de esta obrita fue, sin duda, exaltar la sede toledana a través del elogio de uno de sus obispos más eminentes, continuando, así, la tradición de sus dos ilustres antecesores: Ildefonso y Julián. Desde el punto de vista del estilo y la estructura de la Vita s. Iuliani, es manifiesta la influencia del Elogium de Julián sobre Félix.
Obras de ~: [Vita sancti Iuliani, c. 693], en E. Flórez, España Sagrada, vol. V, Madrid, Antonio Marín, 1750, págs. 484‑487 (Patrología Latina, 96, cols. 445‑452).
Bibl.: U. D. del Val, “Félix de Sevilla”, en Q. Aldea Vaquero, J. Vives Gatell y T. Marín Martínez (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 913; J. F. Rivera Recio, Los arzobispos de Toledo desde sus orígenes hasta fines del siglo xi, Toledo, Diputación Provincial, 1973, págs. 99-100; L. A. García Moreno, Prosopografía del reino visigodo de Toledo, Salamanca, Universidad, 1974, pág. 122; M. C. Díaz y Díaz, “La obra literaria de los obispos visigóticos toledanos: supuestos y circunstancias”, en De Isidoro al siglo xi. Ocho estudios sobre la vida literaria peninsular, Barcelona, El Albir, 1976, págs. 87-115; VV. AA., Repertorium fontium historiae Medii Aevi, vol. 4, Roma, Istituto Storico Italiano per il Medio Evo, 1976, pág. 440; J. E. López Pereira, Crónica Mozárabe de 754. Edición crítica y traducción, Zaragoza, Anúbar, 1980; U. Domínguez del Val, Historia de la antigua literatura latina hispano-cristiana, vol. IV, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1998, págs. 484-500.
José Carlos Martín Iglesias