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Miguel Mai

Biografía

Mai, Miguel. ¿Barcelona?, c. 1480 – Madrid, 1546. Humanista, embajador, vicecanciller de Aragón, regente de la Cancillería de Cerdeña.

Caballero, doctor en Derecho y ciudadano de Barcelona. Pronto entraría al servicio del Rey, como ya lo habían hecho su padre —el regente de la Cancillería aragonesa, Juan Mai— y su abuelo, el también regente de la Cancillería, Juan Mai, hijo de Ramón Mai, que ejerció la medicina en la localidad leridana de Tremp. Como secretario de Carlos V y, sobre todo, como embajador en Roma ante el papa Clemente VII desde 1528, realizó una amplísima tarea a favor de los intereses del Emperador en cuestiones de suma importancia, como la convocatoria de un concilio, la preparación de la coronación imperial de Carlos V por parte del Romano Pontífice en Bolonia, o la disolución del matrimonio de Enrique VIII y la reina Catalina. Sobre este tema, el embajador Mai recibió diversas opiniones de expertos consejeros enviadas desde España, con indicaciones sobre la posición que debía defender ante la Santa Sede [Archivo General de Simancas (AGS), Patronato Real, caja 53, doc. 101]. Micer Mai supo desenvolverse desde el primer momento en sus funciones de embajador en Roma, ciudad a la que llegó justo después del saqueo por parte de las tropas de Carlos V. Por un breve de 10 de mayo de 1529 del papa Clemente VII dirigido al emperador Carlos V, en el que el Romano Pontífice se excusaba por no haber contestado a las cartas que le presentó Miguel Mai, aprovechaba la ocasión para encomiar el nombramiento del nuevo embajador español y alabar su trabajo (AGS, Patronato Real, Caja 62, doc. 49).

La lectura de las cartas e informes remitidos por Mai transmiten un conocimiento profundo de la curia romana.

Al poco de llegar a su destino recibió una carta de Sus Majestades, enviada también a Su Santidad, en recomendación del arzobispo de Toledo para la investidura cardenalicia (AGS, Cámara de Castilla, Diversos, leg. 39, doc. 67). En la Ciudad Eterna, en nombre de Carlos V hizo numerosas e importantísimas gestiones en diversos campos eclesiásticos. Por ejemplo, intervino diligentemente en diversos nombramientos de obispos en América y España: para el Obispado de Nicaragua gestionó el nombramiento de Diego Álvarez Osorio [Archivo General de Indias (AGI), Guatemala, 401, leg. 2, fols. 19-20], recibió una Real Cédula para gestionar ante la Santa Sede la creación del Obispado de Guatemala y el nombramiento del licenciado Marroquín como obispo de esa sede (AGI, Guatemala, 393, leg. 1, fols. 30 y 76). Por ejemplo, la Real Cédula dada en Barcelona el 20 de julio de 1529 a micer Mai, embajador en Roma, para que con la carta credencial que se le remitía suplicase a Su Santidad que instituyera el Obispado de Tierra Firme en la persona de fray Martín de Béjar, provincial de la Orden de San Francisco, y que mientras tanto se despacharan las bulas plomadas, se sirviera enviar el acostumbrado breve para que tomara posesión del Obispado (AGI, Panamá, 234, leg. 4, fol. 14). En una carta de la reina Isabel a Su Santidad fechada en Toledo el 24 de agosto de 1529, para que diera fe y crédito a micer Mai, embajador de España en Roma, mandándole despachar las bulas para fray Juan de Zumárraga, a quien el Rey había presentado para el Obispado de México (AGI, México, 1088, leg. 1, fol. 49). Por una Real Cédula de 3 de octubre de 1532 remitida desde Segovia, se le pedía que abreviase el despacho de las bulas para el Obispado de Santa Marta asegurando que reunía más de 200 ducados anuales en diezmos (AGI, Indiferente, 422, leg. 15, fol. 185). En otros casos se le encargaron diversas gestiones ante personas concretas: por Real Cédula dada en Medina del Campo el 26 de marzo de 1532 se le ordenaba que ayudara en todo lo que necesitase a fray Antonio de la Cruz, de la Orden de San Francisco, proveniente de la Nueva España, para tratar con el Pontífice ciertos asuntos relativos a su orden (AGI, Indiferente, 422, leg. 15, fol. 138); por otra Real Cédula fechada en Ávila el 26 de julio de 1531, Mai recibió el encargo de hablar con el dominico fray Vicente de Santa Cruz sobre ciertos asuntos que convenía ejecutar con la máxima brevedad (AGI, Indiferente, 422, leg. 15, fol. 58). El interés por alcanzar indulgencias con destino a las Indias compone el contenido de algunas cédulas remitidas desde España al embajador en Roma. Así es en una carta dada en Ocaña el 10 de diciembre de 1530 por la emperatriz Isabel al cardenal de Osma para que apoye las gestiones de micer Mai ante el Sumo Pontífice en ese sentido (AGI, Indiferente, 422, leg. 14, fol. 152). Por la Real Cédula dada en Ocaña el 23 de abril de 1531 se envió a micer Mai un memorial sobre las indulgencias para las Indias (AGI, Indiferente, 422, leg. 15, fol. 28).

De regreso a España, fue vicecanciller de Aragón, cargo para el que se le nombró en febrero de 1533 por privilegio dado en Bolonia a 26 de febrero (Real Cédula 3898, fol. 21, Archivo de la Corona de Aragón, Sección Cancillería Real, Registros). No era su primer cargo en el Gobierno de la Corona de Aragón: desde 1512 a 1517 ejerció la regencia de la Cancillería de Cerdeña. Desde el año 1519 trabajó directamente en el Consejo de Aragón, hasta su nombramiento como embajador en 1528. Apenas cinco meses después de ser nombrado vicecanciller hay constancia de él ejerciendo alguna de sus funciones en el Consejo de Aragón, y, así, por mandato del rey Carlos I en Monzón el 31 de julio de 1533 y provisión del vicecanciller Miguel Mai a Juan Palacios, para que como tenedor de los sellos de la Cancillería de Aragón, pagase a los ojeros y porteros 36 ducados que les pertenecían de los derechos de los caballeros armados por Su Majestad en Monzón (Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza, Gandía, caja 1, doc. 83). Ocupó este cargo del Consejo de Aragón, ocupándose de los asuntos de Nápoles y Sicilia. No se conocen más detalles sobre la actividad que desarrolló en esta institución de la vicecancillería, en la que sirvió hasta su muerte en 1546, mientras contemplaba la progresiva pérdida de importancia del Consejo de Aragón durante esos años. Estuvo presente en la jornada de Túnez junto a Carlos V, en 1535; intervino en diversas cuestiones relacionadas con la Corona de Aragón, como la celebración de las Cortes de Monzón de 1542, o la elaboración de un plan de fortificaciones para la ciudad de Barcelona, en el que intervino también el duque de Alba.

Tenía dos hermanos que ocuparon relevantes cargos eclesiásticos en el principado: Clemente Mai, abad de la abadía de Gallicant en Gerona y luego abad de Ripoll, y Juan, abad de San Benito de Bages. Miguel Mai estuvo casado con Eleonor Setantí, quien falleció en Barcelona en 1548. La muerte de su mujer permitió la catalogación de las propiedades de Mai, entre las que se encontraban numerosas obras de arte. Mai, vinculado desde joven al círculo erasmista de Barcelona, cultivó la amistad de humanistas como Martín Ibarra, el catedrático de Barcelona Rafael Mambla, el arzobispo de Tarragona y estudioso de numismática y epigramas latinos el aragonés Antonio Agustín o, ya en la Corte, la de erasmistas tan relevantes como Mercurino Gattinara. En su biblioteca se encontraban más de mil ochocientas obras impresas y cuatrocientos manuscritos. Como es lógico, la mayor parte eran obras jurídicas, pero también figuraban títulos de autores clásicos, obras de Erasmo, de escritores italianos y franceses. Entre los objetos que acumuló como coleccionista se encontraban vistas de las ciudades en las que vivió, mapas, tapices, así como una colección de bustos y esculturas, la mayor parte de césares, que adquirió en Roma y que al morir se encontraban en su palacio de Barcelona, posteriormente casa de los Pinós.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Patronato Real, caja 53, doc. 101; caja 62, doc. 49; Cámara de Castilla, Diversos, leg. 39, doc. 67; Archivo General de Indias, Guatemala, 401, leg. 2, fols. 19-20; Guatemala, 393, leg. 1, fols. 30 y 76; Panamá, 234, leg. 4, fol. 14; México, 1088, leg. 1, fol. 49; Indiferente, 422, leg. 15, fols. 28, 58, 138 y 185; Indiferente, 422, leg. 14, fol. 152; Archivo de la Corona de Aragón, Cancillería Real, Registros, Real Cédula 3898, fol. 21.

M. Batllori, “Humanismo y erasmismo en Barcelona 1524-1526”, en Quaderni Ibero-Americani, 3 (1955-1956), págs. 219-231; A. Durán y Sanpere, “Miguel Mai, coleccionista de arte”, en Para una historia del arte en Barcelona, Barcelona, Instituto de Estudios Catalanes, 1960; M. Bataillon, Érasme et l’Espagne, México-Madrid-Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica 1966; C. Cortés, Los Setantí, Barcelona, Fundación Salvador Vives Casajuana, 1973; E. Durán, [“Mai, Miguel”], en VV. AA., Gran Enciclopedia Catalana, vol. IX, Barcelona, Enciclopedia Catalana, 1987, pág. 442; J. Garriga Riera, “Relieves renacentistas con bustos de césares y de virtudes de la ‘colección’ de Miguel Mai”, en D’Art, 15 (marzo de 1989), págs. 135-167; M. Fernández Álvarez, Corpus Documental de Carlos V, Madrid, Espasa, 2003.

 

Juan Francisco Baltar Rodríguez

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